Adoro las mañanas, pero amo la noche.
Soy más lista recién despierta, pero me concentro mejor por la noche, porque no hay ruido ni tiranía horaria.
De tal manera que en función de lo que tenga que resolver lo hago a una hora u otra.
Al vivir en un país muy agrario, noto que la gente en su mayoría todavía da mucho valor a la repetición, a madrugar, al trabajo físico…muy cuartelero el asunto, porque se reproduce hasta la saciedad el mismo patrón.
Obviamente no hay que generalizar, porque depende de las aspiraciones personales o profesionales de cada cual, pero quizás hoy día es más interesante aplicar la imaginación para controlar el destino porque las demandas son otras.
El ocio es necesario decían los griegos, de hecho, lo encuentro inspirador y se me ocurren más cosas cuando estoy relajada sin hacer nada que cuando lucho por ser productiva.
Ahí noto un gran salto con las sociedades industrializadas que nos encuentras ociosos a los que no lo somos y no es casualidad que el arte emerge mas aquí, entre otras porque no somos autómatas y no estamos tiranizados por los horarios.
Para trabajar el norte y para vivir el sur.
Creo que muchos hemos trabajado siempre (y mucho) en este Sur y hemos vivido (y mucho) en este Sur. Huyo de los tópicos.
(El Sur que hay desde los Pirineos, por supuesto)
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