
Las colinas de Chartres, entre los meandros del río Eure, son desde hace quince siglos emplazamiento de templos cristianos.

Antes, los druidas galos ya conocen las corrientes telúricas que recorren el lugar.
Primero hay una ermita, después una iglesia, y más tarde se erige la catedral.
La catedral de Chartres está edificada sobre el dolmen de la tribu celta de los carnutos, que a sí mismo se llaman los guardianes de la piedra.

Y es que desde la más remota antigüedad el hombre reconoce en estas tierras el fluir de fuerzas subterráneas que dotan al lugar de una especial energía.
Los druidas galos llaman wuivres a estas corrientes telúricas, serpientes.
El conocimiento de estas serpientes subterráneas es transmitido desde tiempos remotos.
Controlar este poder, emplearlo para la sanación y la elevación espiritual, parece empeño de los hombres.
Así se explica la figura de Cristo que aparecen el pórtico sureste de la catedral: sus pies sujetan las cabezas de dos serpientes, evitando que éstas se crucen y dominando sus destinos.
Pero no sólo son fuerzas inmateriales las que recorren el subsuelo de Chartres.
Varias corrientes de agua circulan bajo las piedras del templo; hasta catorce se cruzan bajo el ábside.
Una de ellas alimenta el Pozo de los Fuertes, en la cripta.
De allí beben, creyendo milagrosas sus aguas, los miles de peregrinos marianos que en la Edad Media acuden a venerar a la Virgen Negra.


La catedral que hoy conocemos es la número seis.
Cinco incendios destruyen las anteriores.

1118, antes del último incendio (ocurrido en 1194) San Bernardo de Claraval pide a nueve caballeros franceses que viajan hasta Jerusalén para descubrir los secretos del templo de Salomón.
Estos caballeros templarios regresan diez años después sin aportar respuestas públicas al misterio.
Sin embargo muchos creen que los que vienen de Tierra Santa trayendo consigo el secreto del arte gótico, el más mágico de todos.
El Arca de la Alianza de Moisés les habría revelado la geometría sagrada y las leyes divinas de los números, pesas y medidas.
Un secreto que pasa a lo largo de los siglos a través de masones, alquimistas y sociedades secretas y que llega, como último gran arquitecto, a Gaudí.

Más clara se hace en Chartres la relación entre la regla del Temple y el arte gótico si observamos el llamado pórtico de Los Iniciados, flanqueado por dos columnas.
En una de ellas se representa al Arca de la Alianza transportada en una carreta de bueyes, mientras que en la otra se ve a un hombre cubriendo el Arca con un velo.
A sus pies aparecen algunos guerreros muertos, aludiendo al coste de vidas que supone la empresa de los templarios.
La estructura de la catedral no puede ser menos que enigmática.

El plano se elabora siguiendo las proporciones del número áureo, en 1,618.

Otras están basadas en las escalas musicales, como las de la nave y el crucero.

Las proporciones geométricas de las ojivas recuerdan a las estrellas de cinco puntas de los masones, que representaban al hombre.
La senda iniciática aparece también en el famoso laberinto del enlosado, que aprovecha las corrientes telúricas y que constituía para los fieles de la Edad Media un sustituto de la peregrinación a Tierra Santa.

Los artesanos y artistas medievales emplean gran variedad de colores para las ventanas.

Los colores se obtienen añadiendo óxidos metálicos al cristal fundido.

Al añadir cobalto se obtiene un azul intenso, el cobre da azul y verde, el manganeso y el níquel, violeta y con el plomo se obtiene un amarillo pálido.

Es mas complicado conseguir rojo porque se necesita oro.

Modificando la mezcla básica y añadiendo diversos tintes se pueden mejorar los tonos.

Para los artistas góticos de Chartres y otras catedrales, las vidrieras de colores son un medio difícil de trabajar.

El proceso obliga a producir, colorear y cortar el cristal pero también a organizar las formas y los colores para crear imágenes.
Los fragmentos de cristal se unen mediante varillas de plomo.
Este soporte no puede conseguir el mismo tipo de realismo figurativo que puede crearse con otros medios como la escultura y la pintura.
Aun así las imágenes son increíbles y la luz que produce, espectacular…
800-820 se hacen vidrieras de colores en la Abadía de San Vincenzo (Volturno, Italia)
1065 los vitrales de la capital de Augsburgo (Alemania) que representan al profeta Daniel, son los ejemplos mas antiguos que se conservan.
1405-1445 los artistas del Renacimiento diseñan vitrales de escenas bíblicas para la catedral de Florencia.
1860 William Morris, prerrafaelista inglés, reaviva el interés por el medievo con sus diseños de vidrieras.
1974 el pintor Marc Chagall diseña tres vidrieras nuevas para la catedral de Reims (Francia)…
El cristal ya se usa en ventanales en el siglo I en Italia se encuentran fragmentos de colores en ventanas de iglesias que datan del siglo IX.
La evolución de la arquitectura permite incorporar grandes vidrieras a iglesias y otros edificios.

El nuevo tipo de arquitectura que nace en el norte de Francia en el siglo XII que luego se extiende por el norte de Europa se conoce con el nombre de opus francigenum (obra francesa)

Siglos mas tarde, los arquitectos del Renacimiento bautizan no sin desdén con el nombre de gótico, en referencia a los godos, es decir a los invasores barbaros del Imperio romano.

Pero el estilo no tiene nada de bárbaro, es la evolución elegante y muy hábil del Románico.

Las bóvedas de cañón y los arcos de medio punto de las iglesias románicas requieren el uso de muros muy gruesos que puedan soportar el peso.

Cualquier abertura en las paredes para ventanas las debilitan, por lo que en estos edificios son muy escasas y pequeñas, y el interior queda en penumbra.

A medida que el gótico evoluciona, los arquitectos experimentan con nuevas ideas y técnicas que abren los interiores de las catedrales e iglesias haciéndolas más espaciosas y luminosas.

Se adoptan los arcos apuntados, que tienen menos empuje lateral que los arcos de medio punto y que se pueden adaptar a aperturas de diferentes tamaños.

Se usan nervaduras de piedra para distribuir el peso en columnas y pilares, lo que permite prescindir de muros de carga.

Una de las grandes innovaciones del periodo gótico es el arbotante, que amplia las posibilidades de la arquitectura.

Consiste en un gran bloque (el contrafuerte) con un arco entre ese y el muro.

Mediante el arco, las fuerzas laterales del peso del techo se transfieren al muro arbotante.

De ese modo se pueden crear techos mas altos y espacios interiores mas altos.

Como los muros no tienen que soportar una gran carga, prácticamente pueden desaparecer.

Los arquitectos góticos pueden usar los espacios entre pilares para introducir ventanas que aportan luz y color a la penumbra de interior, un factor importante en los países del norte de Europa.

La bóveda de crucería, el arco apuntado y los arbotantes son las tres grandes innovaciones que permiten a arquitectos y artistas competir para crear catedrales de techos altos buscando la verticalidad y la luz.

La altura representa la aspiración de alcanzar el cielo, mientras que de acuerdo con los escritos de Pseudo Dionisio Aeropagita, filosofo y teólogo cristiano del siglo VI, la luz refiere a lo divino.
En la Biblia la luz se asocia con Dios, con Cristo y con los conceptos como la vida, la verdad, el bien.
Por tanto, la propia estructura de las catedrales góticas da forma física a las creencias cristianas.


Los vitrales que permiten la entrada de luz de colores se convierten en una característica decorativa y simbólica de la nueva arquitectura.
Una de las catedrales góticas mas espectaculares es la de Chartres.
Erigida entre 1194 y 1250 mide 130 metros de largo y 32 de ancho y es uno de los ejemplos mas sobresalientes de la arquitectura gótica francesa.

Con sus dos niveles de vidrieras el interior de la catedral resulta excepcional.
No entra ni un rayo de luz sin filtrar, pues todos pasan a través del tamiz de los vitrales.
El efecto resultante no es el de un interior inundado de luz, sino que evoca una gran intensidad espiritual.

Las vidrieras medievales son decorativas, instructivas y simbólicas.

Además de bonitas pueden leerse como ilustraciones de historias bíblicas que pretenden instruir a los fieles analfabetos a la vez que crear atmósfera.

En un principio en Chartres hay 176 vidrieras, que son creadas e instaladas entre 1205-1240, de las que se conservan 150.

La mas famosa de ellas es la Notre Dame de la Belle Verriere, del siglo XII, una de las cuatro que sobreviven a un incendio en 1195 que destruye casi toda la catedral.

En el centro del ventanal hay una imagen de la Virgen María vestida con una túnica de un intenso azul cobalto, su trono esta sostenido por ángeles y el Espíritu Santo sobre su cabeza, en forma de paloma.

En los bordes hay segmentos (añadidos más tarde) que muestran escenas de la vida de Cristo.

Cada nave y la girola en torno al coro cuentan con un gran ventanal ojival, la mayoría de los cuales miden 8 metros de largo.
Estos muestran una serie de historias del Antiguo Testamento, episodios de la vida de los santos e imágenes simbólicas como signos del zodiaco.

Algunos incluyen imágenes de comerciantes y artesanos de la zona, incluidos canteros y carpinteros.

Gracias a los arbotantes, el techo de la nave principal es mas alto que el de los laterales y los muros del nivel superior o triforio están formados únicamente por ventanales.

Cada uno de ellos esta formados por dos ventanas ojivales coronadas por un pequeño rosetón.

Como están tan altos y están alejados de los espectadores, son meros complejos que los inferiores y muestran imágenes de santos, profetas, reyes y miembros de la nobleza.

La catedral de Chartres es también famosa por sus tres grandes rosetones

Durante el siglo XIII se crean vitrales de bellísima factura en otras iglesias y catedrales de toda Europa entre ellas la de Reims (Francia), Brujas (Bélgica), Canterbury (Inglaterra) y León (España).
Las vidrieras de colores pasan a formar parte integrante de los planes decorativos e instructivos, pero es solo un elemento del efecto visual general de estos grandes edificios.
La decoración escultórica parece nacer de la arquitectura de un modo casi orgánico.

Los portales se convierten en representaciones talladas de gran complejidad, tanto por la ejecución como por el tratamiento de temas teológicos.

Las figuras emergen de las columnas y las escenas se tallan en dinteles y en espacios encima y en torno a las puertas.

Con sus esculturas y sus vitrales, su vertiginosa verticalidad y su luz, la catedral gótica se convierte en una pieza de arte que expresa una visión única y coherente.


En arte los vitrales prosiguen en el Renacimiento con artistas como Lorenzo Ghiberti y Donatello, que diseñan espectaculares ventanales para la catedral de Florencia.



http://algargosarte.blogspot.com/2014/11/las-vidrieras-de-la-catedral-de-chartes.html
PALFFY Georgina, ATKINSON Sam, El libro del arte. Editorial Akal, Madrid 2019.
https://temasycomentariosartepaeg.blogspot.com/p/clasificacion-catedral-de-notre-dame-de.html
https://www.misviajesysensaciones.com/2014/05/la-catedral-de-chartres-y-sus-secretos-francia.html
http://www.miscelaneasdeculturafrancesa.es/index.php/2019/08/31/catedral-notre-dame-chartres/
https://www.lacamaradelarte.com/2019/07/catedral-de-chartres.html