Rina Lazo Wasem y el monopolio masculino de la pintura mural

Es la primera mujer muralista en el Palacio de Bellas Artes con Xibalbá, el inframundo de los mayas, obra cumbre de la artista guatemalteca, está hasta el 24 de julio.

La artista guatemalteca Rina Lazo termina su mural Xibalbá, el inframundo de los mayas el 30 de octubre de 2019.

Cumple 96 años y en una reunión con familiares y amigos anuncia el final de una obra que le lleva 10 años.

Dos días después, el 1 de noviembre, Lazo fallece en su casa de Coyoacán, Ciudad de México.

Nunca contempla esta pieza porque cuando termina, los andamios que requiere para pintar la parte superior, cubren más de la mitad del mural.

Esta pieza es un hito del arte mexicano, al ser el primer mural hecho por una mujer que se exhibe en el Museo del Palacio de Bellas Artes, y aunque la autora no consigue verlo entero, se cumple el sueño de que miles de personas lo puedan disfrutar.

Rina García Lazo cuenta que el proceso de elaboración de este mural fue largo e intermitente.

Tardó muchos años porque comenzó y lo dejaba, y se ponía a hacer cualquier otra cosa, entonces pasaban meses que no pintaba el mural, pintaba algunas otras cosas, pero siempre fue un cariño el que le tuvo a este mural y siempre decía ‘lo tengo que terminar’”, explica la hija única de la artista y del también muralista mejicano Arturo García Bustos.

Es minuciosa con cada pincelada de este lienzo de 2,70 metros de alto por 5 metros de ancho.

Aun a sus 95 años, no titubea para subirse a los andamios que requiere para alcanzar los rincones más altos del bastidor, y plasmar elementos de la cosmología maya.

Estoy segura de que a esta obra mi madre le entregó todo su amor. Plasmó todo lo que ella quería sobre la cultura maya, y que de alguna forma la gente pudiese apreciarlo. Ella sabía desde el fondo de su corazón todo lo que quería imprimir en esta obra.

El mural está lleno de referencias al Popol Vuh, libro sagrado de los mayas, y a diferentes piezas artísticas de esa misma cultura, con la que Lazo está ligada desde su infancia.

A pesar de su nombre, esta obra hace un recorrido no solo por el inframundo, sino por toda la cosmología del mundo maya antiguo, organizada en tres planos: el cielo, la tierra y el inframundo.

Para realizarla, además de dedicar prolongados periodos de tiempo al estudio, la artista va a las grutas de La Candelaria, en la zona central de Guatemala, para estudiarlas y poder representarlas a la perfección en el lienzo.

Estoy segura de que a esta obra mi madre le entregó todo su amor. Plasmó todo lo que ella quería sobre la cultura maya…

La historiadora del arte y curadora conceptual de la exposición, Dina Comisarenco, recuerda los detalles de la personalidad de Lazo y su extraordinario talento que la llevan a admirar su trabajo y, después, a convertirse en estudiosas de su obra.

Desde 1994, cuando Comisarenco llega a México, se acerca a Rina Lazo y a García Bustos y es testigo, durante esos 10 años, del camino que toma el mural.

Fue un proceso increíble, estoy honrada y agradecida. No es algo que nos pasa a los historiadores del arte todos los días

El mural Xibalbá, el inframundo de los mayas es, en parte, la culminación de toda una vida de amor, dedicación y disciplina dedicada al estudio de la cultura maya antigua.

Ya en los primeros trabajos de Lazo, en Guatemala, su interés por retratar la naturaleza de su tierra y la influencia de lo prehispánico es visible en las esculturas, grabados y obras que hace.

Con 21 años ingresa en la Academia de Bellas Artes de Guatemala.

Dos años después gana una beca para estudiar en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado, La Esmeralda, en México.

Ahí, uno de sus profesores capta su talento y la invita a trabajar como asistente de uno de los principales representantes del muralismo nacional: Diego Rivera.

Comisarenco cuenta:

Ella contaba con mucha picardía que el maestro la invitó dándole una notita sin que nadie se diera cuenta, esto porque todo mundo quería ser asistente de Rivera, a pesar de que él tenía fama de ser un gran explotador, que cuando uno trabajaba para él lo tenía horas y horas y horas; él tenía una gran capacidad de trabajo, y pretendía lo mismo de sus asistentes.

Aprende de Rivera no solo la parte técnica de cómo hacer un fresco, también la investigación en términos políticos y sociales que se debe llevar a cabo para realizar una pintura mural.

No todas las mujeres tuvieron la misma fortuna de entrar a trabajar con uno de los grandes muralistas.

Diego Rivera tiene, como ustedes saben, una fama terrible en muchos aspectos, pero aun así, en este campo, yo como especialista en mujeres muralistas, lo respeto porque sí contrató a muchas mujeres como asistentes, y así fue como muchas mujeres se iniciaron en la pintura mural.

Aunque la efervescencia del movimiento muralista pone a mediados del siglo XX el nombre de México en boca del mundo entero, hay muchos artistas, entre los que destacan las mujeres muralistas, que son invisibles ante aquella explosión, o bien, que se convierten en testigos silenciosos cuyas obras han son rescatadas muchos años después como María Izquierdo.

1945, la artista mexicana es contratada por el Gobierno del Distrito Federal (ahora Ciudad de México), para realizar un mural en un edificio en el Zócalo de la ciudad. Cuando empieza a trabajar en la obra,  le avisan de la cancelación del proyecto.

Una comisión integrada por los muralistas consagrados Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, solicita al entonces regente de la capital, Javier Rojo Gómez, destituya a Izquierdo del encargo, aduciendo que ella no tiene experiencia en pintura mural.

Es cierto, ella no tenía experiencia, pero ellos tampoco cuando empezaron a hacer sus primeros murales.

Son esas paradojas muy tristes porque eso nos priva de tener unos murales que yo creo que hubieran sido extraordinarios, cuenta Comisarenco.

A partir de este suceso, la artista mexicana denuncia la existencia de un monopolio masculino de la pintura mural, algo que le procura rechazo y censura por parte de críticos y artistas de la época.

Rina Lazo Wasem pintora guatemalteca parte del movimiento del muralismo mejicano 

que nace en Ciudad de Guatemala, Guatemala el 30 de octubre de 1923 y muere en Ciudad de Mejico el 1 de noviembre de 2019.

Además de su obra mural confecciona obras en formatos más pequeños como lienzos,  han sido expuestos en México y otros países, convirtiéndola en una de las artistas más conocidas de Guatemala.

Hija de Arturo Lazo y de Melanie Wasem. Estudia en el colegio alemán hasta el bachillerato.

Su infancia transcurre en Cobán, donde mantiene contacto con el pueblo maya, de ahí que esta cultura se encuentre presente en su obra.​

Ingresa en la Academia de Bellas Artes (hoy Escuela Nacional de Artes Plásticas Rafael Rodríguez Padilla) en 1944.

Durante esa época, trabaja como asistente del artista Julio Urruela, con el que colabora en los murales del Palacio Nacional de la Cultura de Guatemala.

1945, consigue una beca del presidente Juan José Areválo  para estudiar arte en México en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda.

Es este el motivo por el que sale del país y no la revolución que acontece en ese momento

Entre los profesores con los que Lazo se forma en La Esmeralda están Carlos Orozco Romero, Jesús Orozco Galvan, Alfredo Zalce, Federico Cantú y Manuel Rodriguez Lozano.

Pero quizás su maestro principal es Diego Rivera, a través del que conoce a Frida Kahlo.

Su primera obra están ligadas con la estética y temas de los murales de Rivera.

Debido a su relación con la pareja de artistas se une al Partido Comunista.

Esta cercanía con los Rivera-Kahlo la lleva a conocer a su marido, Arturo García Bustos, quien es uno de los estudiantes de Frida Kahlo, que se les conoce como como Los Fridos.

1949 se casa cuando Lazo tiene veinticuatro años.

La pareja se traslada a Coyoacán a una casa ubicada en el barrio de La Conchita, conocida como La casa colorada.

2006 esta residencia es convertida en galería por la familia de los artistas.

Su carrera comienza poco después de que ingresa en la Escuela Nacional de Pintura, La Esmeralda cuando Diego Rivera la contrata como su asistente en 1947 para trabajar en el Hotel del Prado, el mural Sueño de una tarde dominical en la alameda Central.

En esta colaboración con el muralista, este la consideró como su brazo derecho y su mejor estudiante.

A partir de esa fecha y hasta la muerte del pintor en 1957, Lazo trabaja en un número importante de murales, lo que la dota de una amplia experiencia.

Dentro de este periodo su trabajo se ve reflejado en murales tales como El agua, origen de la vida sobre la tierra (1951) del Cárcamo de Dolores en Chapultepec, el mural La Universidad, la familia y el deporte en Méjico del Estadio Olímpico Universitario en 1952 y uno en Guatemala, La gloriosa victoria de 1954 en el Palacio Nacional de Cultura.

Este último mural genera polémica debido a que escenifica la intervención norteamericana por medio de la guerrilla en Guatemala, la misma que desencadena la caída del gobierno de Jacobo Arbenz.

En su obra individual, Rina Lazo realiza un número importante de murales, frescos, murales en vinilo y estuco en Guatemala, así como en varios lugares de México.

Antes de su matrimonio, crea un mural en la Escuela Rural de Temixco mientras espera de que el Partido Comunista se reorganice en Morelos.

Su siguiente mural es Tierra fértil en 1954, basado en escenas de la zona de Tikal en el Museo de la Universidad de San Carlos en Guatemala.

Otro trabajo concluido en su tierra natal es Venceremos de 1959, por el que recibe diversos reconocimientos.​

1996, realiza dos reproducciones de los murales precolombinos en Bonampak.

El primero, y el más grande, se encuentra en el Museo Nacional de Antropología

de Ciudad de México, a petición de Pedro Ramírez Vázquez.

Se trata de un calco realizado directamente de los murales del sitio arqueológico.

Este trabajo le da paso a otro mural en paneles móviles para una compañía de televisión, y tiempo después, esos paneles son comprados por la hija de la familia García Lazo para la Galería Casa Colorada.

1995, ella crea otro mural para el Museo de Antropología llamado Venerable Abuelo Maíz.

Aunque la pareja García Lazo aprende con los Rivera-Kahlo, normalmente no trabajan juntos dada la diversidad de intereses que les mueve.

Pese a lo anterior, en 1997, trabaja en el diseño y en la realización de un mural transportable de 2,7 por 7 metros llamado Realidad y sueño en el mundo maya. Mágico encuentro entre hombres y dioses, que es inaugurado en el Hotel Casa Turquesa en Cancún.​

Su trabajo en lienzo es menos conocido.

Su primera obra premiada de 1944 es Por los caminos de la libertad.

Expone en Alemania, Austria, Francia, Estados Unidos, México, Guatemala, Corea etc.

Esa trayectoria la convierte en la pintora guatemalteca más afamada.

Es profesora de artes en varias instituciones, como la Escuela de Restauración del Instituto Nacional de Bellas Artes o la Escuela de Bellas Artes de Oaxaca. También da clases en la Casa del Lago de Chapultepec y seminarios y talleres en elMuseo Nacional de Antropología de Ciudad de México, La casa de cultura de Oaxaca así como en ciudades como Guatemala, Leipzig y Pyong Yang,​

Se la reconoce igual por su trabajo con Rivera que por los trabajos que ella hace. Recibe el premio Emeretisimum de la Facultad de Humanidades de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

2004, recibe la Orden del Quetzal del gobierno de Guatemala.

2005, recibe la Medalla de la Paz de Guatemala.

2010, recibe un reconocimiento de parte del gobierno de Rumania.​

1998, Abel Santiago escribe su biografía, Sabiduría de Manos, con textos de Andrés Henestrosa, Enrique González Casanova, Maria Luisa Mendoza, Otto Raul Gonzalez y Carmen de la Fuente.

Tiene una serie de homenajes en varios lugares tales como el Museo Mural Diego Rivera.

2010 La embajada mexicana en Guatemala le rinde tributo con una exposición de los paneles del mural de Bonampak en el Centro Cultural Luis Cardoza y Aragón.

2011 ella y su marido son invitados a Estados Unidos a hablar de su trayectoria con Diego Rivera.

1964 es integrante del Salón de Plástica Mejicana hasta su muerte.​

Fallece en su casa de Coyoacán, el 1 de noviembre de 2019 a los 96 años tras un infarto.

Como discípula de Rivera y de Kahlo, es parte del muralismo mejicano de la Escuela Mejicana de Pintura.

 Trabajando con muralistas aprendió que lejos de aislarse debía estar en el centro de las situaciones y observarlas.

Otra influencia de Lazo es uno de sus autores favoritos, Miguel Angel Asturias, a quien conoce de niña y luego lo reencuentra en México.

De hecho, Asturias escribe sobre ella.

Prefiere pintar frescos, pero sus lienzos son reconocidos por su calidad interpretativa, tales como El espejo de mi estudio de 2001 en el que ella se representa en el espejo rodeada de niños.

La opinión de Lazo al respecto de los artistas de hoy en día era que están demasiado comercializados y ya no tan comprometidos con las causas sociales.

A pesar de que ya no disfrutaba tanto de la pintura mural como lo hacía antes, Lazo sentía en sus últimos años que el muralismo mexicano era importante y relevante.

Ella puntualiza que además que como Frida Kahlo y Diego Rivera, todavía existe un reconocimiento internacional por el movimiento.

convencida que habrá un regreso a esa forma de arte dadas las implicaciones sociales y políticas que conlleva

https://elpais.com/mexico/2022-06-07/rina-lazo-la-primera-mujer-muralista-en-el-palacio-de-bellas-artes.html

Rina Lazo – Wikipedia, la enciclopedia libre

Publicado por ilabasmati

Licenciada en Bellas Artes, FilologÍa Hispánica y lIiteratura Inglesa.

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