

Toda materia tiene su equivalente inmaterial, y es la constante búsqueda de Anish Kapoor, el artista contemporáneo que más se aproxima a la ciencia y la arquitectura para crear su discurso.



Vuelve a estar en la prensa no por ser el escultor que inaugura la primera gran exposición en medio de la pandemia en los jardines de una antigua mansión inglesa, Houghton Hall, en Norfolk, sino por registrar los derechos de autor para el uso artístico del negro más profundo, el Vantablack.
Un invento de la nanotecnología que desde el 2014 revoluciona al mundo por ser lo más cercano a un agujero negro.

El material realizado a base de carbono, absorbe 99.965% de la luz.
Lleva años dedicado en modificar el significado del vacío por espacio potencial, y construir desde la inexistencia el no-objeto, de manera que el invento le viene anillo al dedo.

Sus dos metáforas están en la oscuridad y en los reflejos, que se podrían ver como los dos polos antitéticos y complementarios de sus innumerables ambivalencias: superficie-fondo, Luz-sombra, vacío-plenitud, negativo-positivo, masculino-femenino, interno-externo, cóncavo-convexo, evolución-involución…

La polaridad, la conjunción de los opuestos, es su lenguaje.

1973 sus inquietud artística se apreciar desde el boceto de una de sus primeras obras Circle to Square Drawing en la que a través de una línea contínua en espiral logra una metamorfosis de la geometría.

Entre su obra mínimal y las instalaciones hay un nexo del que conecta la progresión.

No hay mensajes en sus obra, prefiere que el visitante quien con su percepción y cierre el circulo que el inicia.

Cuando uno tiene mucho que decir hay menos espacio para el espectador y lo que me interesa es dejar que el espectador encuentre su propio espacio… No siento que tengo un mensaje para dar, uno hace que el trabajo sea bueno, y si es así, la obra encontrará vida por sí misma, no tengo que defenderla sin cesar.

El espectador trae su propia materia psíquica a la ecuación y completa la obra de arte. No puedes hacerlo solo, debes hacerlo pensando en el espectador conceptual.
1954 nace en Bombay y residen en UK.

No creo en la idea del origen étnico (…). Para mí, ser un artista español, americano o inglés viene a ser igual. Lo importante es la obra.

Hijo de padre hindú y madre judía, criado en la India y formado en UK, nunca reduce su obra a las peculiaridades de sus orígenes porque, lo significativo son las cualidades simbólicas y formales de su trabajo.

Tengo una gran resistencia a tratar de ver la obra por mi indianidad

No se desvincula de los colores brillantes de su tierra natal.

Sus primeros años los pasa estudiando en la Doon School de Bombai.

1973, se traslada a Londres con 18 años para estudiar primero en la Hornsey College of Art y mas tarde en la Chelsea School of Arts and Design.

Pero su multiculturalidad le sirve para tener un espectro mas amplio para representar su pulsión interior, porque posee mas registros.

1974 de estudiante, participa en diferentes concursos y muestras como la exposición Art into landscape, en la Serpentine Gallery de Londres.
Se forma la figura de uno de los máximos representantes de la nueva escultura británica, junto con Richard Deacon y Toni Cragg.

Experimenta con los pigmentos y empieza a crear piezas confeccionadas con distintos soportes como el granito, la piedra caliza, el mármol o el yeso.

El pigmento es utilizado en la vida diaria y religiosa hindú, pero además, en sus tradiciones recuerda al polvo que se esparce en la celebración del Festival de Colores. Kapoor lo utiliza para moldear formas que parecen surgir de la nada, como icebergs o estructuras geométricas que simulan fragilidad.

1979-1980 confecciona la serie 1.000 Names con formaciones que pueden ser de madera y yeso, o materiales mixtos, a las que rocía uno de los tres colores primarios, y en algunos casos acompaña con formas en blanco o negro.

Anish Kapoor. Serie 1000.
Después la expone en la Galerie Patrice Alexandre de París, en su primera exposición individual.

Soy escultor, no tengo elección, me interesan los objetos

Ahí empieza su fama, agigantada después por otros exposiciones en Gran Bretaña y Estados Unidos, en las que sus obras se venden incluso antes de la inauguración, como es el caso de la que realiza en la Barbara Gladstone Gallery de Nueva York.

1990 llegan premios y reconocimientos como el Premio Duemila al Mejor Artista Joven, (con una polémica porque es para menores de 35 y el tiene 36) por su participación en la 44 Bienal de Venecia, cuando representa UK.
1991, Premio Turner.
Sus trabajos se exponen en museos de todo el mundo como la Tate Gallery o la Hayward Gallery de Londres, el Deutsche Guggenheim de Berlín, el Reina Sofía de Madrid, o el Kunsthalle de Basilea, haciendo una progresión ascendente.

Durante estos años, realiza algunas de sus obras más representativas como En el centro de las cosas, At the Hub of Things, que se considera obra cumbre de los conocidos como vacíos y que da paso también a la serie de esculturas que realiza después en piedra, entre las que destaca Adam (1988), considerada una de sus obras fundamentales ya que supone la plasmación de sus estudios e ideas sobre el espacio, una de las constantes fijaciones en su trabajo.

Ahí empieza su fama, agrandada después por otros exposiciones en Gran Bretaña y Estados Unidos, en las que sus obras se venden incluso antes de la inauguración, como es el caso de la que realiza en la Barbara Gladstone Gallery de Nueva York.
1981 la fijación por el vacío le llega tras un viaje a Japón, donde se fascina por sus jardines rocosos que estimulan en esta década de los 80, la creación de esculturas biomórficas en piedra caliza y otros materiales naturales.
Estas piezas captan la atención de la crítica, cuando lo invitan a representar a Gran Bretaña en la XLIV Bienal de Venecia de 1990.

1990 llegan premios y reconocimientos como el Premio Duemila al Mejor Artista Joven, (con una polémica porque es para menores de 35 y el tiene 36 por su participación en la 44 Bienal de Venecia.

16 bloques de arenisca llenan el escenario, es Campo Vacio, Void Field de 1989, campo vacío.

Cada bloque lleva en el tope un agujero relleno de pigmento azul, como llamando la atención al interior no visible.
En algunos casos la piedra esta perforada, en otros es la ilusión del tinte. Adicionalmente, incluye otras obras, entre ellas, Wing at the Heart of Things (1990), The Healing of St.Thomas (1989) y Black Fire (1990).



La primera esta conformada por rocas que, al estar cubiertas totalmente del azul profundo (el mismo color utilizado por el artista fundador del nuevo realismo Yves Klein), da la percepción de liviandad.

Ahora esta pieza forma parte de la colección de la Tate Modern.





Las otras dos piezas tienen una connotación mixta de espiritualidad y erotismo.
1991, Premio Turner.
Pero desde entonces los reconocimientos no paran.
Sus trabajos se exponen en museos de todo el mundo como la Tate Gallery o la Hayward Gallery de Londres, el Deutsche Guggenheim de Berlín, el Reina Sofía de Madrid, o el Kunsthalle de Basilea, haciendo una progresión ascendente.
Durante estos años, realiza algunas de sus obras más representativas como En el centro de las cosas (At the Hub of Things), que se considera obra cumbre de los conocidos como vacíos y que da paso también a la serie de esculturas que realiza después en piedra, entre las que destaca Adam (1988), considerada una de sus obras fundamentales ya que supone la plasmación de sus estudios e ideas sobre el espacio, una de las constantes preocupaciones de su trabajo.



Una obra para él no debe albergar marcas de su manufactura o de su proceso de creación; debe ocupar su propio lugar y tener su propio valor, más allá del artista que la ha hecho, porque lo que interesa es su contemplación.
1992 concede a sus piezas un carácter arquitectónico como en Descenso al limbo, con la que participa en Documenta IX, que por primera vez, necesita la construcción de un edificio para colocarla.


Prosiguen después pequeñas realizaciones independientes que demuestran aún más el interés del artista por el control del espacio.
1992, la primera visita a España es para colaborar con el arquitecto David Connor en la creación de Edificio para un vacío, en la Expo de Sevilla.
1995 pero su espíritu inquieto necesita de nuevas expresiones y empieza a experimentar con los espejos en Poniendo el mundo bocabajo (Turning the World Upside Down).
1990, el artista esta interesado en las dimensiones.
La escala lo es todo en escultura. No temo hacer piezas grandes pues la enormidad es una de las herramientas de la escultura. Por eso es importante tener en cuenta el significado y el sentido de una pieza que nos seduce con su poesía.
2002 esta búsqueda evoluciona hasta llegar a una de sus obras más representativas, Marsyas, creada para la Tate Modern de Londres, para la serie Unilever, de la Sala de las Turbinas.






Juega con la escala humana haciendo que sus dimensiones hagan imposible verla desde un solo ángulo, de manera que el espectador tiene que caminar a su alrededor.
Su intenso color rojo y su nombre, relacionado con la mitología griega, son el aspecto terrenal y, al mismo tiempo, espiritual de ese juego de contrarios que caracteriza la obra de este artista.
2003 se le concede el título de Comandante de la Orden del Imperio Británico en reconocimiento por su contribución a las artes
Crea Mi patria roja (My Red Homeland) donde el color de una enorme masa roja lo inunda todo, mientras un rodillo arrastra la cera muy lentamente formando un enorme círculo que se crea y se destruye a la vez, en una especie de autocreación que lleva al origen de las cosas.


Siento que soy realmente un artista abstracto y que hago arte abstracto. Una de las condiciones de la abstracción es precisamente su idoneidad para ir hacia el principio de las cosas (…). Es por eso por lo que me interesa que los objetos se autocreen, aunque sea una ficción.


2004 realiza su primera obra de carácter público en los Estados Unidos.
Es Puerta de las nubes (Cloud Gate), instalada en el Millenium Park de Chicago.
Creada a base de placas de acero inoxidable, muy pulidas, se convierte en un gigantesco arco que refleja y distorsiona a la vez el entorno en el que está.

Es casi imposible sustraerse a ella y los visitantes del parque sienten una atracción especial que les empuja a traspasarla, a rodearla, a acercarse a ella.

Después de esto, su prestigio le lleva a protagonizar numerosas exposiciones alrededor del mundo: en Nueva York, en Italia, en Tokio, en Brasil, sin dejar nunca de buscar nuevas formas de impactar en el espectador y de alterar los espacios en los que este se mueve.

2006 emerge otra de sus grandes obras creada para un espacio público, Espejo del cielo (Sky Mirror), situada en el Rokefeller Center de Manhattan.


Pasa de la piedra a la cera y de esta al acero, creando obras de cualquier tamaño imaginable y traspasando cualquier barrera que podamos imaginar.

2008, destaca su proyecto Valle de los Soportes Gigantes (Tees Valley Giants)

2010 crea una pieza llamada Temenos (terreno sagrado) que queda instalada en 2010.

Una enorme red cazamariposas de 55 metros de altura y 110 de longitud como primera de una serie de esculturas públicas repartidas por Teeside, al nordeste de Inglaterra, y que realiza con el ingeniero Cecil Balmond.



Estos logros le llevan al encargo de realizar la gran Órbita ArcelorMittal (ArcelorMittal Orbit) para las Olimpiadas de 2012 de Londres, otra vez junto a Cecil Balmond, creando una enorme torre de acero que gira sobre sí misma y de la que se puede descender por una enorme escalera de caracol.






Todos los estudios, reflexiones y cálculos los hace el artista al tiempo que organiza diferentes exposiciones por todo el mundo.

Sus obras se muestran en Londres, San Petesburgo y Bilbao.

2011 exposición en el Gugenheim llena de color las salas con obras tales como Amarillo o Mi patria roja, y el exterior, con sus reflejos, que se plasman en El gran árbol y el ojo, hecha a base de enormes bolas de acero inoxidable.






Leviathan, es lo siguiente




Un monstruo marino es grande, amorfo, incontrolable y provoca emociones.



Genera emociones al crear otra enorme construcción de goma roja en forma de globos concebida expresamente para la cuarta edición del Grand Palais de París.


Con el nombre del monstruo bíblico, estas enormes esferas dejan al visitante pasear por su interior como si hubieran sido engullidos por un organismo vivo, las entrañas del propio monstruo.


El éxito de la exposición lo dedica al artista Ai Weiwei que, está detenido por las autoridades de Pekín.




Sus piezas continúan llenando con sus vacíos tanto los espacios públicos como las salas de los museos.

2012, en la Lisson Gallery de Londres, hay una retrospectiva de su trayectoria, tras las tres décadas de colaboración.

Después en Seul, en Sidney, en Estambul.

2013, está en Matsushima (Japón) con un enorme auditorio móvil para albergar los conciertos solidarios del festival Ark Nova, surgido tras el tsunami de 2011.






Un ambicioso proyecto realizado en colaboración con el arquitecto japonés Arata Isozaki y que supone un nuevo concepto de edificio público: una gran membrana inflable que puede desmontarse tras el espectáculo y trasladarse a otro espacio.


En su afán por investigar y experimentar con nuevos materiales y técnicas, llega a colaborar con la empresa española Factum Arte para el desarrollo de una impresora 3D en cemento que deposita este material siguiendo el escaneado de un modelo previo.
Trabaja con sus colaboradores en las salas de su estudio de Peckham, Londres.
Aquí experimentamos con materiales, superficies, hacemos formas y texturas sin saber cuál será el resultado final. De todo ello emerge eso que llaman arte
Trianart