Hans Holbein El joven

Augsburgo 1497-Londres 1543, es uno de los grandes maestros alemanes del Renacimiento Nórdico

Comparte el circulo humanístico de Erasmo de Roterdam y es pintor de corte de Enrrique VIII.

Tiene un manejo del dibujo extraordinario.

Hans Holbein el Joven se le llama así para diferenciarlo de su padre Hans Holbein El Viejo que también es pintor y es su maestro.

Hans Holbein El viejo
Hans Holbein El viejo

Su infancia y adolescencia transcurren en Augsburgo y Nuremberg que son los centros económicos importantes que reciben un gran influjo italiano.

 1515 su padre manda a Hans y a su hermano Ambrosio a Basilea para que estudie con Hans Herbst, el más destacado maestro de la ciudad.

Hans y Ambrosio Holbein
Ambrosio Holbein

Hans Holbein no solo es pintor, hace vitrales, orfebrería, mural, destaca en el dibujo, y es fundamental para que vaya creciendo.

Venus y Amor, Hans Holbein El joven, 1515-1532

 Con 15 años se va de su ciudad a formarse a Basilea, y mas tarde se ve obligado a trasladarse, primero a Amberes y luego a Inglaterra, su carrera se desarrolla durante la reforma que es uno de los momentos más convulsos de toda Europa que se fragmenta.

Enseña de un maestro de escuela, 1516, Hans Holbein (Basilea, Öffentliche Kunstsammlung, Kunstmuseum). Se trata de uno de los primeros trabajos de Holbein, ejecutado en Basilea en el taller del pintor Hans Herbst (hacia 1470-1552), donde trabajaron Holbein y su hermano Ambrosius. Se trata de una placa pintada por las dos caras que debía ser fijada a una barra de hierro y suspendida en lo alto de un estrecho callejón. Una cara se atribuye a Ambrosius Holbein y la otra a Hans Holbein el Joven, muestra al maestro de escuela enseñando a leer y a escribir a dos jóvenes – uno de ellos es un soldado. Con solo diecisiete años, ya se puede contemplar el futuro talento de Holbein, por ejemplo en el efecto de contraluz espléndidamente ejecutado. Pero en conjunto, todo ello es todavía de un estilo muy precoz, con una exactitud de trazado característico del gótico tardío.
Retrato de Dorothea Meyer y dibujo preparatorio, 1516, Hans Holbein, (Basilea, Öffentliche Kunstsammlung, Kunstmuseum). Jacob Meyer solo tenía treinta y cuatro años cuando fue nombrado burgomaestre de Basilea  en 1516. Pidió inmediatamente a Hans Holbein su retrato y el de su segunda mujer Dorothea Kannengieser de Thann. Holbein ha situado estos dos retratos realistas en una logia renacentista, como las que veían los viajeros que recorrían Italia, con sus columnas, sus frisos decorativos y sus bóvedas artesonadas.

 Es un pintor de transición que conoce por su formación artística paterna las fórmulas del gótico internacional.

Hans Holbein El viejo
Hans Holbein El viejo

Se queda sin trabajo en Basilea por la reforma protestante de Lutero que es iconoclasta con lo que deja de tener encargos y mecenazgos.

Retrato de Bonifacio Amerbach, 1519, Hans Holbein, (Basilea, Öffentliche Kunstsammlung, Kunstmuseum). Este magnífico retrato demuestra el dominio técnico y los conocimientos adquiridos en la corta trayectoria de Holbein. Un primer triunfo después de su admisión, el 25 de septiembre de 1519, en la guilda Zum Himmel de Basilea. El noble perfil, la distribución equilibrada del espacio, el generoso trazado de las formas, su «italianidad» (interpretación que da Holbein del Renacimiento), todo ello superaba lo que se había podido ver hasta entonces en el mercado artístico de Basilea. Apenas mayor que su amigo Holbein, Bonifacio Amerbach era un jurista, más conocido por su talento de cantante. El cuarteto en latín que figura sobre la placa colgada del árbol, elogia la fidelidad del retrato y designa la condición y edad del retratado.
Sacrificio o Triunfo Antiguo, hacia 1518, Hans Holbein (Munich, Staatliche Graphische Sammlung)Durante los años que Holbein pasó en Basilea adquirió un gran dominio de la técnica del dibujo; sus dibujos se convertirán en lo más bello del arte europeo en este dominio. Baldung Grien había incitado a Holbein utilizar papel teñido con realces de color blanco, lo cual permitía efectos asombrosos. El Sacrificio o Triunfo Antiguo, dibujo realizado en 1518, del cual se han conservado algunos fragmentos, está realizado con esa técnica, y revela también el conocimiento de los modelos italianos del Renacimiento, en particular la obra de Andrea Mantegna. El joven Holbein demuestra una gran seguridad en el trazado de las formas y usa con moderación las sombras para modelarlas.

Viaja por primera vez a Londres en 1526 con cartas de recomendación de Erasmo de Roterdam para Tomas Moro para intentar tener alguna oportunidad laboral, pues a pesar de gozar de gran popularidad en Basilea deja de tener encargos.

Retrato de Erasmo de Rotterdam, 1523, Hans Holbein (Londres, National Gallery). El retrato representa a un Erasmo cuyo rostro irradia ingenio, representado de tres cuartos, y como parapetado detrás de una mesa, al lado de una pilastra renacentista. Se trata probablemente del retrato que Erasmo había enviado como regalo a William Warham, arzobispo de Canterbury y canciller de la universidad de Oxford. Sobre el borde frontal del libro, puesto oblicuamente contra una garrafa vacía sobre un estante, figura un hexámetro ensalzando al pintor, añadido posteriormente y tal vez compuesto por Erasmo, que dice: «la crítica es fácil pero el arte es difícil», – las mismas palabras que el legendario pintor de la Antigüedad, Zeuxis, había inscrito al parecer encima del retrato de un atleta.
Lais de Corinto, 1526, Hans Holbein (Basilea, Kunstmuseum). Este retrato, muy rafaelesco, suscita la cuestión de un viaje de Holbein a Italia, al menos a Italia del Norte. La ropa de la mujer refleja también la moda italiana.

Tomas Moro lo acoge en familia y consigue que tenga encargos, ambos intelectuales son íntimos y han sido durante años profesores en Cambridge.

Tomas Moro
Retrato de Sir Tomás Moro con su familia, 1527, Pluma y tinta negra sobre papel, Hans Holbein (Basilea, Öffentliche Kunstsammlung, Kupferstichkabinett). Para esta obra, había que realizar el retrato de diez personajes a tamaño natural, reunidos en un interior para la lectura y el rezo. Así nace el primer retrato en la historia del arte de una familia burguesa, al menos el primero en ser realizado al norte de los Alpes. La colocación muy naturalista de todos estos personajes, muestra la igualdad de derechos entre hijos e hijas y ello corresponde al ideal de educación progresista propio del humanismo. Los libros esparcidos por el suelo, atestiguan del clima intelectual que reina en la familia; es una manera de mostrar que adherían a los ideales de sociedad defendidos por el autor de «Utopía».

Tomas Moro le dice en una carta a Erasmo que su amigo es un excelente pintor, pero que no encuentra una Inglaterra tan fecunda como el desea, reconoce enseguida las cualidades humanísticas de su pintura y su valía.

Retrato de Mary Wotton, Lady Guildford, 1527, Hans Holbein (San Luís, Missouri, The Saint Louis Art Museum). Mary Wotton era la segunda esposa de Sir Henry Ghildford, el cual, como maestro de ceremonias en la corte, fue encargado de organizar la ceremonia del tratado de paz entre Francia e Inglaterra, mientras que a Holbein se le había encargado decorar una sala de fiestas y un teatro cerca del Palacio Real de Greenwich. En el radiante retrato de Lady Guildford, entre otros adornos preciosos que atestiguan de su inconmensurable riqueza, sorprende sobre todo la suntuosidad del abrigo negro de pieles y de la tela dorada de las mangas para las cuales Holbein tuvo que utilizar una gran cantidad de pintura al oro. La rama de romero en el escote de la dama es símbolo de «memoria», recuerdo destinado a la posteridad, que el pincel del pintor ha sabido representar a la perfección. El rosario y el pequeño libro de rezos, prueban en cambio que esta orgullosa aristócrata podía también hacer prueba de humilde piedad.

Se codea con el circulo influyente de Enrrique VIII.

Estas pinturas hacen de él un artista internacional

Es un pintor de transición que conoce toda la herencia del gótico internacional, y va a ser uno de los pintores que organice la transición hacia el Renacimiento Nórdico.

Esa vinculación no solo la hace por el momento que vive que es de una grandísima agitación política

Pinta en esta época retratos ocasionales como el de Bonifatius Amerbach (1519) humanista y amigo.

Cuerpo de Cristo muerto, 1521-1522
Ann of Cleves, 1539.Retrato de Ana de Cleves, hacia 1539, Hans Holbein (París, museo del Louvre). Habiéndose separado de la iglesia de Roma, Enrique VIII debía buscar una esposa protestante. Algunos retratos de candidatas circulaban ya en Inglaterra, pero ninguno de ellos satisfacía al rey. Holbein viajó al castillo de Düren en el Rin Inferior para hacer un retrato de Ana de Cleves. Supo hacer tan atractiva esta personalidad rígida y puntillosa, que los preparativos de matrimonio pudieron comenzar. Pero cuando el 27 de diciembre de 1539 la novia y el rey se encontraron cara a cara, por lo visto el original no mantuvo las promesas del cuadro. El caprichoso Enrique no se sintió con ánimos de consumar el matrimonio celebrado el 6 de enero de 1540; lo hizo anular el 9 de julio del mismo año.

Enrique VIII es pintado en 1530, cuando vuelve por segunda vez a Londres es porque ve que es imposible trabajar en la Basilea reformada protestante.

Retrato de Derich Born, detalle, 1533, Hans Holbein (Castillo de Windsor, Colección Real). Este retrato lleva grabado sobre una balaustrada de piedra pintada en trampantojo, una inscripción latina: «Bastaría con añadirle la voz, para ver vivo a Derich; podríamos preguntarnos sí es una realización del pintor o una obra del Creador». Es decir, el pintor hace desaparecer la frontera entre ilusión y realidad. Los contemporáneos atribuían tales proezas a los Italianos y a Durero, al que llamaban «el nuevo Apeles» con el cual Holbein compite aquí de forma manifiesta.

Ha vuelto a Basilea con dinero y ha comprado un par de casas a su familia a la que sigue manteniendo a pesar de la distancia.

Por un lado se interpreta que no quiere perder la ciudadanía y por otro tampoco a su familia aunque los periodos que pasa fuera son cada vez mas largos y el cuadro que pinta a su mujer e hijos, esta muestra cara de gran tristeza.

La Familia de Hans Holbein: Elsbeth Binzenstock, esposa del artista, y sus dos hijos Philipp y Katharina, hacia 1528/29, Hans Holbein (Basilea, Öffentliche Kunstsammlung, Kunstmuseum). El rostro de esta mujer, de aproximadamente treinta y cuatro años de edad, es poco atractivo y manifiesta una gran tristeza, como los rostros de sus hijos, preocupados, viejos antes de tiempo, y con la mirada triste y llorosa; este cuadro sorprende sin embargo por la dulce melancolía que emana de los rasgos rudos de esta matrona, no exentos de una cierta nobleza. Holbein abandonaba definitivamente a su familia para regresar a Inglaterra.

1526-1529 Madonna de Darmstadt, es la obra maestra del arte europeo, le vale el apelativo de Rafael del Norte.

Madonna de Darmstadt y detalles, 1525/26 y 1528/29, Hans Holbein (Darmstadt, Hessische Hausstiftung). En 1529, el protestantismo se convirtió en la religión oficial de Basilea, ciudad en la que el comitente de esta obra, Jakob Meyer zum Hasen (1482-1530/31), fue durante algún tiempo burgomaestre. Gracias a él, Holbein había obtenido diversos encargos que contribuyeron a dar impulso a su carrera. Meyer, ferviente católico, es el personaje que se encuentra a la izquierda rezando piadosamente. La Virgen, una de las principales figuras que fue objeto de controversia por los protestantes, ofrece amparo a Jakob Meyer acogiéndolo bajo su capa, motivo muy usual en el arte medieval. La escena se desarrolla en un exterior, como atestiguan las finas ramas y las hojas de higuera que destacan sobre el fondo azul del cielo. A la izquierda, son representadas de rodillas las dos esposas de Meyer, la primera, fallecida en 1511, y su segunda esposa Dorothea Kannenguiesser. En primer plano, figura su hija Anna sosteniendo un rosario rojo en sus manos.
El personaje que acompaña a Jakob Meyer es sin duda su santo patrón san Jaime, fácilmente identificable como patrón de los peregrinos, por el bolso que cuelga de su cintura. El niño al que ayuda a tenerse en pié es san Juan Bautista, cuya presencia en esta escena se inscribe dentro de la tradición italiana. Contrariamente a la familia Meyer, los dos santos han sido idealizados. Con Jesús en sus brazos, la Virgen, imponente y majestuosa, se encuentra delante de su trono con el dosel en forma de concha. En esta obra, Holbein es tributario del Renacimiento italiano pero también del  «ars nova» de los Primitivos flamencos, los cuales pretendían representar la realidad lo más fielmente posible.

Es nombrado el Apeles del Norte, por la famosa Virgen de Damstad

William Warham, Arzobispo de Canterbury, 1527

Los retratos que confecciona Hans Holbein a Enrrique VIII poseen una función propagandística ya que muestran la magnificencia del monarca.

Destaca su profundidad psicológica y su capacidad de observación.

Enrrique VIII valora más que su arte, su fidelidad para reproducir rostros que se ajustan al carácter del retrato.

Como es maestro de varias artes, la orfebrería una de ellas, se percibe en el retrato como lo adorna con poderosos atributos, como una armadura labrada, joyas y la expresión del rostro, tiene un gran esmero y cuidado en la representación.

Le hace una cara amable a alguien distante y brutal, a la vez que le da infinidad de atributos físicos y opulencia.

Sabe captar los anhelos que quiere transcender el retratado.

Eduardo VI de InglaterraRetrato de Eduardo, Príncipe de Gales, hacia 1538, Hans Holbein (Washington, National Gallery). La mano de Holbein ha sabido dotar de una cierta grandeza interior al hijo de Enrique VIII y de Jane Seymour, a pesar de su corta edad. El niño real va vestido con magnificencia principesca. En la cabeza lleva un gorro muy ajustado, y encima un tocado rojo adornado con una pluma de avestruz. La túnica roja está adornada con hilos de oro y sobre las mangas de brocado dorado destaca un motivo de hojas de acanto. De pié y apoyado en una balaustrada, el príncipe dirige la mirada  hacia el espectador. El sonajero que tiene en la mano parece un cetro real.


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 La obra de Enrique VIII pertenece a la familia Spencer, y Hendry Thyssen compra esta pintura en Lucerna en los años 30

Es un amante coleccionista de arte, es amante del retrato y en particular del Quattrocento y el Cinquecento, un pintor que es nexo de unión entre el norte y el sur.

Las obras más importantes que caracterizan a este pintor en un inicio son las intelectuales de Erasmo de Roterdam y Tomas Moro.

Conocemos a estos dos grandes humanistas gracias a estos retratos, a la mirada de este pintor.

Holbein confecciona retratos de todos los maestres de Basilea y también va a realizar en 1533 el famoso Retrato de Los embajadores.

os Embajadores, 1533, Hans Holbein (Londres, National Gallery). Algunos retratos de Holbein parecen reflejar un mundo material y realista, pero aquí la apuesta es mucho más importante. En el lado izquierdo, se halla el embajador de Francisco I de Francia, Jean de Dinteville, a la derecha, el obispo francés Georges de Selve quien había viajado a Inglaterra para llevar a cabo una misión secreta (quizás relacionada con la amenaza de Inglaterra de separarse de la Iglesia Romana). Los dos embajadores están apoyados en un mueble donde están depositados varios instrumentos científicos: un globo celeste, un cuadrante solar, etc. Estos objetos los designan como hombres de ciencia, quienes como hacía su contemporáneo Copérnico, sacudían los fundamentos de los dogmas existentes. El laúd simboliza la armonía, pero una de las cuerdas del instrumento está rota, referencia tradicional a la fragilidad de la existencia. Tal vez la cuerda rota simboliza igualmente las querellas entre católicos y protestantes de aquella época. El continente europeo destaca claramente sobre el globo terrestre. Los libros de salmos, en la traducción de Lutero en lengua vernácula, ponen de manifiesto las tendencias reformadoras de estos dos embajadores de Francisco I.
Retrato de Sir Richard Southwell consejero de Enrique VIII, 1536, Hans Holbein (Florencia, Galleria degli Uffizi). La importancia social de los personajes se suele manifestar con los atributos de grado y de rango: vestimenta, escudos, divisas, joyas, representados por Holbein con una cuidadosa precisión ilusionista. Holbein fue uno de los mejores retratistas de su época por su extraordinaria agudeza en la observación y por el sentido del decoro y del equilibrio formal, a los cuales llegó a través de la experiencia del arte del Renacimiento.

Al retrato de Jane Seymour, le siguen los de Cristina de Dinamarca, duquesa de Milán 

Jane Seymour, Qeen of England, 1536
Cristina de Dinamarca, Duquesa de Milán, 1538.

Es un retrato humanista, realiza la transición entre el gótico internacional y el renacimiento.

Retrato de Simon George, miniatura, 1536-37, Hans Holbein (Frankfurt, Städelsches Kunstinstitut). Holbein pintaba regularmente preciosos retratos miniaturas sobre pergamino y también sobre madera.

El único pintor que esta está al servicio de un monarca que está en contra de todo, esto lo que hace es crear una vía dentro de la pintura flamenca por la que trascurrir.

Esto encaja con Jacoppo da Messina, que siendo un artista italiano, incorpora la vía del norte, es el artista más flamenco, y Holbein, siendo un pintor del norte incorpora la vía italiana, es decir es el pintor más italiano del norte, y ese mestizaje de fórmulas confluye en  una nueva via que encarna la explosión de arte que se da en el Cinquecento.

Fuentes

https://www.aparences.net/es/periodos/el-renacimiento-nordico/hans-holbein-el-joven/

Publicado por ilabasmati

Licenciada en Bellas Artes, FilologÍa Hispánica y lIiteratura Inglesa.

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