
1280-1348, Siena, pintor de estilo gótico que hace obra entre 1306-1345.

Completa su formación con Duccio di Buonisegna que culmina en el gran taller de la Basílica de San Francisco de Asís con Giotto y Simone Martini.

Desarrolla un discurso propio cuyas influencias son de Giovani Pisano y Giotto.

Muchas de sus obras religiosas están en iglesias de Siena, Arezzo y Asís.

Lorenzetti pinta en Asís y después marcha a Siena, donde en 1329 pinta la gran Pala del Carmine.



Destaca la Fuente del profeta Elías, que forma parte de la predela, en la cual se encuentra un carmelita que coge agua con una jarra.

La sensibilidad del pintor por la cualidad matérica de los elementos naturales y por los efectos óptico es evidente en el encrespamiento de la superficie del agua de la vasija por salpicar el agua y en los reflejos en las copas de vidrio apoyadas al borde de la fuente.

1335 en Siena, junto a su hermano Abrogio, confecciona los frescos hoy perdidos de la fachada del Ospedale di Santa Maria allá Scala.
1335-1342 trabaja en la Catedral de Siena, donde pinta la Natividad de la Virgen.

1347-1348 esta es la última obra documentada de Pietro Lorenzetti, del cual no se tienen noticias posteriores al año 1347 es probable que muere durante la epidemia de peste bubónica de 1348.
Giorgio Vasari incluye la biografía de Lorenzetti en sus Vidas.
1320 El retablo della Pieve de Arezzo es la primera obra datada.

1326-1329 genera su obra maestra: las decoraciones al fresco de la iglesia inferior de la Basílica de San Francisco de Asís.


Es el responsable de una emotiva serie de grandes paneles representando la Crucifixión, la Deposición de la Cruz, y el Entierro.

Las figuras en estas escenas muestran interacciones emocionales geométricas, a diferencia de muchas representaciones escenográficas anteriores que parecen aglomeraciones icónicas independientes, como si figuras independientes hubieran sido pegadas sobre una superficie, sin ninguna relación entre ellas.

La influencia narrativa de los frescos de Giotto en las capillas Bardi y Peruzzi en Santa Croce (Florencia) y la Capilla de los Scrovegni (Padua) puede verse en estas y otras obras de la iglesia inferior.
Esta pieza muestra el impacto del lenguaje de Giotto sobre Lorenzetti, como puede percibirse en su dramatismo y sabiduría compositiva.
Destaca la precisión con la que representa los fenómenos naturales.
En el ciclo de la basílica de Asís se percibe minuciosidad en la Última cena que ocupa un cuarto de la superficie del fresco con una vista a la cocina adyacente, donde la comida se está haciendo sobre un fuego y dos servidores limpian la vajilla.
En el fondo se reconocen detalles del mobiliario (una pala de carbón y baldas con loza) y en primer plano está un gato que se calienta junto al fuego y un perro.
Una de sus últimas obras es la excepcional Natividad de la Virgen (1342) hoy en el Museo de la Opera del Duomo (Siena).

Él y su hermano Ambrogio Lorenzetti, introducen el naturalismo en el arte sienés.

En su trayectoria, composición y experimentación con la tridimensión y distribución espacial, anticipan el Renacimiento.

Los hermanos Lorenzetti y su coetáneo competidor de Florencia, Giotto así como sus seguidores Bernardo Daddi, Maso di Banco, posibilitan la revolución pictórica italiana que extrae figuras del dorado éter de la iconografía bizantina y las introduce en un mundo pictórico de ciudades, tierra y aire.

La iconografía sienesa es más mística y fantástica que los más naturalistas florentinos, y a veces, parece entrar en lo que parece un paisaje surrealista moderno.


En cuanto a sus representaciones de Madonas, difunde el modelo iconográfico del coloquio maternal, en el que la Virgen y el Niño se miran con tristeza.
