
Fragmento de la obra de Max Beckman
Se espera que la obra, de 1943, alcance el 1 de diciembre entre 20 y 30 millones de euros
El cuadro de Max Beckmann Autorretrato amarillo-rosa será subastado en Berlín el 1 de diciembre y se espera un precio de entre 20 y 30 millones de euros. La casa Grisebach da por hechos los 23 millones, la estimación más alta para una obra de arte jamás vendida en Alemania, y la estimación más alta para el artista en todo el mundo.
Es una obra realizada en 1943, durante el exilio del pintor en Holanda escapando de la guerra, una hermosa representación del artista que carece de la sombría intensidad de muchos de sus otros autorretratos. Con los brazos completamente cruzados y su mirada más allá del espectador, parece estar casi en un estado de meditación.
Beckmann regaló el cuadro a su esposa Quappi. La pintura ha permanecido ininterrumpidamente en manos privadas y es, de hecho, el último autorretrato del autor que no pertenece a una colección estatal. Ese es uno de los motivos por los que se espera alcanzar tan alto precio. Además, es una obra maestra de rango internacional: ninguna obra de arte comparable se ha ofrecido en el mercado de subastas alemán desde 1945, según la casa Grisebach, que también sugiere que la subasta de esta obra regenera debate sobre la necesidad de la cultura y el poder del arte para documentar la existencia humana en tiempos de agitación social.
Si tomamos como indicios las ventas de otros autorretratos del artista, que se encuentran entre sus obras más valoradas, parece posible que la casa Grisebach alcance su objetivo. En 2001, Selbstbildnis mit Trompete (Autorretrato con trompeta), pintado en 1938, se vendió por 22,5 millones de dólares en Sotheby’s Nueva York, más del doble de la estimación previa. Fue todo un logro en comparación con los 16,8 millones de dólares obtenidos por Selbstbildnis mit Glaskugel (Autorretrato con tarro de cristal), de 1936, vendido en 2005 también en Sotheby’s, que apenas superó su estimación máxima de 15 millones de dólares.
Los retratos de Beckmann de otros modelos se han vendido en los últimos años por varios millones de dólares, lo que corresponde aproximadamente a las expectativas. En octubre de 2021, por ejemplo, Retrato de un turco (1926) se vendió por 2,7 millones de dólares n Sotheby’s Nueva York, alcanzando de lleno el rango medio de su estimación.
Estas sumas considerables reflejan la posición de Beckmann como uno de los artistas más destacados de principios del siglo XX, asociado tanto con los movimientos del expresionismo alemán como con la nueva objetividad. Otros autorretratos suyos se encuentran en colecciones de clase mundial como las del MoMA, la Albertina de Viena y el Instituto de Arte de Chicago.
Sin embargo, cabe también anotar que las obras que se subastan en Alemania generalmente se venden a través de casas regionales independientes y rara vez atraen ofertas de más de un millón. El mercado secundario alemán ha estado creciendo en los últimos años, una tendencia sorprendente si se compara con la recesión que experimentan otros mercados después de la pandemia y que se atribuye a que el Brexit convierte a Europa en una opción mucho más conveniente que Reino Unido, tanto para compradores como para vendedores, así como para la creciente clase de coleccionistas jóvenes y globales de Alemania.
Las ventas de verano de Grisebach incluyeron un puñado de etiquetas de precios de siete cifras, entre ellas Russisches Ballet (1909), del también expresionista alemán Max Pechstein, que se vendió por 2,4 millones de euros, y Grauer Strand, de Beckmann, que se compró por 1,8 millones de euros.
El récord en una subasta en Alemania ya lo estableció Beckmann en Grisebach en 2018, con 5,5 millones de euros para Weiblicher Kopf en Blau und Grau, también conocido como La egipcia, estableciendo al artista como la superestrella del mercado secundario del país. Ahora pretende repetir la operación con el último autorretrato, que se ha mostrado para abrir boca en Nueva York, entre el 5 y el 10 de noviembre, antes de la venta en Berlín.