
Coetáneos a la Bauhaus alemana y del movimiento holandés De Stijl, es la vanguardia de la Unión Soviética tras los revolucionarios cambios políticos de después de 1917, la que muestra también cambios en el arte y en la arquitectura.

El triunfo de la revolución bolchevique y la fe en el progreso técnico dan alas a los sueños de la vanguardia rusa.



En el XIX el arte ruso muestra una relación de dependencia con la evolución de Europa Occidental.
De esa dependencia no se libera hasta finales de siglo, cuando en la selección de temas y en las formas se vuelve a la Edad Media y a las tendencias folclóricas.
Pero antes de la I Guerra Mundial, el arte ruso no solo conecta con la evolución de la vanguardia europea, sino que en realidad son ellos la vanguardia y los que van por delante de todos, mal que les pese a los historiadores que amañan el discurso del pasado.


Con su Cuadrado blanco sobre fondo blanco Kasimir Malevich lleva la pintura en 1918 a su punto cero, y con esa máxima reducción posible genera un icono del arte moderno.


Malevich defiende una abstracción pura en la que la supremacía debía corresponder a la sensación.


Por lo que designa su obra como Suprematismo, del latín Supremus, supremo.

Con su obra donde la reducción de estructuras geométricas es aun mayor que en el cubismo, Malevich influye tanto en De Stijl como en la Bauhaus.




En Rusia es El Lissitzky el representante de una corriente artística que al igual que De Stijl, defiende una síntesis entre pintura y escultura.

1920 El Lissitzky desarrolla el Proun, que es el acrónimo de Pro UNOWIS, proyecto de creación de nuevas formas en arte, composiciones abstractas de varios elementos geométricos, susceptibles de realizarse tanto bidimensionalmente como tridimensionalmente, en las que se refleja la influencia de la pintura suprematista de Malevich.

Lissizky entiende su Proun como una contribución a las búsquedas de nuevas formas en arte.


De ahí que su propia definición de Proun sea conscientemente imprecisa, con el fin de adaptarlas a las condiciones constantemente cambiantes de la producción artística.


El concepto de Proun no se limita a los cuadros bidimensionales y Lissitzky lo amplia a la configuración de interiores y proyectos arquitectónicos.

Según las concepciones de Lissitzky y de su contemporáneo Tatlin, inspiradas en la pintura e inicialmente solo en ellas reflejadas, se trata de reducir la arquitectura a sus elementos funcionales imprescindibles para que predomine la construcción solo.


Como ocurre con el futurismo italiano de preguerra, este movimiento de los artistas rusos se caracteriza por la fe en el progreso y la fascinación por la técnica.

A través de esa nueva concepción vanguardista del arte, la joven Union Soviética expresa tras la Revolución de octubre de 1917, su propia conciencia revolucionaria, cuya ideología supone una ruptura con la tradición y con el pasado.




Instrumentaliza el constructivismo durante algunos años para publicitarse hasta la consolidación del estalinismo.

El proyecto arquitectónico mas importante de estos años, desarrollado por Lissitzky que se asocia en Amsterdam al grupo De Stijl en colaboración con el holandés Mart Stam, es el Estribanubes.

Se trata de un proyecto nunca realizado de un gigantesco complejo de oficinas con un cuerpo de edificio de reminiscencias tecnicistas que esta sostenido por muy pocas columnas y que parece flotar ingrávido en el espacio.

La situación políticamente confusa y económicamente precaria de la URRSS posrevolucionaria explica que no llegue a realizarse otro famoso proyecto del constructivismo, el Monumento a la III Internacional.


(Al igual que Lissitzky) Tatlin no piensa tanto en la arquitectura como en su configuración plástica.


En este sentido su proyecto presentado en Moscu se presenta como una síntesis de arquitectura y escultura.



La obra prevé una construcción de entramado con una inclinación aproximada de 45 grados .


Debe alzarse a 300 metros en una espiral de diámetro decreciente, alcanzando una altura superior a la Torre Eiffel y trata de hacer realidad el viejo sueño humano de la Torre de Babel.


Tres cuerpos de edificio transparente y superpuestos, correspondientes a un cilindro, una pirámide y un cilindro mas pequeño, y una semiesfera como remate final, se inscriben en el entramado.

Tatlin concibe los cuerpos del edificio para que los ocupen organismos oficiales.

La dimensión cósmica del monumento de Tatlin se pone de manifiesto cuando se piensa que los diferentes cuerpos del edificio tenían que girar sobre su propio eje con ritmos distintos: anual, mensual y diario.

El proyecto combina de modo singular los aspectos constructivos y los aspectos dinámicos.

Al alojar en sus cuerpos las oficinas de las instituciones soviéticas y en virtud de su configuración plástica trasparente, el Monumento de la III Internacional no solo se convierte en una obra revolucionaria del constructivismo, sino que en si representa la revolución y el nuevo orden de la Unión Soviética.

Pero la maqueta del monumento se monta con cajas de cigarros y con latas y la realización de la obra magna, como sucede con Estribanubes de Lissitzky se encuentra pronto con los límites de las posibilidades financieras de la época.





Tan revolucionario como las obras de Tatlin y de Lissitzky es el proyecto de los hermanos Vesnin para el edificio del diario Pravda en Leningrado (San Petesburgo).

Sobre una planta de 6 por 6m se alza el rascacielos constituido por formas básicas cubicas.
Parte del edificio corresponde a rasgos de escritura hipermensionales que reproducen el logotipo de Pravda.
Las cajas de los ascensores son de vidrio y dotan al edificio de una nota futurista.
Las obras utópicas y revolucionarias del constructivismo soviético se caracterizan por el hecho de que su extenso y ambicioso programa, que no solo suscita controversia entre los intelectuales rusos, solo pudo realizarse en una medida muy modesta por falta de presupuesto.
Entre los proyectos construidos destacan el club de trabajadores de Rusakov de Moscu, que Costantin Melnikov realiza como construcción de hormigón.





El núcleo del edificio es una sala de reuniones con capacidad para 1400 personas.

Aunque el constructivismo como todo el arte moderno de la Union Soviética, solo disfruta de un esplendor relativamente corto.
En el concurso convocado en Moscu en el año 1931 para el Palacio de los Soviet, se rechazan todos los proyectos modernos, incluidos los de Le Corbusier y Walter Gropius y se eligen proyectos neoclasicistas que en adelante marcan las pautas de la nueva arquitectura estalinista oficial.



