Roland B. Kitaj (Ohio 1932-Los Ángeles 2007)

A pesar de ser norteamericano, es considerado como uno de los más famosos representantes del Pop inglés.

Comienza a estudiar arte en la Cooper Union de NY en 1950, antes de trasladarse a Europa, donde prosigue su formación en prestigiosos centros como la Academia de Bellas Artes de Viena, la Ruski School of Drawing de Oxford y por último el Royal College of Art de Londres.

Es en este sitio donde permanece desde 1957 hasta 1961, donde Kitaj se relaciona con la generación más joven de pintores Pop británica como David Hockney, Allen Jones, Derek Boshier, Patrick Caufield, Peter Philips, Billy Apple y Norman Toynton, alguno de los cuales confiesan el impacto que les produce, con su actitud concentrada, este singular e introvertido norteamericano que no parece pensar en otra cosa que no sea la pintura.

Destaca su carácter nómada, que se asocia con su enrolamiento juvenil en la marina mercante noruega y permite comparar su emigración a Inglaterra con la de otros ilustres personajes como Henry James, Ezra Pound y T.S Eliot.

Al emigrar a Europa, parece reflejarse una actitud de búsqueda consciente de exilio o desarraigo cultural.

El desarraigo es una constante en el creador moderno, incluso en los escritores que son capaces de adoptar otra lengua en su escritura diferente a la nativa.

En Kitaj parece repetirse ese patrón, también presente en Pound y en Eliot, de intentar desarrollar la investigación de la novedad artística, apoyándose en el abono cultural de la tradición de la vieja Europa, en resumen, la búsqueda de una síntesis o certeza soñada desde tiempo inmemorial por los americanos.

El perfil del introvertido Kitaj no encaja con la idea que se tiene del americano medio más desenfadado y extrovertido y menos aun con el estilo desvergonzadamente directo del Pop, que ensalza la retorica cotidiana del lenguaje comercial para el consumo de masas.

El artista niega su adscripción al Pop aunque esté relacionado históricamente con algunas de sus tendencias básicas y mantenga con el Pop circunstancial coincidencia formal, además de que diferencia al Pop ingles del norteamericano y analiza su obra dentro de la tradición figurativa del arte contemporáneo.

Kitaj no se cansa de repetir que la figura humana es el verdadero centro de sus preocupaciones, es decir que el hombre es el protagonista directo de su vocación figurativa.

En medio de la infinidad de sentidos que adquiere la definición de figura en el arte contemporáneo, esta precisión resulta imprescindible, ya que avisa de la dimensión no geométrica o topológica sino existencial con la que Kitaj concibe la figura.

Este criterio es equidistante tanto del énfasis moral con el que la retórica clásica defiende la pintura histórica como el despersonalizado formalismo de la modernidad, aunque no por ello deja de tener raíces que vinculan el arte del pasado y del presente.

Entre estas influencias está el retrato romántico de Theodore Gericault, o el de las líneas maestras del impresionismo de Edgar Degas, o mirando atrás a Frans Hals, Rembrand etc.

Degas
Gericault
Frans Hals
Rembrandt

Es necesario diferenciar el concepto de figuración de Kitaj del modelo clasicista imperante en la pintura moderna desde el Renacimiento.

En el Renacimiento se considera la figura humana como el eje central de la representación artística, pero abstraída de toda contingencia, como protagonista de una historia cuyo sentido moral solo se sostiene por la sublimación heroica del individuo convertido en patrón de conducta.

Este orden moral de la estética clásica es cuestionado por el realismo expresionista de Caravaggio, de Hals o de Rembrandt.

Caravaggio
Rembrandt
Frans Hals

Con los tres artistas barrocos comparte el desinterés por representar la belleza del modelo y la ejemplaridad de sus gestos heroicos, le gusta mostrar el valor expresivo de lo imperfecto.

Kitaj confiesa una admiración sin límites por Degas quizás porque tienen idéntica actitud reflexiva, una común obsesión por el análisis de los maestros del pasado y un largo proceso de elaboración pictórica.

El dice que el desnudo siempre se ha representado para el público pero que sus modelos son gente sencilla, despreocupada de otros intereses que los envueltos en la condición física.

El pintor es como si mirara por el ojo de la cerradura.

Con esta declaración Degas no defiende la captación instantánea de la actitud de una modelo sorprendida sin posar, sino un punto de vista transversal, algo inesperado.

Esa mirada oblicua de reproducir algo con la memoria también esta en Kitaj, donde se da una empatía con el objeto representado.

La pieza resultante es producto de una visión sintética y alcanza la categoría de totalidad dialéctica.

En esa línea se nota la influencia del Norte, de Vicen van Gogh, Edward Munch, Gustav Klimt, Egon Schiele, pero también de Picasso.

En el caos de referencias pictóricas, hay matices, ya que aprovecha las imágenes ya hechas como material susceptible de reciclaje, con lo que vuelve sobre el ready-made de Marcel Duchamp.

Este concepto de ready-made tiene gran influencia en el Pop, cuya iconología arrastra estereotipos visuales de circulación masiva, aunque en el caso de Kitaj esos modelos prestados sin ser de procedencia de medios de masas, son sometidos a un complejo proceso de asimilación pictórica, lo cual es común en cierta figuración británica, desde Francis Bacon a Richard Hamilton.

Kitaj prosigue esa vía expresionista de la figuración que arranca de Van Gogh, Munch y Picasso para continuar después, generalmente al margen del gusto oficial de la llamada Escuela de Paris, a través de los grupos alemanes del Puente y El Jinete Azul, de Oskar Kokoschka, cuya influencia en Inglaterra es notable, de Max Beckann que produce un impacto similar en Norteamérica y de los realistas americanos Ben Shan y Edward Hooper  y por encima de todo de Francis Bacon, cuyo trabajo de reelaboración pictórica sobre imágenes fotográficas y cuadros del pasado es bien conocido, como también de fuentes literarias en concreto de T.S. Eliot.

Kitaj es un manipulador de imágenes en la que se mezcla lo ordinario y lo culto, pero sobre todo es un pintor preocupado por la dimensión ético-política de la dimensión pictórica lo que le lleva al terreno de una eficacia comunicativa.

Aunque coincide con los Pop en muchas cosas y pese a que destaque sus vínculos con el expresionismo abstracto y retome la subjetividad del expresionismo abstracto norteamericano, es un figurativo.

Igual le ocurre a su narración donde se combinan dialécticamente la asociación libre con la inducción argumentada con buenos registros.

Pero con estos elementos de composición Kitaj se aleja de otras direcciones figurativas de los 60 como la corriente fría que va del Pop americano al Hiperrealismo, pero no de otras personalidades que en aquella época o un poco antes mantienen sin contención una parecida tensión dialéctica de la obra con elementos plásticos antitéticos como los americanos Robert Rauschemberg o Jasper Johns, cuya relación con el Pop es ambigua y también se nutren del Expresionismo Abstracto, pero sobre todo en la tradición figurativa del arte ingles en la que Kitaj se inserta voluntariamente y sobre la que ejerce una fecunda influencia.

Kitaj establece una relación muy cercana con los padres fundadores del Pop inglés, Eduardo Paolozzi, Richard Hamilton y Peter Blake.

El arte ingles de posguerra constituye el mejor caldo de cultivo para el tipo de búsqueda e inquietud de Kitaj, y se desconoce el tipo de huella que dejan los fundadores del Pop británico que son los primeros del mundo en desarrollar esta tendencia.

De hecho los jóvenes del Pop de 1970 que junto a Kitaj proceden de una misma promoción del Royal College of Art de Londres, son considerados tercera generación.

Antes que ellos están Eduardo Paolozzi, pionero y profeta del Pop, con su obra Yo fui el juguete de un hombre rico de 1947, como Richard Hamilton y Peter Blake, ya que se adelantan a los acontecimientos en la década de 1950.

Pero lo que importa no es tanto la precedencia cronológica como el modelo Pop que desarrollan muy diferente del americano.

Desde este ángulo Hamilton por su manera de pensar la obra tiene influencia posterior decisiva y es quizás uno de los mas agudos interpretes que tiene Marcel Duchamp y Kitaj, es el que traduce en términos pictóricos el proceso analítico de formación de imágenes.

Por esto ultimo hay que asociar los nombres de Hamilton y Kitaj ya que coinciden en el tratamiento de la obra como un collage mental, donde quedan atrapados trozos sueltos de realidad tomados al azar, pero sometidos a una organización u ordenamiento críticos.

Kitaj es un ejemplo de sentido sintético y complejo de creación plástica, heredera de una riquísima tradición de vanguardia, que rehúye dicotomías en favor de una actitud combinatoria, como también lo es de una aplicación dialéctica del impulso y la reflexión, de la versatilidad frente al pasado, de la actuación critica del desdoblamiento, de la superación del dilema de la vanguardia entre lo analítico formal y lo discursivo.

La pintura de Kitaj proyecta muchas de las preocupaciones de su generación, pero a su vez se muestra singular.

Publicado por ilabasmati

Licenciada en Bellas Artes, FilologÍa Hispánica y lIiteratura Inglesa.

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