Goya, Fusilamiento del 3 de mayo

Goya, Fusilamiento del 3 de mayo

1789-1815, la Revolución Francesa y guerras napoleónicas desestructuran Europa, desencadenada o por la oposición de las potencias europeas a la revolución o por el expansionismo militar francés, especialmente tras la llegada al poder de Bonaparte en 1799.

Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Italia, Alemania, Austria, Prusia, España, Portugal y Polonia sufren cambios tremendos.

Cambios dinásticos y políticos, guerras, ocupación militar, ensayos constitucionales, modificaciones fronterizas, unificaciones o particiones territoriales, su transformación en estados o estados nuevos.

Francia napoleónica influyó decisivamente en España.

Es el árbitro de la política española desde octubre de 1807, cuando por el tratado de Fontainebleau, la España de Godoy y Carlos IV, condicionada por su política exterior de alianza con Francia desde 1796, autoriza la entrada de tropas francesas en su territorio de cara a una operación militar franco-española contra Portugal dentro de la estrategia napoleónica de bloqueo continental contra Gran Bretaña.

Después en 1808, tras los sucesos ocurridos en marzo, Napoleón liquida la monarquía española y establece una monarquía satélite con su hermano José (José I 1808-1814).

1808 la crisis fue de las peores de toda la historia española.

Es una crisis triple, de gobierno, de estado y nacional.

17 de marzo, un acto de fuerza en parte revolución de palacio, en parte amotinamiento popular que se desarrolla en Aranjuez, lugar de residencia de la Corte, derriba del poder a Godoy, el poderoso e impopular ministro que gobierna España, con el apoyo de los monarcas Carlos IV y María Luisa de Parma, casi ininterrumpidamente desde 1792.

El motín de Aranjuez hace que Carlos IV abdique en su hijo Fernando VII, el hombre que aglutina la oposición, para entonces, amplia y general al godoyismo.

El 2 de mayo se produce en Madrid un levantamiento popular con la participación de soldados y oficiales, contra el ejército francés (35000 soldados) que mandados por el mariscal Murat, entran en Madrid el 20 de marzo en virtud de los tratados de Fontainebleau y que no reconoce al nuevo rey.

Mariscal Murat

El levantamiento es reprimido por las tropas francesas y unas 200 personas son ejecutadas.

A la vista de los acontecimientos, Napoleón Bonaparte procede a modificar de raíz el Estado Español.

Tras reunir en Bayona en abril de 1808 después de los sucesos de Aranjuez a toda la familia real española, obliga a Fernando VII (5 de marzo de 1808) a devolver la corona a Carlos IV y este a ceder el trono a José I.

Goya, Familia de Carlos IV
¿Una disculpa de Goya?

Durante la tumultuosa ocupación francesa, Goya mantuvo su posición como pintor de la corte, lo que significa que tuvo que jurar lealtad al usurpador José Bonaparte. Cuando los franceses finalmente fueron expulsados de España en febrero de 1814, Goya pidió al gobierno provisional de la nación «perpetuar con sus pinceles las acciones más notables y heroicas de nuestra gloriosa insurrección contra el Tirano de Europa», lo que llevó a la comisión de este par de pinturas tan famosas.
En la foto, José I Bonaparte de François Gérard.

El cambio dinástico provoca la crisis nacional.

El 22 de mayo estallan sublevaciones antifrancesas en diferentes ciudades españolas.

Un punto de inflexión en el estilo de Goya

La ocupación francesa hizo un profundo impacto en el pintor. Mientras apoyó la Revolución Francesa, quedó marcado por los horrores y la subyugación que presenció durante la ocupación de Francia. Mientras que sus obras habían mostrado interés en los comentarios sociales y políticos, los historiadores del arte notaron que su obra se oscureció tanto en color como en contenido desde este momento, comenzando con este par de pinturas de rebelión.
 

Desde ese momento la guerra, una cruel y devastadora guerra como Goya refleja en los grabados de Los desastres de la guerra (1810-1823) y en sus pinturas del 2 y 3 de mayo, se extiende por todo el territorio, prolongándose hasta 1813.

El curso de la historia queda alterado.

Ocupación francesa, levantamiento popular y guerra destruyen el viejo orden político y social del país, el Antiguo Régimen y con él, el Orden Colonial, que España pierde entre 1810-1825, tras varios años de guerra, con la excepción de Cuba, Puerto Rico y Filipinas que conserva hasta 1898.

En la zona de ocupación francesa, José Bonaparte con la base de una Constitución elaborada en Bayona el 7 de julio de 1808 por un grupo de notables españoles, crean con el apoyo de los afrancesados, Azana, O’Farril, Cabarrús, Urquijo, Meléndez Valdés, Moratín un régimen reformista e ilustrado.

En la zona española, el vacío de poder y la pasividad de las que en mayo de 1808 son todavía las autoridades legitimas (capitanes generales, presidentes de las audiencias, Chancillerías etc) provocan actos insurreccionales y la formación  a partir del 25 de mayo de 1808 de nuevos poderes territoriales , de las Juntas Provinciales, que parecen asumir la soberanía y legitimar su autoridad en nombre del pueblo proceso que se radicaliza al hilo de la guerra hasta culminar, tras la creación de la Junta Central Suprema y luego de una Regencia, en la reunión de Cádiz el 24 de septiembre de 18010 cuyos diputados a instancias de la minoría liberal (Muñoz Torrero, Agustín Arguelles, Pérez de Castro, Juan Nicasio Gallego, el Conde de Toreno, Alcalá Galiano, Isidoro Antillón y otros, se autoconstituyen en Asamblea constituyente y en su primera decisión, declaran asumir la soberanía nacional.

La reunión de Cortes es un auténtico golpe revolucionario.

En ausencia del rey y en una situación de vacío de poder, un congreso de diputados en numero cercano a 300, de ellos 60 en representación de los estados americanos, de representatividad y elección discutible, y sin mandato previo constituyente, se apodera de la representación nacional e inicia una amplia obra legislativa, que termina con la Constitución del 19 de marzo de 1812, la primera Constitución de la historia española.

Las Cortes de Cádiz aprueban importantes reformas políticas, sociales y económicas.

Acuerdan la libertad de imprenta, el reconocimiento de la igualdad, de derechos políticos de americanos y peninsulares, la abolición de la Inquisición, la extinción de los señoríos y la liberalización de la agricultura, de la ganadería de la industria y del comercio.

El día 19 de Marzo de 1912, fue promulgada por las Cortes de Cádiz la primera constitución española, que sería derogada dos años después por Fernando VII, pero no solo se conformó con eso, si no que prohibió llamarla por su nombre, por tanto los gritos de ¡Viva la Constitución! fueron reemplazados por el conocido ¡Viva la Pepa!, aludiendo a que fue la fecha de su promulgación coincidió con la fecha de su proclamación y que era en toda regla un grito subersivo de los españoles que se oponían al absolutismo del rey.
La frase en la actualidad se utiliza dandóle un sentido más jocoso, aplicandósele a quien de forma desprecupada se desentiende de algo a lo que debería prestar atención

La Constitución de 1812, diez títulos, 384 artículos, transforma España en una monarquía liberal y parlamentaria.

Proclama la soberanía nacional, declara España como una monarquía moderada hereditaria, establece la separación de poderes, prevé la creación de un Tribunal Supremo de Justicia, hace residir el poder legislativo en las Cortes con el Rey, instituye unas cortes elegidas por un sistema de elección indirecta, introduce el sistema de elección indirecta, introduce el principio de responsabilidad ministerial, divide España en provincias y ayuntamientos, garantiza los derechos individuales y las libertades políticas básicas.

Las Cortes de Cádiz nacen y actúan con graves problemas e insuficiencias.

La idea inicial de la Junta Central y de la Regencia que es quien convoca las corte en febrero de 1810 es convocar las viejas Cortes tradicionales del reino, no una asamblea unicameral soberana.

La proclamación de esta es pues un golpe de mano de los diputados liberales.

El sistema de elección adoptado es muy complejo y de control casi imposible.

Electorados imprecisables, elecciones indirectas y voto oral.

En muchas provincias ocupadas por los franceses, no hay elección y sus diputados son elegidos por personas de esas provincias residentes en Cadiz, procedimiento utilizado también para la elección de la mayoría de los representantes americanos.

El poder territorial de las Cortes es además limitadísimo.

Cadiz esta sitiada por los franceses hasta mayo de 1812.

Madrid no es liberada hasta el 28 de mayo de 1813.

Así y todo la Constitución es un texto moral y políticamente admirable.

Aun confinada territorialmente, la revolución gaditana, una revolución de eclesiásticos ilustrados y radicales, de juristas, letrados, militares, nobles, catedráticos y altos funcionarios de la administración provincial y local, cambia la historia de España.

Crea y fija las ideas y el lenguaje y los principipios éticos y políticos del liberalismo español.

Cualquiera que fuera que fuera los defectos técnicos, el texto constitucional conduce a una especia de monarquía republicana y asamblearia de casi imposible articulación y sus limitaciones, el proceso gaditano no sabe resolver las aspiraciones y planteamientos autonomistas de los territorios americanos.

La Constitución de 1812 nace como marco y símbolo de referencia de las libertades españolas y como tal queda en la historia.

El secuestro de un niño que enfurece al pueblo
Los madrileños se agolparon a las puertas del Palacio Real a primera hora de la mañana del 2 de mayo de 1808. El pueblo sospechaba que los franceses querían raptar al hijo menor del Rey Carlos IV y María Luisa de Parma, el infante Francisco de Paula. Entre la multitud se encontraba José Blas de Molina, que al grito de «¡Traición! ¡Que nos lo llevan! ¡Nos han quitado a nuestro rey y quieren llevarse a todas las personas reales! ¡Muerte a los franceses!» comenzó un levantamiento que se extendió por Madrid como la pólvora. 



Pintado como el que se puede considerar su pareja El 2 de mayo de 1808 en Madrid: la lucha con los mamelucos, durante los dos primeros meses de regencia del infante Don Luis de Borbón y Vallabriga, quien entra en funciones el 5 de enero de 1814, muy poco después de concluir la Guerra de la Independencia y a la espera de que regrese a España Fernando VII, el cuadro de los fusilamientos suscita una creciente fascinación en nuestra época.

La carga de los mamelucos de Goya. / MUSEO DEL PRADO.
Francisco de Goya representó en esta pintura la ira del pueblo madrileño y la lucha que ejerció contra el ejército francés. En el centro de la obra puede verse como un mameluco (mercenario egipcio bajo las órdenes del ejército francés) cae muerto en plena batalla. El pueblo se enfrenta a estos soldados con cuchillos y palos, mientras los invasores intentan huir rechazando el ataque. 

Otras dos obras posteriores le rinden un explícito homenaje como el fusilamiento del emperador Maximiliano de Monet y Masacre en Corea de Picasso.

El 3 de mayo de 1808 inspiró a otros aclamados artistas. Tanto la Ejecución de Edouard Manet del Emperador Maximiliano como la Masacre de Pablo Picasso en Corea muestran influencias de la perturbadora descripción de la guerra de Goya.

Pero la resonancia del cuadro de Goya no termina ahí, porque es inspiración para la literatura, la música etc.

Daoíz y Velarde, héroes de Madrid
Este óleo de Joaquín Sorolla representa la defensa del parque de artillería de Monteleón durante el levantamiento del 2 de mayo de 1808. En el centro de la imagen se ve al artillero Pedro Velarde en el momento de ser abatido. A su izquierda se encuentra Luis Daoíz dando órdenes malherido, mientras a sus espaldas lucha el pueblo de Madrid con armas improvisadas.

La representación pertenece a la tradición épica pero modificada, lo que le lleva a ser comparado a la Rendición de Breda de Velázquez o con Marat asesinado de David.

Goya, La rendición de Breda
Marat asesinado de David

De todas formas, Los fusilamientos de Goya trasciende el acotado campo de una obra maestra para convertirse en símbolo de las ideas y valores que configuran el mundo contemporáneo.

Goya, fusilamiento del 3 de mayo de 1808. La venganza francesa
Tras los levantamientos populares del 2 de mayo de 1808 en Madrid, la represión por parte del ejército francés continuó al día siguiente. Francisco de Goya representó uno de los acontecimientos más terribles de aquellos días, los fusilamientos del 3 de mayo en la montaña de Príncipe Pío.

Muestra la violenta represión del ejército francés ante el levantamiento popular del 2 de mayo de 1808 en Madrid, cuando el infante Don Francisco de Paula es conducido hacia Burdeos, donde esta el resto de la familia real española.

Grabado de Blanco sobre dibujos de Ribelles que ilustra la lucha entre españoles y franceses en la Puerta del Sol.

La rebelión sirve para aumentar la larga y cruenta guerra de la independencia, que tantas y tan diversas consecuencias tiene para España contemporánea.

La valentía de Manuela Malasaña
Manuela Malasaña fue una de las muchas mujeres que participaron en el levantamiento contra los franceses en Madrid. La tradición cuenta que esta costurera madrileña ayudó a su padre Juan Malasaña suministrándole los cartuchos de fusil para combatir desde su casa a los invasores. Este cuadro, de Eugenio Álvarez Dumont, representa el momento en que Juan Malasaña mata al francés que acaba de asesinar a su hija. Sobre el papel que jugó aquel día Manuela Malasaña no hay acuerdo entre los historiadores, pero lo que está claro es que fue fusilada sin piedad por los franceses.

Se especula si Goya lo presencia o no, algo que no afecta al meollo artístico, que tiene que ver con la vivencia de los acontecimientos.

¿Fue Goya testigo directo?

Hay opiniones diferentes en cuanto a si Goya fue testigo de primera mano de las escenas de la rebelión. Esta pintura masiva de 265 cm x 345 cm muestra la sangrienta escaramuza. Goya eligió representar a los madrileños armados con cuchillos como héroes desconocidos que atacan el poder de los mamelucos y un oficial de caballería francés. Toda la pintura representa una escena de caos que de alguna manera suscita un sentimiento de realismo y autenticidad.

Goya tuvo al alcance lo que pasó, pero lo que representa pictórica y gráficamente casa con lo que acontece.

Críticas

Los historiadores del arte han sido un tanto críticos con el manejo de Goya de la pintura, afirmando que, por ejemplo, los caballos parecen estáticos y que las figuras en la pintura de ‘La carga de los mamelucos’ parece que están posando. De entre los cuadros del 2 y el 3 de mayo de 1808, este último es considerado el mejor y más memorable.

Aunque median 6 años con lo acontecido y en el momento de su evocación pictórica Goya no demuestra como transcriptor de la tragedia ínfulas patrioteras, sino una capacidad genial para adelantarse al fondo del horror y la violencia.

El tres de mayo de 1808 es conocido por varios nombres

Hay varios títulos que hacen referencia a la misma obra, que incluyen Los fusilamientos del 3 de mayo, el 3 de mayo de 1808 en Madrid o Las ejecuciones. Teniendo en cuenta la ubicación, el cuadro también se denomina Los fusilamientos de Goya en Príncipe Pío. Su título más importante es ‘El tres de mayo de 1808: La ejecución de los defensores de Madrid’.

Hay una gran incertidumbre en el país en 1814, año de la llegada de Fernando VII, cuya condición de deseado no deja de provocar aprensión entre los liberales, unos temores que se verán ampliamente confirmados.

Goya, Retrato de Fernando VII

Goya concede el protagonismo físico y moral al pueblo anónimo.

Al igual que la sublevación tuvo lugar en varios emplazamientos, la también inmediata y arbitraria represión sofocada la revuelta, tuvo también diferentes emplazamientos.

El escenario de los fusilamientos de Goya es el cerro del Príncipe Pío.

La limpieza del cuadro arroja luz de el lugar y su composición.

En ese cerro se fusilan victimas que se han capturado in fraganti, lo que explica mejor el pathos de la composición, y aquí son verdugos lo que luego serán victimas.

Así Goya exorciza la violencia ciega, de la misma forma que lo hace en Los desastres de la guerra, con cuyo espíritu coincide.

Verdugos y víctimas intercambian sus respectivos papeles en la tragedia, produciendo desolación en el contemplador.

El 3 de mayo, es una escena nocturna en el amanecer, donde desfila un cortejo macabro de los ya muertos, los que están a punto de morir y los que esperan su turno mortal.

Goya lleva a cabo una cruel y precisa disección de actitudes dominada por el pánico y la rabia.

Destaca el hombre arrodillado con la camisa blanca que es interpretada en la manera como el pintor justifica la inocencia de los culpables.

El cuadro no es bien visto ni comprendido por sus comitentes, por lo que permanece guardado hasta la segunda mitad del XIX.

¿Cuándo se expuso por primera vez el cuadro de los fusilamientos?

Se desconoce. Los historiadores no han encontrado referencias de 1814 que detallen el debut del cuadro. Sin embargo, esta brecha en el registro histórico puede deberse a que el rey de España, Fernando VII, no era un fanático de la obra en aquellos años. El monarca incluso puso fin a los planes para construir un monumento en conmemoración de la caída del levantamiento.
 






Como nota a pie de página, durante la guerra civil española en la década de 1930, cuando Madrid fue bombardeada por tropas nacionalistas, el gobierno republicano decidió trasladar las pinturas del Museo del Prado. Un camión que llevaba las pinturas de Goya sufrió un accidente y el cuadro del 2 de mayo sufrió graves daños: faltaban incluso trozos. Cuando la pintura fue reparada más tarde, algunos daños quedaron sin restaurar en el borde izquierdo de dicha pintura para recordar a los espectadores los eventos de la guerra civil.

 El transformar la derrota física en victoria moral de quien ha sido convertido en víctima o mártir, remite al Ecce Homo cristiano.

Obelisco a los caídos
Las cenizas de los que lucharon en el levantamiento del 2 de mayo descansan en este obelisco situado en el Paseo del Prado en Madrid.

El trasformar la derrota física en victoria moral revoluciona el sentido de la pintura épica, algo que Goya frecuenta y que consigue darle un impulso y alcance nuevo, al convertir al pueblo anónimo victimizado, en vez de ser un héroe solitario, en un cargo de conciencia social.

Plaza Dos de mayo
El centro de Madrid cuenta con numerosos monumentos que recuerdan a los héroes del 2 de mayo, como esta escultura a Daoíz y Velarde en la plaza del Dos de mayo.

El 3 de mayo se vincula con El Guernica, el cual traslada las víctimas que no participan en la confrontación, como mujeres y niños y animales, para conjurar el horror de la guerra.

CALVO SERRALLER Francisco, FUSI DE AIZPURÚA Juan Pablo, El espejo del tiempo, Editorial Taurus, Madrid 2009.

Fotografía Trianart

https://www.muyhistoria.es/contemporanea/fotos/2-de-mayo-de-1808-madrid-desafia-a-napoleon/el-secuestro-de-un-nino-que-enfurece-al-pueblo

Publicado por ilabasmati

Licenciada en Bellas Artes, FilologÍa Hispánica y lIiteratura Inglesa.

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