
El amarillo es un patron en la obra de Vicent Van Gogh por el consumo de digital, una droga utilizada para tratar crisis maníacodepresivas y que altera la percepción de los colores. Van Gogh ve el mundo a través de un filtro amarillo que plasma en sus obras.

Al contemplar La Gioconda de Leonardo Da Vinci, Los girasoles de Van Gogh ¿se puede considerar que es el mismo cuadro que crea el pintor? Con el paso de los años, las pinturas cambian. El transcurso del tiempo las modifica.

Un ejemplo es la obra de Vincent van Gogh, pintor neerlandés y uno de los máximos exponentes del postimpresionismo. Las pinturas de Van Gogh están plagadas de colores llamativos y vibrantes que exhiben tienen la capacidad de atraer a una audiencia variopinta y provocar el deleite de los admiradores. Sin embargo, muchos de los colores utilizados en sus obras han cambiado debido a la exposición a la luz. Varias de las alteraciones pueden ser atribuidas al amarilleo sufrido por el barniz al envejecer. Otras, sin embargo, están claramente causadas por la degradación de los pigmentos.

La obra de Van Gogh es excelsa y extensa, pero quizás entre las pinturas más conocidas, se encuentran la serie de óleos de Los girasoles. Parece ser que los primeros cuadros de la serie fueron pintados para decorar el dormitorio de su amigo Paul Gauguin. La creación de esta obra es posible por el empleo de los nuevos pigmentos desarrollados durante el XIX, como el amarillo de cromo, que da a los girasoles un amarillo luminoso.

En la actualidad las pinturas no presentan ese amarillo intenso, sino un tono ambiguo a medio camino entre el amarillo y el marrón. La teoría más aceptada es que se han producido cambios químicos en el pigmento amarillo de cromo por la exposición a rayos ultravioleta. El oscurecimiento de los pigmentos es causado por la reducción del cromo de Cr (VI) a Cr (III). Así, el oscurecimiento del amarillo de otras dos pinturas de Van Gogh, Vista del Arlés con Lirios (1888) y Ribera del Sena (1887), podrían ser explicadas por el mismo fenómeno.

Van Gogh siente predilección por el color amarillo, en gran parte de su obra, incluidas pinturas como La casa amarilla, Terraza de café por la noche o La avenida de los Alyscamps.

La predilección por el amarillo esta relacionada con una intoxicación por digital (Digitalis purpurea), que era utilizada en medicina para tratar diversas patologías. En la época de Van Gogh, la digital es empleada para tratar las crisis maniacodepresivas. El pintor la consume habitualmente en un intento de paliar los ataques que azoran su cuerpo y mente, ya que se le atribuyen propiedades sedantes y antiepilépticas.

Desafortunadamente, los pacientes que consumían un exceso de digital desarrollaban xantopsia, una patología que altera la percepción de los colores en los afectados, que tendían a ver los objetos con un tono amarillento. Vicent van Gogh veía el mundo a través de un filtro amarillo provocado por la medicina que consumía. De modo que el pintor tan solo trasladaba a los cuadros los tonos que observaba.
La digital se la suministraba a Van Gogh su médico personal, el Dr. Paul Gachet. De hecho, en el retrato que Van Gogh pinta del médico, aparece con un ramo de digital sobre la mesa.
No obstante, el Dr. Gachet es muy consciente de los posibles efectos secundarios letales que podía ocasionar la digital. Y desaconseja el abuso de la droga, que puede producir síncope al disminuir los latidos del corazón y causar la parálisis del órgano.
A pesar del predominio de los amarillos en las obras de Van Gogh, el amarillo siempre está equilibrado con el uso del azul o del blanco, incluso si se aplica de manera muy sutil. Con la xantopsia aguda, los blancos y los amarillos son indistinguibles para el pintor y los azules le parecen verdes. De lo que se deduce que seguramente padeció la enfermedad en un grado leve.
Otras hipótesis es que sufra glaucoma de ángulo cerrado subagudo. Esta dolencia visual explica los halos que Van Gogh pinta en algunas de sus obras como El café de noche o La noche estrellada.
Precisamente, el color amarillo vuelve a ser significativo en La noche estrellada. Y tanto en esta obra como en Camino con ciprés y estrella y en Campo de trigo con cuervos, el pintor es capaz de plasmar la teoría de la turbulencia de los fluidos que el matemático ruso Andréi Nikoláyevich Kolmogórov describe en 1941. Es decir, cincuenta y dos años después de que Van Gogh pinte La noche estrellada.
Raúl Rivas es Profesor de Microbiología en la Universidad de Salamanca. Este artículo se publicó originalmente en The Conversation y se publica aquí bajo una licencia de Creative Commons.