
Una tablilla de maldición (en latín defixio, y en griego κατάδεσμος katádesmos) era un soporte para maldecir en el universo grecorromano, por el que alguien pedía a uno o más dioses que dañasen a otros, con frecuencia como venganza.

Se escribían estos textos en finas hojas de plomo que posteriormente se enrollaban, doblaban o clavaban. Estas tablillas se colocaban normalmente bajo tierra, enterrándolas en tumbas, arrojándolas a manantiales, pozos o piscinas, escondiéndolas en santuarios subterráneos, o incrustándolas en las paredes de los templos.

También se usan para hacer conjuros de amor, y el enamorado las coloca dentro de la casa de la persona a la que ama.

En ocasiones aparecen junto a pequeños muñecos o figuritas,a las que también clavan las uñas. Las figurillas se parecen al sujeto al que se quiere hacer la maldición y a menudo tienen atados pies y manos.

No todas las tablillas son de plomo, pero sí la gran mayoría de las encontradas; también se escriben maldiciones sobre papiro, cera, madera u otros materiales maleables con menor probabilidad de conservación y por tanto de ser encontrados en una excavación arqueológica.

Normalmente, los textos de las tablillas de maldición estaban dirigidos a los dioses infernales o liminares, como Hermes, Caronte, Hécate y Perséfone/ Proserpina, a veces a través de la mediación de una persona fallecida (probablemente aquel en cuya tumba se deposita la tablilla).

La sociedad grecorromana usaba la magia para controlar la naturaleza. El libro bíblico del Apocalipsis tiene similitudes con escritos de brujería y maldiciones

Algunas frases escritas en el Apocalipsis de Juan utilizan terminologías similares a las que aparecen en unas antiguas tablas de maldición y rituales de hechicería, antes de que se escribiera el Nuevo Testamento.

Un investigador alemán de la Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia (JGU) plantea que las tablas de maldición, textos con hechizos y conjuros popularmente usados durante la expansión del Imperio Romano, tienen características similares de escritura al libro bíblico del Apocalipsis, según publicó a inicios de febrero la institución universitaria.

Escribe el autor de la investigación Michael Hölscher:
En el Apocalipsis hay aspectos de inscripciones y prácticas relacionadas con las tablas de maldición

Las tablas de maldición son objetos que están hechos con finas láminas de plomo en los que se tallaban o inscribían conjuros, hechizos o maldiciones con el fin de causar daño a un rival, adversarios deportivos o contrincantes amorosos.

Estas tablas y sus rituales de brujería asociados eran utilizadas ilegalmente tanto por personas incultas como por personas de alto estatus. La expansión del Imperio Romano fue determinante para su propagación: se han encontrado en sitios arqueológicos desde Egipto hasta Gran Bretaña.

Las tablas eran enterradas meticulosamente

No se sabe mucho sobre las tablas de maldición. Estas comenzaron a ser estudiadas en el siglo XIX, y hasta ahora se han recopilado más de 1.700 ejemplares, los cuales entregan información relevante sobre la cultura, el lenguaje y las creencias de los pueblos antiguos.

Según los hallazgos arqueológicos estos objetos de maldición eran meticulosamente enterrados en lugares específicos como tumbas o lugares sagrados para establecer conexión con los espíritus del inframundo. Estas prácticas habrían ocurrido entre el 500 a.C y el 500 d.C aproximadamente. Dice Hölscher:
El ritual de la maldición no se limitaba simplemente a la formulación del hechizo como tal, sino que también implicaba el acto de escribirlo, la perforación de las tablas o su entierro en lugares deliberadamente seleccionados

Según la investigación, los textos de maldición dejaron su huella también en el último libro del Nuevo Testamento de la Biblia cristiana: el Apocalipsis de Juan, o también llamado el libro de las Revelaciones.

En el Apocalipsis hay expresiones y frases muy parecidas a las que aparecían en las tablas de maldición, aunque no aparecen citas textuales de estas.

Por ejemplo, el autor habla de un pasaje en el que un ángel arroja una piedra al mar con las palabras:
Así con violencia será derribada la gran ciudad de Babilonia, y no será hallada más.

Asimismo, cuando en el libro se habla de Dios «atando» y «liberando» a Satanás, se usa la misma terminología que en las tablas de maldición romanas, donde se «ataba» u obligaba a una persona a realizar una acción determinada.

Para muchos estudiosos de la Biblia, los relatos de este libro son calificados como una profecía del fin del mundo y la segunda venida de Cristo, momento en el que los no creyentes serán arrojados al infierno, mientras que los cristianos irán al cielo.
El libro bíblico del Apocalipsis tiene similitudes con escritos de brujería y maldiciones (msn.com)
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