
Artista que trabaja bajo las órdenes de Andy Warhol, conoce a Jean-Michel Basquiat y colabora con nombres como Keith Haring y William S. Burroughs.

Pero es más que colaboraciones, algo que queda demostrado en los últimos tiempos.

En abril de 2020, su pintura Antipodal Reunion es la obra de arte más cara jamás vendida en una subasta online.

Tiene lugar durante la subasta de dos semanas organizada por la casa Sotheby’s: tras una serie de pujas a alta velocidad, cuando el cuadro alcanza la cifra de venta de 1,1 millones de libras esterlinas.

La obra representa a la intención del arte de George Condo: un arte que desmantela, deconstruye y vuelve a montar la realidad para mostrarn lo ya conocido de la vida cotidiana a través de un nuevo prisma.

En la actualidad el artista mantiene su ritmo de trabajo y sigue participando en colaboraciones de éxito en campos como el diseño de portadas de discos, la moda o el mundo editorial.

Nace en New Hampshire, EEUU en 1957.

Su interés por el arte en múltiples facetas queda claro desde su juventud, lo que le lleva a estudiar Historia del Arte y Teoría de la Música en la Universidad de Massachusetts.

La presencia de la música es una constante y un impulso importante de la vida de Condo.
Tras dos años en la universidad se traslada a Boston, donde empieza a trabajar en un negocio de serigrafía.
Lo que modifica el curso de su vida y su trayectoria artística es la banda de música protopunk The Girls, de la cual forma parte junto con el pintor Mark Dagley.
La estética y la esencia trasgresora de la banda, creada a finales de la década de los 70, eran un fiel reflejo de los convulsos tiempos artísticos y sociales que entonces se vivían: el arte era algo fundamental para sus integrantes, que combinaban música y performance en sus actuaciones.
Es en esta época cuando el joven George conoce a Jean-Michel Basquiat, un acontecimiento crucial en su vida: es entonces cuando decide mudarse a Nueva York y dedicarse al arte en exclusiva.
La escena artística en el Nueva York de los 80 era tan excesiva como vibrante.
Participa en su primera exposición colectiva, organizada en una galería del East Village en 1981, a la que siguen más muestras consecutivas hasta el año 1983.
Durante estos tres años conoce a Andy Warhol y trabaja en la Factory.
Su trabajo es aplicar polvo dorado a las obras de la serie Mythos.
Pero esta tarea no llena en absoluto la necesidad creativa de Condo, que decide mudarse a Los Ángeles para impulsar su propia producción plástica.
1983 tiene lugar su primera muestra en solitario, organizada por la Ulrike Cantor Gallery.
Es el comienzo de una serie de mudanzas y traslados que ampliarán su punto de vista y sus conocimientos y le ayudarán a conocer a los galeristas que llevarán su obra a lo más alto.
1984 se traslada a Alemania donde entra en contacto y trabaja con el grupo de pintores Mulheimer Freiheit, también conocidos como los Nuevos Salvajes de Colonia. Este grupo de artistas apuesta por la subjetividad y la individualidad en el arte, hasta el punto que uno de los integrantes, Peter Bommels, llega a resumir la esencia de su trabajo en la frase mis imágenes son yo mismo.
Durante su primer año de estancia en el país George Condo celebra su primera exposición fuera de Estados Unidos, concretamente en la Galería Monika Sprueth.
Será la primera vez que exponga uno de sus cuadros más conocidos, The Cloudmaker, terminado ese mismo año.
Las relaciones que establece George Condo durante los años 80 no se limitan a Warhol y su entorno.
En esa década empiezan a despuntar nuevos nombres procedentes de la escena del grafiti y el arte urbano, entre los que destaca el de Keith Haring.
Condo entra en contacto con él y forja una estrecha amistad. En 1984 las Galerías Pat Hearn y Gladstone de Nueva York organizan una muestra doble con su obra; en 1987, el joven pintor participa en la Bienal Whitney con una serie de obras entre las que destaca Dancing to Miles, inspirada en la ciudad y en el jazz y que terminó de pintar en el estudio de Haring.
Sin embargo, su amistad con este artista no es la única relación que cultiva con los grandes nombres de la escena intelectual y artística norteamericana de la época. También genera una sinergia poderosa con William S. Burroughs, con quien creará distintas pinturas y esculturas y realizará una serie de escritos y grabados bajo el nombre de Ghost of Chance, publicados en forma de libro por el Whitney Museum en 1991.
Los 90 suponen una evolución y un cambio de paradigma.
El artista destila sus influencias anteriores y sus propias incorporaciones hasta generar un cuerpo de obra único y personal, plenamente identificable.
Es la década de lo que él define como Realismo Artificial: una serie de en las que, desde un punto de vista clásico y con una técnica depurada, retrata a personajes a medio camino entre la estética del monstruo y la investigación sicológica.
Quería capturar la personalidad de estas pinturas en el punto más álgido de cualquiera que sea el momento en el que se encuentren – en ese estático momento de caos -, y retratarlas como composiciones abstractas situadas en lugares desubicados y habitaciones aisladas.
El ejemplo más conocido, que refleja perfectamente la esencia abstracta, desasosegante y aterradora del personaje retratado, recae en su obra La Mujer del Carnicero (1997).
En abril del año 2020, George Condo entra a formar parte del Olimpo de artistas célebres por los precios de sus obras.
La casa Sotheby’s realiza una subasta online en su sección de arte contemporáneo de Londres, que es presentada por la heredera de la casa, Margheritta Missoni.
Una de las obras más emblemáticas del Realismo Artificial de Condo, Antipodal Reunion, forma parte del lote; durante la subasta, el lienzo se vende por más de un millón de libras esterlinas y se convierte automáticamente en la obra de arte que mayor precio ha alcanzado en las subasta online organizadas por Sotheby’s.
A día de hoy, George Condo despliega su creatividad en todo tipo de proyectos artísticos.
Desde crear la portada del Book of Sketches de Jack Kerouac hasta diseñar la polémica portada del álbum My Beautiful Dark Twisted Fantasy, de Kanye West, es uno de los artistas más solicitados y populares por su talento y su descaro creativo.
Su obra es reconocida en importantes exposiciones realizadas por centro como el Contemporary Arts Museum de Houston, el Museo Maillol de París y el Museo Guggenheim de Nueva York, entre muchas otras.
Tambié protagoniza colaboraciones con marcas de alta costura, como la colección diseñada ex aequo con el rapero Travis Scott para la casa Dior en 2021.