Tiziano Vecello di Gregori, Danae recibiendo la lluvia de oro (1553), Museo del Prado, Madrid

¿Habrían existido Rubens, Rembrandt y Velázquez sin la sombra de Tiziano?

La irradiación de este pintor es contemporánea e internacional.

Tiziano destaca todo el tiempo que vive y nunca cesa de innovar.

No esta muy claro el tiempo que vive, pero se supone 91 años, el tiempo que Picasso con el que guarda más paralelismos.

Ambos se erigen figuras dominantes en sus siglos el XVI y el XX., ambo crean una época y dejan una impronta sin la que no cabe entender ni el arte de la época moderna ni el de la contemporánea.

 Tiziano Vecellio nace en la localidad de Piove di Cadore, en los Alpes Vénetos, en el seno de una familia que goza de una importante posición, habiendo desarrollado sus miembros respetables profesiones desde el siglo XIII.

Entre sus antepasados no encontramos ni artesanos ni artistas y su padre había ostentado los cargos de intendente en los almacenes de grano, inspector de minas y oficial de la milicia local.

Pese a su honorabilidad, no pone ningún reparo en que sus hijos Francesco y Tiziano desarrollen la actividad pictórica.

El elegido para la formación es Sebastiano Zuccato, al frente del taller de San Marcos pero con un limitado talento pictórico.

Cuando el maestro comprende que el joven discípulo puede perfeccionar más, le envía al taller de Gentile Bellini, pintor oficial de la Serenísima República de Venecia.

Los biógrafos de Tiziano argumentan que el estilo seco y duro de Gentile no agrada al joven aprendiz por lo que vuelve a cambiar de taller, eligiendo ahora a Giovanni Bellini, cuñado de Mantegna y considerado el máximo pintor de su tiempo.

Será en este taller donde se produzca el verdadero periodo de formación, apreciándose claramente las influencias de Bellini en sus primeros trabajos.

Durante este periodo se pone en contacto con Sebastiano del Piombo y Giorgione, los astros nacientes de la pintura veneciana. Tiziano se fascina con la manera de trabajar de ellos, interesándose por la luz, el color, el paisaje y las diferentes relaciones existentes entre estos elementos.

A pesar de que los biógrafos apuntan a un rápido cambio del estilo de Tiziano, el estudio de sus obras demuestra cómo esa transformación no se produjo de manera inmediata, sino que las influencias de Giorgione y Bellini coexistieron de manera pacífica durante algunos años, influencias que, por otro lado, no eran antagónicas sino complementarias.

También tiene gran admiración por Durero.

Tiziano tiene una gran capacidad de trabajo y salud de hierro, una extraordinaria habilidad para las relaciones publicas y los negocios, además de su inteligente interpretación de que puede ofrecer el arte a los poderosos dominantes.

Tiziano se adueña artísticamente de la Republica de Venecia y en la segunda década del siglo XVI, se convierte en uno de los artistas mas requeridos de toda Italia.

1548 lo reclama junto a si, el emperador Carlos V, con el que ya ha entrado en tratos muy beneficioso hace tres lustros, para que acuda a Ausburgo y pinte su heráldico retrato ecuestre de la batalla de Muhlberg, convirtiéndose desde entonces en el pintor oficial de la casa de Austria, sin por ello dejar de prestar servicios a casi todos los demás centros de poder y mecenazgo europeos.

Sintetizar su aportación no es fácil porque su famoso colorito, es anecdótico, una exótica peculiaridad que arrastra arcaísmos de mantener los fondos dorados hasta muy tarde.

Quizás su aportación sea la prestancia moderna aportada por Tiziano, en terminar con el aire como esmaltado de pinceladas apretadas tradicionales, abriendo la posibilidad a técnicas mas fluidas, sueltas y expresivas de la pintura.

Pero también el saber replicar al modelo de la composición del clasicismo maduro del Renacimiento, de modelado escultórico monumental y ambiciosas ínfulas narrativas.

Dinamiza la pintura de manera próxima casi al Barroco.

Es un buen creador de retratos moderno, transformando la rígida idealización pomposa de antaño en la definición de una personalidad interesante, digna, pero con misterio, con sombras.

Es así mismo un soberbio dramatizador de escenas sacras o profanas, destacando en sus grandes cuadros de altar y por su inventiva destaca en la recreación de motivos mitológicos.

Sabe abordar cualquier genero mayor o menor sin temor a superponerlo.

Pero hay un tema en el que Tiziano mueve sus tentáculos con especial talento y es en el desnudo femenino para dar rienda suelta ala sensualidad que fluye.

Pero sabe desarrollarlo con una técnica cada vez mas sofisticada mediante pinceladas sueltas, juego de sombras y tonos dorado en las carnes de sus modelos.

Parte del precedente innovador de Giogione en la Venus dormida, donde la diosa esta tumbada y perdida en un sueño.

Pero Tiziano replantea el tema dotándolo de sensualidad como en Venus recreándose en la música y Venus recreándose en el amor y en la música.

Pero llama la atención la serie realizada para Felipe II entre 1533 y 1562.

Dánae recibiendo la lluvia de oro, no hay una mujer pasiva, sino con una languidez aprobadora para recoger el deseado semen divino, disputado por una vieja criada que solo reconoce el vil metal.

Tiziano hace estas pinturas siguiendo Las Metamorfosis de Ovidio.

Todas estas apoteosis eróticas son para el gabinete particular de Felipe II.

La lectura del siglo XXI, ve una intención encubierta por encima del simbolismo.

Dánae recibiendo la lluvia de oro tiene una versión precedente, en la que el papel de la vieja criada avariciosa contrasímbolo moral y físico porque contrapone la lozanía y juventud ardiente de Dánae, a la seca vejez excéptica, estaba ocupado por un Cupido.

Dánae es la hija del rey Acrisio, encerrada por este en una torre inexpugnable para evitar que tenga cualquier contacto carnal, una vez que sabe que un hado le ha vaticinado que él será asesinado por un vástago de su estirpe, como así ocurre cuando Júpiter franqueando todas las barreras, fecunda mediante una lluvia de monedas de oro a la aislada hija y de esta coyunda nace e parricida Perseo.

Aunque Tiziano representa la escena con naturalidad mostrando el desnudo de Dánae, esta recibe con indiferencia que contrasta con el afán de la criada de recoger las migajas del banquete sexual.

Con este patrón Tiziano se desmarca de la Venus dormida, pues su Dánae esta despierta y atenta al prodigio.

Pero además su sensual cuerpo dista de una joven núbil y parece el de una experimentada profesional del sexo que observa con complacencia la rutina de un nuevo cliente con lo que genera morbo.

Tiziano anuncia aquí una premonitoria senda del moderno deseo, tanto más ardiente cuanto más futil.

Se recrea en mostrar ese lado oscuro del comercio sexual, enfatizando la nacarada turgencia del cuerpo desnudo de Dánae, que resplandece entre sombras que modelan su lánguida anatomía, el mapa de un tesoro inalcanzable.

Publicado por ilabasmati

Licenciada en Bellas Artes, FilologÍa Hispánica y lIiteratura Inglesa.

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