Perejaume

Las cosas se representan a si mismas.

Intento poner en evidencia lo evidente

Haciendo de la naturaleza una metáfora la obra de Perejaume (San Pol de Mar, Barcelona, 1957) aborda los problemas específicos de la representación en el arte.

En el XIX en los paisajes se muestran dos tipos de individuos, los trabajadores y otro tipo de gente mas arreglados que simplemente miran o señalan con el dedo algo.

Ha ganado. Es lo que hacemos ahora todo el día, mirar y señalar cosas con el dedo.

Vivimos una realidad elaborada, diferente a la del pasado, en la que el principal peligro, la selva, es este lenguaje artificioso que no controlamos

A pesar de ser el artista más representativo de las intervenciones conceptuales realizadas en la naturaleza y el que mas ha escrito sobre ello, para Perejaume el debate no se plantea en términos mediáticos, esto es la acción frente a la pintura del paisaje, pues ambos se nutren de la simulación.

De ahí que el se considere pintor.

Pero la dirección de la simulación se ha invertido, de la misma manera que los limites de la pintura se han alterado, dentro de ella entendemos que caben materias, sustancias, pigmentos, objetos fotografías, acciones, poemas y escritos.

Un laberinto de lenguajes donde se entreteje una red de palabras, conceptos, gestos e imágenes, que desocultan lo simulado.

Por todo ello su obra puede entenderse como una reflexión de la representación del arte en general y sobre la pintura en particular.

Así en su texto Parques interiores: La obra de siete despintores, pasa revista a los procesos por la que la pintura se ha cuestionado a si misma.

La despintura es una formula bivalente mediante la cual la pintura pone en cuestión algunos de sus propios fundamentos.

Pintar es despintar, cuestionar un proceso que no tiene fin…aunque he encaminado todos mis esfuerzos a averiguar si hay una pintura  que mantenga la inocencia, con un estilo nutriente de representación, un estilo que mas que capas eche raíces y de un arte tan audaz e ingenioso que supere cualquier previsión.

Lo que hay que descubrir es en que parte la pintura es una materia despierta y en que parte es una materia embrutecida y una vez establecido esto obrar en consecuencia.

El arte ocupa un lugar intermedio entre la naturaleza y la designación del artista, el que señala el paisaje con el dedo y le implanta su firma.

En Natura y signatura (1990) yuxtapone dos piedras gemelas una natural seleccionada por él y otra esculpida, el dialogo entre la piedra natural y artificial nos remite a un mecanismo lingüístico de identidades y diferencias, una es anónima sacada de a naturaleza y la otra firmada.

El arte se sitúa en medio de ese reciproco reconocimiento de esas formas especulares:

Es el lapso el no lugar mismo emplazado entre la naturaleza, la signatura, en el corte de ambas geografías constituidas sobre su vinculo de parentesco sobre la imposibilidad de un ligamen real

Publicado por ilabasmati

Licenciada en Bellas Artes, FilologÍa Hispánica y lIiteratura Inglesa.

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