

Y postrándose, le adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes, oro, incienso y mirra.

Desde el siglo V al XV, inspirados en textos distintos con soportes como el marfil, piedra, madera, pintura mural, tabla o lienzo, manuscritos iluminados, orfebrería, mosaico, vidriera o alabastro se representa la venida al mundo de Jesús.

Su iconografía varia desde los sarcófagos paleocristianos del siglo IV, la Edad Media, el Renacimiento, la Reforma Luterana, Contrarreforma católica etc.

Tenía la mirada fija en el intenso resplandor que despedía la luz que había nacido. Esa luz fue de a poco condensando y tomando la forma de un niño. (Libro sobre la infancia del Salvador, evangelios apócrifos, anónimo).

Este libro cuenta que, María embarazada y su marido José se dirigen a empadronarse en Belén.

José se adelanta para buscar un lugar donde descansar del viaje y encuentra un establo que le parece adecuado para cobijar a personas tan pobres como ellos y cuando llega María parece tan cercano el momento del parto que buscan una comadrona.

Algunas representaciones plásticas del Nacimiento, siguen este relato, otras no.

No siempre se muestra a José, María y al niño en un establo, ni siempre aparece en la escena la comadrona o comadronas, pues las imágenes responden a distintos relatos del acontecimiento.

Pintores, escultores e iluminadores de manuscritos se inspiran en diferentes relatos para proyectarlos en soportes como el marfil, piedra, madera, pintura mural, tabla o lienzo, fresco, temple, oleo, orfebrería, mosaico, vidriera o alabastro.

En la Edad Media se forja y arraiga la iconografía de la Natividad.

En ese periodo la fusión entre literatura religiosa, tradición, arte y religión, se integran en el imaginario colectivo y evoluciona generando una tradición de lo que fue improvisación en un inicio.

El artista elige la escena, entorno etc donde ubicar al grupo.

La principal es la madre aunque el protagonista sea el niño.

Esta recostada, sentada o de rodillas, aunque esa última postura apenas se utiliza en la Edad Media.

A veces tiene el niño en sus brazos, pero por lo general está en la cuna.

No aparece rastro de sangre o sufrimiento, algo lógico en un parto.

Las figuras de las comadronas, los pastores, los ángeles, la mula y el buey entran y salen de la escena del nacimiento, dependiendo del periodo histórico.

José caracterizado como anciano, se supone que tiene 111 años, no siempre aparece, algo habitual, en una época en la que los hombres no se acercaban al parto, porque es asunto de mujeres.

Su figura se coloca de pie o sentada, ausente del conjunto o muy pensativa.

La mula y el buey se entienden como parte del viaje de José y María para censarse, la mula sirve para transportar a la esposa embarazada y el buey para pagar el impuesto.

La comadrona o comadronas, aparecen en algunas escenas del Nacimiento, con la finalidad de dar testimonio del parto de una mujer virgen.
El paisaje de la Natividad en Bizancio, las figuras están en una gruta situada en un entorno montañoso, con un establo, cobertizo, pesebre o ruinas.
No importa tanto el lugar como destacar los valores de pobreza y humildad.

Las variaciones en la representación del Nacimiento están condicionadas por el periodo histórico.

La evolución se percibe a través de los tres periodos del Medievo, la Alta, Plena y Baja Edad Media.

Las primeras representaciones son de la época en que finaliza las persecuciones de cristianos al proclamarse el Edicto de Milán (313).

A partir de ahí comienza la conmemoración del nacimiento de Jesús y la costumbre de reflejarlo en imágenes.

La representación de María con el niño en la catacumba de Priscila del siglo II, carece de San José, mula o buey.

Aparecen los Magos, usual en las primeras representaciones del Nacimiento y lógico pues la Natividad se celebra el 6 de enero, hasta que el papa Liborio, en el 354, la cambia al 25 de diciembre para hacerla coincidir con el solsticio de invierno.

En el siglo IV se encuentran las primeras representaciones del Nacimiento.
La más conocida del pesebre más antiguo, se encuentra en la iglesia de San Pietro Ispano en Boville Ernica (Italia).
Muestra a la virgen sentada y al niño en la cuna y no esta San José.
En el siglo V destaca La gruta de la Natividad en las iglesias romanas de Santa María la Mayor o Santa María Ad Praesepem.
550 destacan varios nacimientos tallados en marfil, entre los que destacan la Natividad de la Catedra de Maximiano, que muestra a la virgen semitumbada, perfil típico de la formula siriaca, propia del arte bizantino.
En esa posición, la virgen denota sufrimiento de parto, lo que subraya la naturaleza humana de Cristo.
La escena se completa con el niño en una especie de altar pesebre típico de las representaciones bizantinas, San José y la partera Salome, que al examinar a María para comprobar su virginidad, queda carbonizada, al tocar a la virgen con el dedo.
También se utilizan madera, frescos o miniaturas iluminadas para representar la Natividad.
Entre los siglos XI-XIII catedrales la construcción de iglesias y catedrales románicas y goticas, da paso a una gran cantidad de representaciones del Nacimiento en portales, capiteles, pilas bautismales etc.
También están los libros iluminados que contribuyen a difundir las imágenes de la Natividad.
El Románico (siglo XI-XII) incluye la Natividad en las portadas de iglesias y catedrales, en capiteles de interior y en los claustros, en claves, pilas bautismales y sarcófagos.
Y el Gótico (siglo XII-XIII), en portadas y claustros esencialmente.
1223 se inicia el belenismo con la representación del belén viviente en Greccio (Italia) por San Francisco de Asís, que se convierte en tradición, al ser difundido por la rama femenina del franciscanismo, las clarisas.
Es importante también en esta época, el papel de la pintura.
Siglos XIV-XV, periodo bajomedieval, se desarrollan cambios significativos, tanto en la escena como en la técnica.
Se ve como una indignidad el mostrar a María recostada en el parto natural, que es de procedencia bizantina y la presenta sentada sosteniendo al niño o de rodillas adorandole.
La escena es mas calidad en la virgen alimentando al niño.
En Italia destacan Duccio di Buonisegna, Giotto y Pietro da Rimini.


En los nacimientos de los dos primeros tienen reminiscencias bizantinas e inspiración de los evangelios apócrifos, visible en la forma de recostarse María y en la presencia de las comadronas, Salome y Zelomi.
Pietro da Rimini es el ejemplo del cambio, pinta la Natividad en un cuadro de pequeñas dimensiones con un espacio acorde recoge el anuncio de los pastores y la llegada de los Reyes Magos.
En el siglo XIV-XV destacan Rogier van der Weyden, Petrus Christus y Gerard David



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