¿Cuál es el reto más difícil al que tendrás que enfrentarte de aquí a seis meses?
A mi marido que murio hace tres años y a mi madre hace dos. No me deprimi, no llore, pero formaban parte de mi vida y me costo trabajo habituarme a que no estaban.
Hablo de pequeñas cosas como comprar un pantalon o preparar una comida. Tenía que obligarme a pensar que ninguna de estas personas las volvería a ver más.
Para ambos la muerte fue una liberación porque estaban muy enfermos. Pero a partir de entonces la vida tiene otro guión, no necesariamente peor, pero si diferente y en un inicio supone desorientación y desconcierto.