El culto Beruete, Vista de Madrid desde la pradera de San Isidro, 1909

Beruete, Vista de Madrid desde la pradera de San Isidro, 1909

Es complicado confeccionar un perfil con todos los rasgos que hacen de Aureliano Beruete Moret (1845-1912) un paradigma de la modernización de la España finisecular.

Porque siendo uno de los mejores pintores del momento, esa faceta no puede anular otras también valiosas.

Beruete. Venta del Macho, Toledo, 1911.Aureliano de Beruete y Moret nació en Madrid, en 1845.
Es además de uno de los más importantes paisajistas españoles de la segunda mitad del siglo XIX, y la primera década de 1921, un prestigioso intelectual y político español.

Nacido en una familia adinerada e ilustre, estudia en el Colegio Internacional, semillero de su posterior estrecha vinculación con la Institución de Libre Enseñanza, de la que es fundador en 1877 y uno de sus principales mecenas.

Beruete. Espinos en flor. Plantío de Infantes. Se forma artísticamente en la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, en la que tiene como maestro a Carlos de Haes, que influye de forma importante en su obra, especializándose al igual que este en el paisaje.

Aunque su vocación por la pintura es temprana como se aprecia con el aprendizaje en el taller de Carlos Múgica

1867 Beruete se doctora en Derecho, comenzando luego una carrera política que le lleva a ser diputado entre 1871-1872.

Beruete. El Guadarrama desde la Moncloa. Es educado en un colegio Internacional, donde recibe una educación gracias a la cual asume los ideales regeneracionistas que había impulsado Francisco Giner de los Ríos y la Institución Libre de Enseñanza, colaborando con este en su fundación colaboró; estas ideas influyeron en su visión del paisaje, al igual que lo fue con la poética de la Generación del 98.

1873 decide abandonar la política y dedicarse a la pintura, para lo que estudia Bellas Artes en San Fernando y se especializa en paisaje bajo la tutela de Carlos Haes.

Inicia su carrera como pintor profesional los últimos 20 años del siglo XIX, continuando hasta su muerte en 1912.

Beruete. Vista de Toledo. Se licenció en Derecho por la Universidad de Madrid en 1867, y fue diputado en las legislaturas de 1871 y 1872.
Apasionado por las marchas campestres y rurales, recorrió la sierra de Madrid y los alrededores de la capital, que más tarde serían inspiración de muchas de sus obras.

Dado su patrimonio puede llevar su carrera sin agobios de necesitar vender a la vez que puede emplear su tiempo en una interesante actividad intelectual, centrada en la critica de arte y en la investigación de historia del arte.

Entre sus publicaciones, destacan sus aportaciones al estudio de Velázquez, de cuya obra se convierte en una de las autoridades internacionales.

Beruete. Vichy 1909. Refinado y cosmopolita, gracias a su holgada posición económica, puede dedicarse a al pintura, desarrollando un estilo muy personal, sin las presiones que otros artistas tuvieron para satisfacer a sus posibles clientes con el fin de asegurarse un sustento.

También es un gran conocedor del Prado y se le encarga la programación del tercer centenario de Velázquez.

La dirección del Museo del Prado en repetidas ocasiones le fue ofrecida y declino siempre tan honroso cargo, aunque si acepto ser miembro del Patronato creado en 1912.

Beruete. Vista del Guadarrama desde el Plantío. Viaja a partir de 1878 viajó por varios países de Europa y América, que posibilitaron su contacto con las vanguardias de esos años.
Fue coleccionista de arte y teórico, dedicando una interesante monografía a Velázquez en 1898, además de escribir varios ensayos artísticos de gran rigor y sentido crítico.

Al morir poco después de esta fecha, en el citado cargo le sucede su hijo homónimo, que por entonces con 36 años, es un especialista en temas artísticos, que en 1918 llega a ocupar la plaza de director del Museo del Prado.

También fue un gran viajero, cuya curiosidad le lleva a recorrer medio mundo, sobre todo Europa y América.

Beruete. Mantuvo una estrecha amistad con Martín Rico y OrtegaRamón Casas Carbó y Joaquín Sorolla,
Junto a los citados pintores, contribuyó a modernizar la pintura paisajística española, y fue biógrafo de ellos.

Pero da igual sus aficiones, capacidad, fueran las que fueran lo superdita todo a su vocación pictórica y que esta la interpreta a través del paisaje.

Tal exclusividad es un rasgo moderno y más su estilo maduro que destaca sus últimos 15 años.

Beruete. Manzanares 1909 .Junto a Carlos de Haes realizó numerosos viajes por toda España, en las campañas que el maestro solía hacer con sus discípulos. Abandonó la pintura de estudio, para pintar al aire libre, siendo influido por los pintores de la Escuela de Barbizon, de los que conoció sus obras gracias en sus viajes a Francia.

De su maestro Carlos de Haes, comprende que es imprescindible realizar el paisaje tomado directamente del natural, pero como es lógico en un discípulo 20 años más joven toma otros motivos distintos y sobre todo se centra en la representación de la naturaleza de la luz, algo que explotan los impresionistas, aunque no son los únicos que lo hacen en el último tercio del siglo XX.

Carlos Haes
Carlos Haes
Carlos Haes

Los motivos paisajísticos que elige Beruete tienen que ver en primer término, con su concepción naturalista, que le obliga a pintar solo lo que ve.

Beruete, Ávila 1909. Con Sorolla pintó numerosas obras con vistas de Toledo, Madrid y sus cercanías, empeñados ambos en una misma búsqueda, lo que conlleva en un momento determinado que de forma sorprendente, sus obras fueran muy próximas.

Pero adinerado, culto y cosmopolita como es, puede ver lo que quisiera, aunque estuviera alejado de su lugar de residencia habitual.

Beruete está vinculado a los ideales de la Institución de la Libre Enseñanza que se replantea investigar la verdadera imagen de España desde una perspectiva científica, siguiendo los planteamientos de Humboldt y en general los pensamientos positivos de la geografía.

Beruete, Vista de Toledo 1907. El paisaje castellano fue el que mas plasmó en sus lienzos, sumando al interés científico y geográfico del paisaje, la idealización poética de este.

De esta manera frente a la imagen romántica que deforma hasta la caricatura la realidad de nuestro país, los partidarios de la institución de la libre enseñanza alientan la investigación moderna del paisaje como fenómeno físico, histórico y antropológico, planteándose la confección de un inventario exhaustivo de todos los elementos que lo configuran.

Desde esa perspectiva y aunque Beruete no tuviera una concepción tan dramática y política de la identidad de España como los de la Generación del 98, es curioso que centre su mirada en el mundo castellano, si bien abordado de manera menos retorica.

Otoño en Madrid 1910. Es continuador de la pintura española de los siglos XVII y XVIII, siguiendo la estela del que sería su maestro favorito, Diego Velázquez y de Francisco de Goya, pintores que representaron el paisaje y el perfil madrileño como fondo de sus cuadros, imágenes que Beruete convirtió en protagonistas.

Puede en el más su afán de objetividad y su concepción estética naturalista, lo que explica que sus mejores paisajes sean vistas de los arrabales de Madrid y de la sierra de Guadarrama, lo que no hace sino enlazar con la tradición pictórica española mas moderna, la que crean Velázquez y Goya.

Se ha hablado mucho sobre el hipotético impresionismo de Beruete, cuya formación y continuos viajes un conocimiento al respecto de primera mano.

Beruete. Orillas del Manzanares 1878. Su obra está representada en los más importantes museos españoles; el Museo del Prado de Madrid alberga una importante muestra, con más de 20 obras.

Escribe que Boudin, Claude Monet, Sisley engrandecen los horizontes del paisaje, logrando dar vibración de luz en los objetos.

La clara paleta de Beruete, su manera de encuadrar el paisaje o la manera de dar las pinceladas, tienen poco que ver con los impresionistas.

Beruete. Para resumir de alguna forma, fue continuador de la pintura española de los siglos XVII y XVIII, siguiendo la estela del que sería su maestro favorito, Diego Velázquez y de Francisco de Goya, pintores que representaron el paisaje y el perfil madrileño como fondo de sus cuadros, imágenes que Beruete convirtió en protagonistas.

Su delicada sensibilidad está más próxima a Boudin y Sisley, lo mismo que concierta mejor con Corot o Daubigny.

Aunque refinado, cultivado y bien informado, Beruete no es doctrinario de vanguardia y menos fogoso polemista, lo cual no significa que fuera un acomodaticio ecléctico.

Genera un discurso propio y define una gama  cromática con tonos, ocres, rojizos, verdosos y malvas, entreverado de reverberaciones luminosas muy delicadas.

Beruete, no solo es un buen pintor, sino singular en el contexto de paisaje español finisecular.

Todas estas características se muestran en el cuadro, donde se reproduce una de las vistas de Madrid mas frecuentadas por este pintor.

Beruete. Vista de Madrid desde la pradera de San Isidro. 1909

La ciudad desde la pradera de San Isidro abarcando el río Manzanares, l Montaña del Príncipe Pío, el Palacio Real, las cúpulas de San Francisco y de San Andrés y todo el caserío de este arrabal.

Trianart foto

CALVO SERRALLER Francisco, FUSI AIZPURÚA Juan Pablo. El espejo del tiempo. Editorial Taurus, Madrid 2009.

Joaquín Sorolla, Retrato de Aureliano Beruete y Moret. Joaquín Sorolla pintaría un magnifico retrato del artista y organizaría en su casa, hoy Casa Museo Sorolla, una muestra antológica a la muerte de éste. Actualmente ambos artistas ocupan dos salas contiguas en el Museo del Prado de Madrid.

Publicado por ilabasmati

Licenciada en Bellas Artes, FilologÍa Hispánica y lIiteratura Inglesa.

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