
Friedrich Schinkel tiene la audacia crear una arquitectura válida para la época sin ravivals, estableciendo un dialogo entre neoclásico y romántico.
Karl Friedrich Schinkel (1781 – 1841) es más conocido como arquitecto que como pintor.
A lo largo de su vida proyecta algunos de los edificios más carismáticos de Berlín, como su Teatro Nacional o el Museo Antiguo ubicado en la la Isla de los Museos en el cauce del río Spree.

Pero durante toda su vida pinta y se dice que en su arquitectura se ven pinturas y en sus pinturas siempre hay arquitecturas.

Un ejemplo es este lienzo de 1815, Catedral gótica a la orilla del mar, que hoy se conserva en el interior del mismo museo que proyecta.


La arquitectura de K. F. Schinkel se integra en el movimiento neoclásico, más inspirado en el Grecia Antigua que en la Roma Imperial.
Pero en sus pinturas, hay un artista neogótico, lo cual hace alusión inmediata la forma del templo imaginario que retrata.
Y el neogótico está vinculado con el Romanticismo.

El estilo gótico es una representación simbólica de alcanzar el cielo.

Sus formas verticales se usan como alegoría de una búsqueda de ideales de belleza y de perfección.
Hay una búsqueda de la ruhe o armonía, conseguida por la intermediación de esa arquitectura que une cielo y tierra.
En Alemania el neogótico contiene un contenido nacionalista.
La arquitectura neoclásica germana huye de los modelos de Roma porque se asocian con el arte académico francés, en el caso de la pintura neogótica también se puede entender también con esa clave, y es que no hay que olvidar que parte del territorio alemán había sido ocupado por la Francia napoleónica, además de que se considera que el arte gótico es de origen alemán algo falso.
En este cuadro, Schinkel muestra un anhelo, de una Prusia libre tras la caída de Napoleón.
Catedral gótica a la orilla del mar de Schinkel | La guía de Historia del Arte (laguia2000.com)
https://es.wikipedia.org/wiki/Karl_Friedrich_Schinkel