

La Virgen y el Niño entre dos santas, Museo del Prado.
Es una réplica de una de su famosa composicion Sacra Conversazione de las Gallerie dell’Accademia de Venecia , fechada en 1490.
Su firma en la obra no desmiente, sino que, seguramente, subraya la participación del taller apreciándose diferencias entre el grupo de la Virgen y el Niño, de gran calidad, y las santas, de terminado diferente.
Proviene de la colección de Carlo Maratta, donde es adquirida por Felipe V para el palacio de La Granja, de donde pasa a la colección del Museo del Prado.
Además, la pinacoteca cuenta con una copia de El Salvador, cuyo original se encuentra en la Academia de San Fernando de Madrid y que es la procedente del convento de San Pascual.
Giovanni Bellinni. Venecia, Italia 1430 – 1516

Pintor veneciano de la segunda mitad del siglo XV, impulsor de la escuela veneciana y famoso madonnieri.

Genera un discurso de síntesis entre la figura humana y el paisaje, con gran importancia de la luz y el color.

También llamado Giambellino, es descendiente de una estirpe de pintores.

Tiene una continuada renovación, debido a su permeable personalidad y de como asimila la experiencia en el curso de una larga vida, en la que es muy receptivo a la novedad.

Incorpora el óleo en sus pinturas, abandonando el temple.

Su primera gran obra como pintor independiente data entre 1464 y 1469, con la ejecución del políptico de San Vicente Ferrer.

1479 inicia la decoración de la sala del gran consejo del Palacio Ducal de Venecia -que continua a lo largo de toda su vida-, llegando a ser en la década de 1480 el pintor más famoso de la ciudad.

Partiendo de la tradición gótica y bizantina tan presente en la pintura veneciana, recepciona las innovaciones de su padre, Jacopo, y de su cuñado Andrea Mantegna.


A la vez permanece atento a la pintura flamenca importada a la ciudad, a las aportaciones de Antonello de Messina o a la eclosión del arte de Giorgione, que incorpora más tarde.

En sus trabajos iniciales, que consolidan su éxito como realizador de pinturas pequeñas para la devoción privada, aparece el lirismo en su obra, esa combinación de sublime piedad y delicadeza que caracteriza su trabajo.

Alumno de su padre Jacopo, experimenta en el primer período de su carrera una fuerte atracción por la pintura de su cuñado Mantegna y por la escultura de Donatello.


Jacopo, dibujante y discípulo del Florentino Gentile da Fabriano, es importante como introductor de la estética renacentista en Venecia.


Su hermano Gentile es un importante retratista que colabora con él en la decoración del Palacio Ducal e incluso viaja a Constantinopla a retratar a su Sultán.


Las primeras piezas de Bellini, con la técnica del temple, salen del taller paterno, lugar de aprendizaje, trabajo y formación hasta que marcha a Padua, hacia 1460.
Allí conoce al pintor Andrea Mantegna, su futuro cuñado, de quien aprende el dibujo, como puede verse en Oración del huerto de los olivos, y a quien a su vez enseña la luz de la escuela veneciana.


Bellini es un gran paisajista entonces, lo que transmite años después a sus discípulos del taller Giorgione y Tiziano.



1470 pinta el políptico dedicado al dominico español San Vicente Ferrer, en la iglesia de los Santos Juan y Pablo de Venecia.

En esos años fallece su padre, cuyo taller hereda Giovanni.

La llegada a Venecia del pintor siciliano Antonello da Messina, conocedor de la técnica al óleo utilizada en Flandes por Jan van Eick permite a Bellini profundizar en aquélla y desarrollar mayores virtuosismos que con la utilización del temple, como en su Transfiguración del museo napolitano de Capodimonte.

A principios del XVI, su relación con discípulos como Tiziano lo hace suavizar su pintura, perdiendo los rasgos angulosos de Mantegna (Madonna de Brera, en Milán).

Fallece en 1516, en su ciudad natal, dejando en marcha la escuela veneciana, de amplia resonancia durante todo el Qinquecentto.
