Maurizio Cattelan, Unos cardan la lana y otros tienen la fama

La justicia francesa sentencia que el autor de la obra es el que la concibe y no el que la ejecuta

El artista italiano Maurizio Cattelan posa junto a su obra de arte «Sin título» (2001) en 2016 en París.CHESNOT (GETTY)

 Maurizio Cattelan es un muy cotizado y reconocido artista conceptual italiano.

Instalación artística del italiano Maurizio Cattelan, ‘La Nona Ora’ en la que aparece la figura del papa Juan Pablo II abatido por un meteorito, en en París, en octubre de 2017.CHESNOT (GETTY)

Su fama se dispara con la polémica cuando, en diciembre de 2019, presenta en Art Basel Miami una banana pegada con cinta adhesiva a una de las paredes de la feria.

Una obra valorada en 120.000 dólares que termina devorada por un performer antes de que acabe la feria, sin dar siquiera tiempo a que la fruta se pudra.

Otras obras suyas, no menos controvertidas, son más duraderas.

David Datuna, tras comerse el plátano.REUTERS

Y son las que abren una caja de truenos que amenaza con sacudir todo el mundo del arte.

Instalación artística del italiano Maurizio Cattelan, «La Nona Ora» en la que aparece la figura del papa Juan Pablo II abatido por un meteorito, en una exposición en París (Francia), en octubre de 2017.CHESNOT (GETTY)

El escultor francés Daniel Druet, que confecciona, bajo instrucciones de Cattelan, las figuras de cera que forman parte esencial de varias de sus obras más reputadas, reclama que se le reconozca los derechos de autor.

La tercera cámara del Tribunal Judicial de París ha desestimado ayer en una sentencia recurrible, la demanda de Druet, quien pide cinco millones de euros.

Mauricio Cattelan.

De atenderse, su reclamo habría abierto la puerta a la descalificación del arte conceptual, como advierten en una nota de Le Monde en mayo pasado más de sesenta galeristas, directores de museos, comisarios o coleccionistas.

 Si Druet gana, todos los artistas serán denunciados y será el fin del arte conceptual en Francia, había alertado también Emmanuel Perrotin, galerista de Cattelan desde los años noventa y uno de los demandados por el escultor francés, muy reputado entre los expertos por sus figuras hiperrealistas de cera y otros materiales, pero ampliamente desconocido más allá de su círculo.

La sentencia es contundente. No solo declara inadmisibles las demandas de Druet, sino que lo condena además a pagar 20.000 euros como compensación por gastos del juicio a dos de las partes demandadas: la Galería Perrotin, que le encargó las figuras en nombre de Cattelan, y el Museo de la Moneda de París, que expuso en 2016 una retrospectiva de Cattelan sin incluir el nombre de Druet en la muestra.

Pero para el defensor de Perrotin, Pierre-Olivier Sur, la sentencia tiene una importancia mayor aún porque, según explica a periodistas en su bufete en París tras recibir el fallo del tribunal, hace jurisprudencia, por primera vez, sobre lo que es arte conceptual, sus autores y sus límites.

Y este tipo de arte, indican los jueces de la sección especializada en propiedad intelectual que asumió el caso, no se limita a las figuras en sí —que son las que elaboró Druet para Cattelan—, sino a la “puesta en escena” de la obra, la instalación en todo su conjunto y no elementos individuales del mismo.

Agregan los jueces en su argumentación

No se discute que las directivas precisas de puesta en escena de las figuras de cera en una configuración específica, sobre todo en lo que se refiere a su posicionamiento en el seno de los espacios de exposición con la intención de jugar con las emociones del público (sorpresa, empatía, diversión, repulsión, etc.) solo emanan de él [Cattelan]”, destaca el fallo.

“Daniel Druet no es capaz, ni buscaba hacerlo, de arrogarse la menor participación en las decisiones relativas al dispositivo escénico de puesta en situación de dichas efigies (elección del edificio y de la dimensión de las salas que acogen a un determinado personaje, dirección de la mirada, iluminación, incluso destrucción de una ventana o del parqué para hacer más realista la puesta en escena y más llamativa), o sobre el contenido del eventual mensaje que se busca transmitir con dicha puesta en escena

Dice el abogado:

Hemos ganado en derecho y en fondo. Por primera vez, los jueces han definido en derecho lo que es el arte conceptual y han sacado las consecuencias jurídicas sobre quién es el autor, etc.

A su juicio, esta sentencia es determinante porque constituye jurisprudencia para definir el arte conceptual, que jamás había sido jurídicamente definido.

Más allá de esta decisión, es todo el arte conceptual el que queda protegido, valoró también el profesor de Derecho Pierre-Yves Gaultier.

Un extremo que niega el abogado de Druet, Jean-Baptiste Bourgeois, quien, sin embargo, indica por teléfono que no ha decidido aún con su cliente si apelarán.

Druet reivindica que fue el que hizo realidad muchas de las visiones del italiano, quien en numerosas ocasiones ha reconocido que no sabe ni pintar ni esculpir.

Soy artista porque no era bueno como falsificador

El francés, que trabaja con el italiano entre 1999 y 2006, es la mano (¿de obra, más que eso?) detrás de hasta nueve piezas encargadas por Cattelan, dos de ellas clave en la consolidación de la fama, y la cuenta bancaria, del italiano.

 La Nona Ora, que muestra al Papa Juan Pablo II aplastado por un meteorito y es vendida por tres millones de dólares (unos 2,7 millones de euros), y Him, que representa a Hitler arrodillado y rezando y que tenía un precio: 17 millones (15,8 millones de euros).

Aunque el pontífice y el tirano genocida —del que el escultor francés guarda aún una réplica en su taller en Saint-Ouen, en las afueras de París— son realizadas por Druet, es Cattelan el que idea las obras y le da al francés las instrucciones para fabricar las figuras.

La precisión de esas instrucciones, que el abogado del francés califica de vagas durante el juicio, es una de las claves del proceso y de la decisión final de los jueces.

He dado una patada en el hormiguero”, decía Druet en una entrevista en mayo, en referencia a lo que califica de sistema en vigor: el de los artistas conceptuales que se atribuyen toda la autoría cuando una parte del trabajo se la hacen otros artistas o artesanos como el propio Druet.

Maurizio Cattelan que nace en Padua en 1960 es un artista contemporáneo italiano conocido por sus obras polémicas.

2012 el Guggenheim le dedicó una exposición retrospectiva.

1980 inicia su carrera en Forli, Italia, colaborando con artistas locales

 1991 en su primera exposición presenta Estadio, una mesa larga de futbolito, con dos líneas de jugadores a los lados, donde los blancos eran las reservas de la Asociación de fútbol de Cesena y los negros eran trabajadores senegaleses que trabajaban en Veneto.

Su trabajo combina escultura con acción artística, pero a menudo incluye también acciones provocadoras, obras de teatro, textos con comentarios sobre los paneles que acompañan a sus obras, artículos para periódicos.

Con Massimiliano Gioni y Ali Subtonick publica la revista de arte Charley.

Colabora a veces también con la revista de arte contemporáneo Flash Art.

Vive y trabaja en Milan y en Nueva York.

Las obras de Cattelan se caracterizan por incluir humor y sátira, lo que ha generado controversias.

Este sello ha hecho que a veces se le considere en la escena artística como un bromista o un bufón.

Su trabajo a menudo se basa en juegos de palabras simples o subvirtiendo situaciones cliché en las que, por ejemplo, sustituye animales por personas en cuadros escultóricos.

La primera obra de Cattelan es una pieza fotografica titulada Lessico Familiare (Léxico familiar), un autorretrato creado en 1989, en el que se representa formando un corazón con las manos sobre su pecho desnudo.

Destaca también por el uso que hace de la taxidermia en sus obras de mediados de la década de 1990.

 Novecento (1997) consiste en el cuerpo taxidermizado de un antiguo caballo de carreras llamado Tiramisu, que cuelga de un arnés en una postura alargada y caída. Otra obra que utiliza taxidermia es Bidibidobidiboo (1996), una representación en miniatura de una ardilla desplomada sobre la mesa de la cocina, con una pistola a sus pies.

1999, empieza a a hacer efigies de cera a tamaño real de varios personajes, incluido él mismo.

 Una de sus esculturas más conocidas es de 1999, La nona Ora, es una esfigie del Papa Juan Pablo II en traje ceremonial completo, aplastado por un meteorito

2019 presenta una obra titulada Comediante, en la feria Art Basel de Miami.

 La obra es un plátano que el asistente del galerista compra en una tienda de Miami, el cual esta sujeto con una cinta adhesiva gris en una pared blanca. La pieza, con tres versiones (todas vendidas durante la feria) tienen un valor de 120,000 dólares.

​ La pieza, de por sí polémica, aumenta su notoriedad cuando un artista, David Datuna, decidió tomar la obra y comérsela, acto que es grabado por los asistentes de la feria.​

Al acto de comer la obra de Cattelan, Datuna la denominó Hungry artist (artista hambriento).

https://es.wikipedia.org/wiki/Maurizio_Cattelan

https://www.lanacion.com.ar/cultura/el-mundo-del-arte-suspira-aliviado-la-justicia-dice-que-el-autor-de-una-obra-es-el-que-la-concibe-y-nid09072022/

mauriziocattelan.altervista.org

https://es.frwiki.wiki/wiki/Maurizio_Cattelan

https://elpais.com/cultura/2019/12/08/actualidad/1575808353_736766.html#?rel=mas

Publicado por ilabasmati

Licenciada en Bellas Artes, FilologÍa Hispánica y lIiteratura Inglesa.

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