Independiente del predominio del Surrealismo, las restantes vanguardias europeas, reconsidera su posición formalista de antaño.
Hay algunos grupos de artistas como los defensores del arte concreto de orientación abstracto-geométrica, y muchos mas de forma aislada que continúan con sus investigaciones, pero la mayoría busca aproximarse al realismo y volver a reivindicar el contenido, el significado de la obra.
Hay una corriente que se denomina Nueva Objetividad, con una representación hiperrealista de contenido crítico, cuyos protagonistas son representantes italianos y alemanes.
Simultaneo a todo esta el muralismo mejicano, un arte político que de forma realista y gigantescos formatos, los propios para decorar locales de instituciones públicas, no solo sirve para generar una identidad artística propia, americana, sino que con su actitud estimula el posterior desarrollo del Expresionismo Abstracto estadounidense de posguerra.
Destacan Diego Rivera (1886-1957), José Clemente Orozco (1883-1949) y David Alfaro Siqueiros (1896-1974).









































































También paralelos a todos ellos, los grandes maestros de vanguardia continúan en activo y se mantienen visibles continuando con su propia evolución.
Hay que destacar a Picasso, con su obra a partir de 1925 muy aclamada por los surrealistas, aun no siendo de su generación, ni tampoco militantes formales de sus ideas, consideran al pintor español como la máxima expresión del arte de vanguardia.
De hecho, Picasso consigue grandes logros en pintura, escultura y grabado durante los años 30, y sobre todo realiza el formidable mural del Guernica en 1937 que se convierte en el reflejo de la barbarie de la contienda civil española y lo que ha de venir con la II Guerra Mundial.

Aunque son menos visibles, también es muy importante la evolución de Matisse, Derain, Léger, Mondrian Kandinsky o Braque.
Pero he de subrayar al italiano Giorgio de Chirico (1888-1978) cuyas imágenes oníricas despiertan particular interés en los primeros surrealistas y que junto al citado Carlos Carrá y el también italiano Giorgio Morandi (1890-1964) promueve el arte metafísico, con imágenes intemporales, así como de fuerte carga inconsciente y simbólica






























































Hay que destacar también a Paul Klee, del que ya he hablado al comentar el grupo expresionista de Munich del Jinete Azul, pero que madura su mejor obra precisamente durante los años veinte y treinta, cuando participa de las investigaciones formales en la Escuela de la Bauhaus, dando a su obra su característico toque geométrico, que tras la clausura de la Escuela por los Nazis y su definitivo exilio a Suiza, realiza una obra muy personal y de enorme fuerza poética, con figuras alegóricas que flotan en un espacio indeterminado, a medias entre el Expresionismo y el Surrealismo

































