
Hasta el próximo 11 de septiembre el museo Thyssen-Bornemisza acoge la exposición dedicada a la trayectoria de Alex Katz, una retrospectiva que abarca seis décadas del trabajo del que es uno de los principales representantes del arte norteamericano contemporáneo.
Nacido en Brooklyn en 1927, criado en Queens, alumno de la Art Cooper Union de Manhattan, Katz es artista neoyorquino por los cuatro costados y es el artista pop vivo más cotizado del momento.
Su obra rompe con la tradición abstracta del arte americano de los años 50 e instaura muchas de las bases del pop.
Gran formato, fondos planos, monocromáticos, figuras separadas del fondo, sin referencias espaciales, un estilo personal y definitorio que es inspirador para los grandes de pop como Warhol.
Para su primera exposición en nuestro país, el Thyssen, en colaboración con el propio Katz, selecciona 35 obras de gran formato y cinco estudios que sintetizan más de seis décadas de un prolífico trabajo.
Solo a su mujer y musa, Ada del Moro, la retrata más de 1.000 veces.
Como el mismo Katz cuenta
en 70 años nada me ha interrumpido, ni la guerra, ni la pandemia, ni la falta de interés del gobierno norteamericano por el arte.
Precisamente sus retratos, uno de sus géneros más representativos, están de sobra reflejados en esta muestra con obras tan trascendentales en su trayectoria como La sonrisa roja (1963), Paraguas Azul (1972) o el retrato múltiple Vivien realizado en 2016 y adquirido recientemente por Borja Thyssen.
A partir de ahora forma parte de la colección permanente del museo.
Pero la muestra no solo son sus retratos, también es una oportunidad única de contemplar sus paisajes inmersivos como Campo Dorado #3 (2001) o Bosques (1991) y sus escenas sociales de la vida neoyorquina como Round Hill (1977) o En las Gradas (1983).
Además de estas obras de formato gigantesco, también está presente Green Table (1996).
Una mesa de madera que sostiene 17 cabezas pintadas o cuouts, una práctica que Katz empieza a utilizar en los sesenta con la que consigue dar cierta tridimensionalidad a la pintura y que más tarde recibe el nombre de Flat Statues (estatuas planas).
Todas ellas forman una excepcional selección de la obra de Katz que ha sido posible gracias a los préstamos de algunas de las instituciones culturales más importantes del mundo.
Desde el MoMa de Nueva York, el Whitney Museum o el Metropolitan, hasta el Reina Sofía.
Pero sobre todo ha sido la predisposición del artista y su familia, que no ha dudado en pagar personalmente el transporte de dos de las obras, la que ha hecho posible que Madrid sea la sede del arte de Alex Kazt este verano.
https://www.elconfidencial.com/el-grito/2022-07-14/realismo-pop-alex-katz_3452291/