La vanguardia al termino de la segunda guerra mundial vive una total falta de perspectiva por el terrible golpe moral que supone la contienda.
Las dos orientaciones dominantes de vanguardia histórica heredada, que supone la experimentación formal pura y el posterior retorno de la imagen, pierden fuerza y están desacreditadas.
De la experimentación formal no se espera demasiado, pues cada vez que se intenta se corre el peligro de parodiar algo anterior, pero tampoco hay demasiado interes de la defensa de la imagen y su mayor fuerza significativa tras la experiencia de los años 30, cuando las imágenes son sobre todo objeto de manipulaciones interesadas y se convierten en publicidad de los regímenes totalitarios.
La pregunta entonces es que hacer y cómo hacerlo para recobrar el suficiente impulso moral, son las preguntas subyacentes de la primera posguerra.
La respuesta no es homogénea, aunque si hay una respuesta dominante con el Expresionismo abstracto de EEUU y el Informalismo Europeo, ambas vías coinciden en su carácter no figurativo y en la importancia que le dan a la técnica automática para su confección pero las piezas que se realizan son muy diferentes.
El Expresionismo Abstracto o Escuela de NY, porque es el lugar de elaboración y promoción, se gesta a inicios de los 40, para llegar a su proyección a principios de la década de los 50.
Esta configurada por la convergencia de varios artistas aunque la mayoría no se ha formado allí.
Los mas importantes como Arshile Gorky (1905-1946) es de origen armenio, Willem de Kooning (1904) es holandés, Mark Rothko (1903-1970) ruso, Philip Guston (1913-1980) es canadiense.
Es casi normal porque la primera mitad de siglo son las grandes emigraciones del país.
Lo que es significativo es que tanto estos como los que faltan, Jackson Pollock (1912-1956), Franz Kline (1910-1962), William Baziotes (1912-1963), Adolf Gottlieb (1903-1974), Clyfford Still (1904-1980), Barnett Newman (1905-1970) o Ad Reinhardt (1913-1967), son de lugares distantes dentro de su país, con enormes diferencias culturales que convergen durante la década de los 30 y los 40 en NY.
Se educan en similares escuelas, viven simultáneas influencias, comparten ideales culturales comunes y experimentan similares contextos profesionales.
Hay que destacar que se introducen en el lenguaje artístico a través de la enseñanza de maestros vanguardistas afincados en EEUU como los alemanes Hans Hoffman y Josef Albers, pero sobre todo de la influencia ejercida de los muralistas mejicanos, que ofrecen un ejemplo de un arte local no provinciano, además de reflejar los ideales izquierdistas que dominan entonces los círculos de vanguardia, y el aluvión de artistas extranjeros que desde inicios de la segunda guerra mundial se ubica en NY, sobre todo los surrealistas que son los que mas prestigio tienen por entonces.
Por otro lado, desde los 30 hay una ayuda federal para el arte, según las ideas del presidente demócrata Roosevelt, para combatir los efectos de la gran depresión económica.
Unos programas que abren una posibilidad de supervivencia profesional para los artistas más inquietos, además de cohesionarlos en programas de acción comunes.
Desde un punto de vista técnico el Expresionismo Abstracto es una continuación del automatismo innovador reivindicado por los surrealistas en su primera etapa y ahora transformado en el action painting, unido al formato de gran escala al que se han acostumbrado los pintores americanos tanto por su actividad en las grandes decoraciones de edificios públicos como por el ejemplo de los muralistas mejicanos.
Quien de forma mas convincente practica esta formula de pintura gestual es Jackson Pollock que además de confeccionar grandes formatos, extiende en el suelo la tela, y danza sobre ella sin importar que caiga goteo o salpicadura, mas bien provocándolo.
Es una pintura abstracta pero marcada por la furia gestual automática, lo que le da un aspecto expresionista.
Por otra parte como pintura gestual, el tiempo de acción, el tiempo de ejecución es un nuevo elemento básico que aporta dimensión dramática al hecho de pintar.
No todos los expresionistas abstractos son expresionistas y abstractos, pero la formula triunfa.
En la misma línea que Pollock esta Gorky, pero muerto en situación trágica en 1948, cuando evoluciona de un estilo próximo a Miro hasta el tipo de pintura de acción, no se sabe que habría ocurrido de haber vivido más.
De Kooning, cuyo expresionismo de colores encendidos, es de carácter figurativo en esta primera etapa, y Franz Kline que comparte esta gestualidad no figurativa y esa afición al negro de Pollock, aunque con formula mas refinada y formatos mas pequeños.
Frente a los expresionistas genuinos hay otra expresión importante que la encarnan Clifford Still, que entierra el gesto dando capas de color tendentes a la monocromía, conservando una pintura muy empastada como rasgo expresionista.
Rothko evoluciona a una pintura abstracta, que divide en campos de color en dos cuadros superpuestos en los que cada uno la tonalidad cromática es diferente.
Newman también se caracteriza por extender una capa cromática uniforme por toda la tela, dejando solo algún elemento de contraste a modo de aislada banda vertical.
En estos tres casos junto a Reinhardt, el Expresionismo es místico.
En Europa de posguerra paralelo emerge también una pintura abstracta y de carácter expresionista que se denomina con el nombre de Informalismo.
La diferencia con el Expresionismo Abstracto Norteamericano es la técnica y estética.
Tecnica porque los informalistas europeos no trabajan grandes formatos y le dan mayor importancia a la materia y estética porque frente al vigor de la pintura de acción americana donde lo importante es la descarga vibrante del gesto sobre la tela, la pintura europea es mas existencial, mas intimista, poética y concentrada.
Los informalistas europeos no mantienen la estrecha relación de los americanos, ni entre ellos mismos ni con las plataformas de promoción comercial que pueden servir de aglutinante o por lo menos no lo hacen hasta mas tarde.
El centro mas importante del informalismo esta en Francia, donde destacan Jean Fautrier, un pintor que a finales de los 20 ya casi preconiza el Informalismo, pero que hasta una celebre exposición en 1943, sin haber terminado la guerra, cuando su serie titulada Otages (Rehenes) da a conocer su nuevo lenguaje informal.
Destaca también Jean Dubufett, que insiste también en valorar la calidad del empaste, aunque sin abandonar el dibujo figurativo, de trazo infantil, donde se refleja la vida desde una óptica muy rudimentaria, primitiva.
Pero pronto mezcla arcilla, piedras cerámicas, y sigue explorando el mundo del instinto y lo primitivo a partir de lo que crea El Arte Bruto (Art Brut), que es el que se hace desde este lado salvaje pero también el que hacen los pintores naives o ingenuos, la de los perturbados y los niños, o el de los profesionales dotados de una fuerte expresividad y sin inhibiciones.
De línea más intimista esta Wols, un acrónimo de A.O.W. Schulzer Battman afincado en Francia, cuya pintura es caligrafía dibujada en tinta china y acuarela creando imágenes de un universo microscópico y surrealista.
Michaux, un extraordinario poeta se dedica a explorar ese mundo de percepción cuando se alteran artificialmente las condiciones normales de conciencia.
Junto a ellos de finales de los 40 y primeros 50 se añaden otros llegándose a crear una escuela nacional que se denomina Abstracción Lirica Francesa, así como los calificativos de Arte Otro que inventa el crítico francés Michael Tapie y el Tachismo, formado a partir de la palabra Tache que en francés significa mancha.
En este grupo de informalistas franceses destacan Hans Hartung, George Mathieu o Nicolas de Stael.
El informalismo francés esta presente en Italia con Alberto Burri que trabaja con la arpillera y Lucio Fontana vinculado al grupo Abstracción-Creacion antes de la guerra y que luego publica El Manifiesto Blanco en 1946 donde reclama la presencia de la ciencia para investigar nuevos métodos y materiales.
En España la corriente informalista tiene a los representantes Antoni Tapies del grupo Dau al Set de Barcelona de finales de los 40 y Antonio Saura y Manuel Millares del grupo El Paso que opera en Madrid a finales de los 50.