
Beltrand Rusell escribe en Renacimiento Nórdico que es muy diferente al de Italia porque no es anárquico o amoral, por el contrario, esta asociado a la piedad y la virtud pública.
Erasmo y Moro lo encarnan, ambos desprecian la filosofía escolástica.


Ambos aspiran a una reforma eclesiástica desde dentro, pero deploran el cisma protestante cuando surge.

Los dos son ingeniosos, tienen humor y son escritores muy experimentados
Como pensamiento y como moral, el Renaciiento Nordico (Países Bajos, Inglaterra, Alemania y Francia) que hay que asociar no solo con Erasmo y Moro sino también con Vives, Budé, Lefevre y Reuchlin, es un renacimiento de raíz cristiana y no de inspiración greco-romana como el Renacimiento italiano.

Un humanismo cristiano, una corriente de pensamiento que ve en el ejercicio de la razón, en el saber erudito y científico, en el sentido común, en la moderación y en la imitación de Cristo como vía para la perfectibilidad del hombre, los fundamentos de la virtud y de la moral, y por tanto de la salvación individual y los fundamentos de la vida pública y del poder.

El humanismo cristiano pudo haber sido el pensamiento rector, la razón espiritual del mundo del Renacimiento europeo.

En la primera mitad del siglo XVI esa es la posibilidad real.
Lo encabeza Erasmo que cuenta con el apoyo del emperador Carlos V, Francisco I de Francia, Enrique VIII de Inglaterra y Margarita de Angulema (Reina de Navarra).




El Humanismo cristiano cuenta con centros de poder (Universidades como la de Oxford, Bolonia, Lovaina, Salamanca, Mompellier, Cracovia y otras) de vehículos de difusión de sus ideas, la imprenta y el libro.
Su ideario integra en una nueva síntesis muchas de las doctrinas y tendencias intelectuales que se discuten en los grandes centros entre los siglos XIV y XV.
El Humanismo Cristiano, busca definir desde la razón, la crítica, la erudición, la esencia espiritual del cristianismo y construir así la base de la ética europea.
El humanismo cristiano es un movimiento europeo.

Erasmo nace en Roterdam, formado en la tradición de la devotio moderna de los Países Bajos y ordenado sacerdote en 1492, si bien el Papa Julio II lo dispensa de sus votos, estudia en Paris, reside en Oxford y Cambridge, donde es profesor de Teología y de Griego, y tiene una intima amistad con Moro, John Colet, William Grocyn y otros humanistas ingleses y viaja y vive en Francia, los Países Bajos e Italia (Turín, Padua, Venecia, Roma) hasta que en 1521 se establece en Basilea.




Luis Vives nacido de padres judíos en Valencia en 1492 y muerto en Brujas en 1540, estudia en Paris, se establece en Brujas donde conoce a Erasmo y enseña en diferentes momentos en Paris, Lovaina y Oxford en el Corpus Christi College.





Tomas Moro es hijo de un juez, estudia en Londres y Oxford, tiene una carrera brillante como jurista y Enrrique VIII lo incorpora a su Consejo, lo ennoblece, lo hace primero presidente de la Cámara de los Comunes y luego Canciller, cargo precedente del de primer ministro y del que dimite en mayo de 1532 por su oposición al proceso de ruptura con Roma impulsado por Enrrique VIII, por lo que es ejecutado en 1535.



Guillaume Budé hombre de posición acomodada, ocupa cargos de relevancia en la administración de Luis XII y Francisco I (embajador, alcalde de Paris, inspector real) y logra que el rey cree el esplendido College de France como alternativa humanística a la Sorbona para el estudio de lenguas clásicas, la especialidad de Budé y el hebreo.

La mayoría de las personalidades mencionadas tienen un gran prestigio intelectual en Europa.
Erasmo tiene una muy clara conciencia europea, Vives la usa como titulo de su libro Las divisiones de Europa y la Guerra Turca.

La principal obra de Erasmo (Adagis, Elogio de la locura, Equiridion o manual de caballero cristiano, su edición de 1516 del Nuevo Testamento, Coloquios etc) tienen continuas rediciones y son traducidas a las principales lenguas europeas.


En Utopias Tomas Moro presenta una sociedad plenamente igualitaria como la forma ideal de gobierno, tiene un éxito inmediato.




Johanes Reuchlin es el máximo hebraísta europeo.

La Reforma y la Contrarreforma católica terminan por hacer imposibles los planteamientos del humanismo europeo.
A Erasmo un hombre sutil y muy ambiguo no le gusta nunca ni el dogmatismo teológico de Lutero ni sus doctrinas sobre la predestinación y polemiza con él en sus escritos De libero arbitrio (1524).


La Iglesia Católica lo acusa en cambio de haber preparado la Reforma y condenas sus escritos.

Tomas Moro, un hombre enigmático y reservado que como el resto de humanistas cristianos cree en la necesidad de reformas en la Iglesia, pero no en la Reforma de esta, y así combate el luteranismo en su escrito Dialogo sobre la herejia de 1528, se opone a la separación de la Iglesia británica y la Iglesia católica que impulsa Enrique VIII.

Dimite como canciller antes que firmar la Ley de Supremacía (1532) que hace del Rey la cabeza del clero británico y se niega después a jurar la Ley de Sucesión que declara invalido el matrimonio entre Enrrique VIII y Catalina de Aragón, desautoriza al Papa y hace herederos a los hijos de Ana Bolena, por lo que acusado de traición es decapitado en 1535, aunque la Iglesia católica no lo canoniza hasta 1935.
Jaques Lefevre junto a Guillaume Bude, el principal exponente del humanismo francés, es acusado de luteranismo por teólogos de la Sorbona y los tribunales de Paris y huye a Estrasburgo primero en 1525 y a la corte de Margarita de Navarra en 1531.
Los descendientes de Budé son perseguidos como sospechosos de protestantismo tras la masacre de los hugonotes en la Noche de San Bartolomé (24 de agosto de 1572).
Luis Vives un hombre discreto, bueno, sosegado (nació, estudio, escribió y murió según Ortega) cuya obra aborda mucho de los temas del humanismo como la beneficencia, la educación cristiana de la mujer, la organización de la paz, las pasiones y las sensaciones, las cualidades de las cosas, sufre igualmente, pero por razones distintas.

La Inquisición persigue cruelmente a su familia en Valencia por su condición judía, que debe ser la razón o una de las razones por las que se marcha de España en 1508 y rechaza luego en 1522 la catedra que le ofrece la Universidad de Alcalá.


Ortega en algunos artículos para la prensa argentina, dice en una conferencia en 1940 en la capital de los humanistas cristianos, que son un puñado de intelectuales que vivieron su personal vocación entre los conflictos de su tiempo (protestantismo, ruptura de la unidad moral de Europa, guerras políticas etc) en el marco de una crisis histórica de la que germina una vida nueva.
