El arte es garantía de cordura. Es lo más importante que puedo decir

1911 nace en París.

Todo lo que creo viene de algo personal, algún recuerdo o experiencia emocional. Todo mi trabajo… todos mis sujetos, han encontrado su inspiración en mi infancia. Mi infancia nunca ha perdido su magia, nunca ha perdido su misterio y nunca ha perdido su drama


El entorno familiar que rodea a Louise Bourgeois es acomodado y protector, pero al mismo tiempo inestable: en 1921, su madre Joséphine contrae la gripe española y cae gravemente enferma.


Tan solo un año después, la familia contrata a la joven Sadie Gordon Richmond para trabajar como profesora de inglés.

Sadie se convierte en la amante de Louis, el padre, y pasa temporadas viviendo en la casa familiar.

Esta complicada situación afecta al carácter de Louise, que durante toda su vida experimenta un profundo sentimiento de abandono y un intenso miedo a la pérdida de sus seres queridos.

Con solo 12 años, su padre le pide que empiece a colaborar con el negocio familiar creando dibujos para los tapices.

La artista en ciernes combina este trabajo con su educación y con las temporadas que dedica a cuidar de su madre, quien sufre varias recaídas y fallece en 1932.

Ese mismo año, Louise se gradúa con honores en Filosofía.

La muerte de su madre hace que caiga en una fuerte depresión de la que decide salir a través del arte: deja los estudios y entra en contacto con los talleres que entonces bullían en Montparnasse y Montmartre.

1938 estudia con Fernand Léger; ese mismo año se desvincula del todo del negocio familiar y abre su propia galería de arte.
1938 después de casarse con el historiador del arte Robert Goldwater, se instala en Nueva York, donde se centra en la escultura.
En sus primeras obras trabaja con madera, bronce y mármol, pero después utiliza materiales menos convencionales como latex o tela.

Una vez en Norteamérica, Louise Bourgeois se enrola de inmediato en la Art Students League y se interesa por el grabado, técnica que no abandonará durante toda su vida.



Durante esos años investiga la tridimensionalidad en el arte: a mediados de la década de los 40 crea su primera serie de esculturas en madera, tótems de formas estilizadas e inquietantes.

En 1945 se inaugura su primera exposición en solitario, que tiene lugar en la prestigiosa Bertha Schaeffer Gallery de Nueva York.

Son los años del imperio del Expresionismo Abstracto: Bourgeois entra en contacto con los artistas más representativos del movimiento y expone con figuras como Rothko, de Kooning o Pollock.

Sin embargo, su obra se mantiene alejada de las encorsetadas propuestas abstraccionistas para mostrar un universo más carnal e inquietante.

Louise Bourgeois desarrolla siempre un imaginario periférico a escuelas y tendencias, a las que trascendió creando una trayectoria artística íntima y fascinante.

Tras la repentina muerte de su padre en 1951, la artista entra en una profunda depresión y empieza a desarrollar instalaciones envolventes relacionadas con sus recuerdos, experiencias y traumas.

Es entonces cuando empieza a asistir a sesiones de psicoanálisis, entrando a la vez en un periodo de reclusión.


En 1964 sale de su aislamiento para organizar una exposición en solitario, la primera en 11 años: en ella muestra su última obra, orgánica y plástica, y por primera vez incluye el concepto de “guarida” (que más adelante dará lugar a sus impresionantes Cells – Celdas).







La trayectoria artística de Louise Bourgeois parece ensancharse y enriquecerse a partir de 1973.





Son los años de sus primeras instalaciones, basadas en el concepto de lair (guarida) y que utiliza como herramienta para enfrentarse a sus fantasmas personales.


No hay una experiencia femenina del arte, no, al menos, en mi caso, porque tan solo por ser mujer, no se tiene una experiencia diferente: los individuos son diferentes, hombres y mujeres, pero no la naturaleza humana










Tras la muerte de su marido, decide utilizar el dolor y el resentimiento enquistados en su interior para crear obras en las que (literalmente) desnuda su yo interior.









Es el caso de The destruction of the father (1974), una instalación que parece reflejar el interior de un órgano vital y que al mismo tiempo reproduce una siniestra cena.
El entorno, revestido de formas orgánicas y teñido de una luz roja, destila degradación e incluso “digestión.
Es un enfrentamiento directo al recuerdo de su relación con su padre, que obligó a su familia a convivir con su amante (la tutora Sadie, a la que Louise Bourgeois adoraba) e incluso intenta emparejar con uno de sus amigos (acto que deriva en su primer intento de suicidio).
1986 es cuando empieza a crear ciertas piezas que contienen la esencia de su relación con sus experiencias vitales, el compromiso social y el subconsciente.
Son las Cells (Celdas), instalaciones cerradas que cuentan historias en sí mismas y se convierten en experiencias que se filtran en la mente de quien las penetra.

Collection National Gallery of Canada, Ottawa. Foto: Christopher Burke
© The Easton Foundation / VEGAP, Madrid
Articulated Lair (Guarida articulada, 1986) será la primera de una serie que comprende unas 60 obras creadas con elementos dramáticos, escenográficos y espacios de interacción.
Y con la presencia, siempre, de las emociones.

Louise Bourgeois empleó estos espacios para conectar su trabajo con determinados traumas vitales, utilizando esos escenarios como liberación: cuando el espectador entra en ellos y experimenta el mundo subconsciente de la artista, pasa a compartir sus pesadillas.

1990 empieza a explorar la araña como madre, depredadora y tejedora.
De nuevo acude a los referentes de su infancia (los telares, la madre enferma y a la vez protectora) y empieza a diseñar esculturas con forma de araña que son a la vez terribles y frágiles, destructoras y víctimas.

La araña representaba para ella la inteligencia, la productividad y la protección.

Crea esculturas monumentales como Maman de 1999, situada junto al Museo Guggenheim Bilbao y a escala diminuta: seres casi mitológicos con la misión de reconstruir y restaurar.

Vengo de una familia de reparadores. La araña es una reparadora. Si rompes su telaraña, no se altera. Teje y la repara.

2010 muere en Nueva York con 99 años y solo obtiene el reconocimiento artístico a partir de los 70 años.

Destacan
1947-1949 Los ciegos guiando a los ciegos
1950 Figura dormida
1974 La destrucción del padre

Me sentí atraída por el arte porque me aislaba de las difíciles conversaciones en las que mi padre se jactaba de lo bueno y maravilloso que era… Cogí un pedazo de pan blanco, lo mezclé con saliva y moldeé una figura de mi padre. Cuando estaba hecha la figura empecé a amputarle los miembros con un cuchillo. Considero esto como mi primera solución escultórica. Fue apropiada para el momento y me ayudó. Fue una importante experiencia y determinó ciertamente mi dirección futura.


1993 El arco de la histeria

El tema de la maternidad es un motivo central del arte occidental.
Durante siglos la Virgen María constituye el ideal de madre protectora al que todas las mujeres deben aspirar.
En nuestro tiempo postsicoanalitico, la visión de la maternidad se convierte en un tema mas ambiguo y complejo, especialmente en las obras de artistas femeninas.

Louis Bourjois se inspira en recuerdos de su infancia, traumáticos y dolorosos, para homenajear a su madre, fallecida cuando ella tiene 21 años.

Cuando su padre se mofa del dolor que siente por la perdida, Bourgeois intenta suicidarse lanzándose al rio.
La muerte de su madre es el catalizador que la empuja al arte.

Maman es una gigantesca araña de acero sustentada sobre ocho patas que permiten al espectador caminar, no solo en torno a la escultura, sino también bajo de ella y admirar su enorme cuerpo que se eleva ante sus ojos.
De su vientre cuelga un saco de malla que contiene 17 huevos de mármol blanco y grises.
La madre de Bourjois trabajo en la industria textil reparando tapicerías y la artista vio el paralelismo entre el oficio de la madre y la araña que teje su red.
Pese a que muchas personas sienten ascos o pánico a las arañas, Bourjois las considera criaturas útiles y amistosas que libran a la humanidad de la enfermedad.

Junto a la enorme araña el publico desarrolla reacciones imprevisibles ante la pieza, que van desde el sentimiento de protección al de ansiedad.

La escala de la escultura, mide mas de 9 metros de alto y 10 de ancho, puede inducir al espectador la sensación de ser un niño que mira a una madre todopoderosa en lo alto que es al mismo tiempo, protectora con sus huevos y vulnerable, pues se mantiene en pie sobre unas patas muy delgadas.

Bourgeois confiesa que la principal razón para embarcarse en el arte es superar el miedo.

En este caso probablemente el miedo al abandono tras la muerte de su madre y el miedo por sus propios hijos.
En ultima instancia, Maman se interpreta como referencia a muchas figuras maternas, la artista, su madre y una madre mitológica.

Cuando se instala en la Tate Modern Gallery en Londres en el año 2000, la araña mira hacia tres torres de acero llamadas:
Hago, vinculada con el amor y el compromiso.
Deshago, como un tejido que se deshilacha
Rehago, que sugiere la reparación y reconciliación.
En las tres torres, coloca una campana de vidrio, que contienen pequeñas esculturas, que reflejan la relación madre e hijo.
En Hago, los dos se abrazan (la buena madre).
En Deshago, la madre esta distraída y el bebe llora (la mala madre).
En Rehago, la madre y un bebe flotante están conectados por el cordón umbilical.
https://es.wikipedia.org/wiki/Louise_Bourgeois
https://www.abc.es/cultura/arte/abci-louise-bourgeois-arte-emociones-201810120000_video.html

Tienes que contar tu historia, y tienes que olvidarla. Olvidas y perdonas. Eso te libera

Louise Bourgeois, Crouching Spider 2003-2011. Château La Coste en Provenza.