Nunca y me habria gustado

En la adolescencia suspiraba por romperme algo, para que me visitaran y firmaran en la escayola. Tendría un aura de enferma decimonónica romántica que sucumbe al destino. Me habría gustado una rotura limpia, a ser posible de brazo, sin tornillos ni varas de metal (y menos tomografías). Teatralmente convaleciente, languideciendo en una cama turca comoSigue leyendo «Nunca y me habria gustado»