
Según Breton el Surrealismo es un movimiento que se alimenta del inconsciente, de la libertad y del amor, sin tener, en principio, un interés estético o moral en sus producciones.


Los surrealistas usan infinidad de técnicas, inspiradas en la publicidad, el psicoanálisis, para producir arte y explorar y estimular su creatividad.



Joan Miro, en sus cuadros combina símbolos abstractos con una iconografía muy personal que incluye pájaros, mujeres, flores, luna.

Yves Tanguy pinta paisajes oníricos detallados y abstractos.

El realismo de las figuras, sobre todo de las formaciones rocosas proviene de la infancia.

André Masson emplea técnicas de dibujo automático sin control consciente, se priva de comida o sueño y consume drogas para escapar de la racionalidad de la mente.


Rene Magritte inspirado en la industria publicitaria, realiza imágenes muy definidas, donde los objetos corrientes figuran en contextos y yuxtaposiciones poco habituales.


Max Ernst usa el frotagge y decalcomanía para liberar las imágenes de su subconsciente

1900 la interpretación de los sueños de Sigmund Freud es publicada, pero quien mas influye en el surrealismo es Carl Jung.

1916-1922 Dada sorprende y escandaliza con su puesta en escena de un arte creativo.
1924 André Breton publica su Manifiesto Surrealista


1936 se celebra la Exposición Surrealista Internacional en Londres
Dalí pronuncia una conferencia vestido de buzo.

1938 la galería de Bellas Artes de Paris acoge 300 cuadros de 60 artistas surrealistas.

1939-1945 durante la II Guerra Mundial, muchos surrealistas se escapan a Nueva York e influyen en América.


Entre 1920-1930 muchos creadores tienen fijación por lo irracional y extravagante.

La fijación por la extravagancia parte del final de la primera guerra mundial cuando reina un clima de melancolía por la contienda.

Dadá fundado en Zurich reacciona frente a ese mundo incomprensible con provocación nihilista, ironía y desdén, que pone en duda todos los patrones de la sociedad burguesa.

Es una sensibilidad común, porque todos los escritores vanguardistas europeos que coinciden en Paris a principios de los 20.

Tanto sus recursos de cuestionar la realidad como su experimentación con nuevas formas de vida se sustentan en el absurdo.

El fundador y portavoz del movimiento surrealista es Breton, autor del Manifiesto Surrealista en 1924 y promotor de la La revolution surrealiste.

Breton antiguo dada estaba deslumbrado por el subconsciente y el vinculo entre el inconsciente y los sueños.



Pero mientras Freud buscaba sanar a los pacientes, los surrealistas estan encantados de poder enterrar el sueño de la racionalidad.

Breton quiere liberar la mente del control consciente y las preocupaciones morales o estéticas y recurre a métodos como la libre asociación o la escritura automática, para que las imágenes inesperadas emerjan del subconsciente.


Su mayor anhelo es resolver las contradictorias condiciones previas del sueño y la realidad dentro de otra realidad, una superrealidad.


Aunque el surrealismo este basado en la literatura, pronto hay una gran variedad de artistas que los adopta y se hace eco de las preocupaciones y el deseo de Breton de producir un arte verdaderamente revolucionario.


Al ser un movimiento que intenta sobrepasar la razón para que emerja el verdadero funcionamiento del pensamiento, la pintura surrealista no desarrolla un estilo único.

Hay dos vías, la primera la de Max Ernst y André Masson, que se basa en el automatismo de dejar que la mano dibuje libremente sobre el papel, que renuncia al control consciente y conseguir la pieza desde la imaginación sin ningún tipo de intervención.

































La segunda la de Dalí y Rene Magritte, evoca extraños estados mentales, donde los objetos figuran en composiciones inverosímiles con realismo.



























Ambos tipos de arte implican la yuxtaposición de objetos que no guardan correlación entre ellos.
Pero mientras que en las obras surrealistas las imágenes emergen desde el subconsciente, llevarlas al lienzo supone disciplina, control y dominio de técnica.
Dalí comienza a experimentar con el surrealismo en 1928 cuando trabaja con Luis Buñuel en Un perro andaluz.



El cortometraje remplaza el argumento y la narrativa convencional por secuencias oníricas, algunas basadas en escenas soñadas por ambos artistas.
Una de las escenas es una mano devorada por hormigas, tema que vuelve a reiterar en su obra, incluyendo el cuadro de La persistencia de la memoria.

Al controlar la técnica de la pintura el resultado es un buen terminado de una escena de alucinación.

Dalí utiliza un método paranoico crítico para liberar imágenes de su subconsciente.

Cultiva alucinaciones autoinducidas que fusiona sueños, fantasía y realidad.

En la persistencia de la memoria, las tres esferas de los relojes derretidos indican una hora distinta y unas hormigas se abalanzan sobre un reloj de bolsillo metálico.

Un olivo seco con una única rama y ninguna hoja parece crecer de una mesa de madera, no de la tierra.

Las esferas de los relojes y las hormigas, símbolo de decadencia, aluden al paso del tiempo y a la muerte.

Es una obra de difícil interpretación y Dalí afirma que pinta el lienzo en la furia mas imperialista de la precisión a fin de sistematizar la confusión y así ayudar a desacreditar el mundo de la realidad.



Pese a las pequeñas dimensiones de la pintura (24 por 33 cm) es una de sus obras más emblemáticas y causa sorpresa cuando se expone en la Julien Levy Gallery en 1932.

Es adquirido por un comprador particular que lo cede al MOMA de Nueva York, donde continúa siendo una de sus obras mas estelares de su colección.
1952 Dalí vuelve a trabajar el tema en La desintegración de la persistencia de la memoria, una reinterpretación del original.

1945 a raíz de la detonación de la bomba atómica desarrolla gran fijación por la física nuclear y de la idea de que la materia está compuesta por partículas.


Comienza a pintar objetos como si se desintegraran en átomos.

En la nueva cosmovisión los bloques rectangulares y cuernos de rinoceronte que corren por el espacio evocan la estructura atómica que subyace en la obra original.


Los relojes ya no se derriten sobre objetos, sino que flotan en el espacio.

Las preocupaciones entre las dos pinturas de Dalí en 23 años han cambiado.

Durante el periodo surrealista, he deseado crear la iconografía del mundo interior, el mundo de lo maravilloso de mi padre Freud, lo he logrado.
En la actualidad, el mundo exterior, el de la física, ha trascendido al de la psicología.

Mi padre hoy es el doctor Heisenberg (el pionero de la mecánica cuántica).

Fuentes
Palffi Georgina, Atkinson Sam, El libro del arte, Editorial Akal, segunda edición, Madrid 1919.
Fotografía Trianart
