
El termino se acuña en occidente en el siglo XIX para designar las artes visuales creadas en territorio de dominio musulmán, de carácter tanto religioso como secular, a lo largo de un periodo casi de mil años desde poco después de la fundación del islam por el profeta Mahoma en el siglo VII, hasta el apogeo de los grandes imperios islámicos en el siglo XVII.

Estas obras se encuentran en un territorio que se extiende desde Arabia hasta España en Occidente e India en Oriente.

Aunque este arte muestra variaciones regionales e históricas, hay elementos estilísticos reconocibles, comunes a todas las épocas.

En un inicio la practica islámica no estipula ningún tipo de forma arquitectónica ni el uso de ningún tipo de imagen.

Los primeros estilos reflejan la influencia y tradiciones artísticas de los territorios que los musulmanes conquistan durante la dinastía Omeya.

Datados en el siglo VII y probablemente, obra de artistas que han trabajado para mecenas bizantinos, los mosaicos de la Cúpula de la roca de Jerusalén, uno de los ejemplos de arquitectura islámica más antigua que se conserva, se caracteriza por una serie de motivos vegetales azules y verdes y diseños geométricos que prefiguran el estilo islámico posterior.

Tales elementos que evolucionan a partir de tradiciones locales, son comunes al arte islámico y lo hacen identificable.

La edad dorada del arte islámico empieza en el 750 bajo la dinastía Abasí, que traslada la capital del islam de Damasco a Bagdad.

Posteriormente el imperio islámico se fragmenta en dinastías regionales incluida la Fatimi de Egipto, la Omeya de España y más adelante la Savafi, la Otomana y la Mogol, a pesar de lo que las artes visuales no dejan de evolucionar.

El Medievo ve una fértil etapa cuando los artistas islámicos comienzan a decorar con cerámica resplandeciente y mosaicos de cristal.
El arte islámico es decorativo y no figurativo, y hace un uso de la laceria y la geometría.
Aunque el Corán no prohíbe la representación de personas y animales, tampoco las fomenta.
Las interpretaciones de los hadices o tradiciones del Profeta, sugieren que la creación de formas vivas es obra de Dios y que los pintores no deben de intentar infundir vida.
Tampoco puede representarse a Alá ni al profeta Mahoma.
Pero los motivos de pinturas estilizadas se integran en ocasiones en la decoración de la superficie de los objetos, junto con criaturas fantásticas y también aparecen figuras iluminando manuscritos y en el arte secular.
Desde un inicio el islam es un fenómeno político y cultural, así como espiritual y moral.
Pero el arte de las mezquitas y madrasas (escuelas teológicas) sirve para expresar las creencias esenciales del islam y para fomentar un enfoque espiritual.

Para lograr esto y como consecuencia del deseo de evitar el arte figurativo, los artistas musulmanes, centran su creatividad en desarrollar un arte decorativo característico con patrones geométricos abstractos, diseños vegetales y florales o arabescos y caligrafía de diversos estilos.
Estos elementos forman parte integral de la arquitectura islámica y puede apreciarse en el mihrab de la mezquita de Córdoba.

Iniciado con formas básicas (el circulo, el cuadrado y las estrellas) los artistas musulmanes desarrollan varios patrones geométricos que se entrelazan y se repiten formando complejos diseños.

Estas imágenes geométricas no son fruto del azar.

Tomando el testigo de las tradiciones clásicas de la antigua Grecia y Roma, la ciencia y las matemáticas florecen durante la edad de oro del islam, y alcanzan un nivel de complejidad y conocimiento sin paragón.

Los diseños realizados por los artistas islámicos se basan en reglas de geometría estética y simbolizan la unidad y el orden del universo, tal y como lo crea Alá.

Entrelazados con estas imágenes a menudo se encuentran diseños vegetales y florales.

Además de cumplir una función decorativa, en los climas semiáridos de Oriente Próximo el exuberante follaje se asocia con el paraíso.
Inspirados en las tradiciones bizantinas anteriores, estos motivos son originariamente naturistas, pero pasan a ser mas abstractos a medida que evoluciona el discurso.
En el XVIII las expediciones de Napoleón a Egipto que llevan arte oriental a occidente pasan a ser conocidos como arabescos, lo que tan solo significa de estilo árabe.
La caligrafía tiene también un papel importante en el arte islámico, combinada con motivos geométricos o florales.
Considerada con frecuencia por los musulmanes como la forma de arte más elevada, la caligrafía árabe también asume un sentido muy espiritual como reflejo de la importancia del Coran, que los musulmanes consideran es la transcripción de la palabra de Ala.
La caligrafía por lo tanto es algo mas que un elemento decorativo, también tiene la misión de transmitir el mensaje del Coran, tal y como le es revelado al profeta.
Toda la caligrafía islámica esta escrita en árabe, prueba de la importancia de esta lengua como idioma de las plegarias y la importancia de la literatura y la escritura en la cultura islámica.
Se usan dos tipos de caligrafía, la cúfica o angulosa y la nasj, más redondeada.
Los diseños florales y geométricos y las formas abstractas de las caligrafías adornan los edificios en forma de tallas decorativas o azulejos pintados.
Cuando se usan en mezquitas y madrasas, los diseños entrelazados proporcionan un punto para la contemplación espiritual.
Hacen que el devoto se quede ensimismado en el laberinto de patrones regulares.
Se usan no solo para decorar las paredes de las mezquitas, sino también para su mihrab.
Hornacina enmarcada por un arco, normalmente de herradura, el mihrab es el elemento más importante de la mezquita.
Es un nicho que señala la dirección de la Meca (aquibla), hacia donde miran los musulmanes cuando oran.
El imán puede situarse ante el mihrab para dirigir la oración y su forma cóncava amplifica su voz.
Debido a su importancia religiosa, los mihrabs suelen estar decorados de forma suntuosa, lo que realza la impresión de que son una puerta que conduce a la Meca.

Uno de los mejores ejemplos de arte islámico es el mihrab del siglo X de la mezquita de Córdoba (dominada por la dinastía Omeya desde principios del siglo VIII).

La mezquita que hoy es una catedral se caracteriza por una gran sala hipóstila de 856 columnas rematadas por arcos dobles que alternan piedra blanca y ladrillo rojo.


Un eje de tres naves conduce al mihrab, que es construido por orden del califa Alhakén II como parte de la ampliación de la mezquita en el 961.

Frente al mihrab hay un espacio cerrado llamado macsura, reservado para el gobernante y su sequito, caracterizado por los arcos entrelazados y rematado por una exquisita cúpula.

El mihrab tiene forma de arco de herradura y destaca por los mosaicos dorados y multicolores con diseños florales y vegetales.
Las inscripciones caligráficas del borde del alfiz están hechas con diminutas teselas negras y doradas.
Realizadas con caligrafía cúfica, incluyendo versos coránicos y relatos políticos e históricos.
Tras el arco la hornacina tiene el techo en forma de concha (símbolo del Corán) tallada a partir de una única pieza de mármol.

Las otras formas de arte islámico que se encuentran en la decoración de las mezquitas también se usan en el arte secular.
Los mosaicos con diseño geométrico, por ejemplo se emplean para decorar desde paredes y techos hasta patios y fuentes.
Los artistas y artesanos musulmanes de la dinastía abasí trabajan diversas formas artísticas aplicadas al cristal, la cerámica, el marfil, el metal y la tela.
Entre los siglos VII-XIII, desarrollan un gran número de técnicas innovadora, incluido un proceso de vidriado de la cerámica que permite lograr un efecto de porcelana.
Bajo la dinastía abasí, los artistas musulmanes producen loza dorada, un tipo de cerámica que se decora aplicando pigmentos metálicos sobre una capa de vidriado.
Los artistas de Persia adoptan la técnica durante el siglo X, y al comenzar el periodo medieval, la cristalería islámica se convierte en la más elaborada de Europa y Asia cuyos centros de producción se encuentran en Egipto, Siria y Persia.
Las alfombras y otros artículos textiles también adquieren fama mundial y muchos de ellos están decorados con típicos diseños geométricos.
A finales del siglo XV, la edad dorada, el arte islámico inicia su decadencia, pero la influencia del estilo islámico en el arte y la arquitectura europea es obvia.
A partir del Renacimiento, el motivo arabesco se usa en manuscritos iluminados y en paredes, muebles y cerámicas.
https://historiasdelarteuned.wordpress.com/2014/06/28/la-mezquita-de-cordoba/
PALFFY Georgina, ATKINSON Sam, El libro del Arte, Akal, Madrid 2019.
