Los bronces de Benín

Son una colección constituida por más de mil piezas conmemorativas que provienen del palacio real del reino de Benín.

Son creadas por los pueblos edos desde el siglo XIII y, en 1897, los británicos se apoderan de la mayor parte de ellas.

Doscientas de estas piezas son llevadas al Museo británico, mientras que el resto se reparte entre otros museos.

​ Actualmente, una buena parte aún se encuentra en el Museo Británico, concretamente en la sala 25 (en la sección de África).

Otras piezas se hallan en los EE. UU. Alemania y otros países.

​Los bronces de Benín propician una mayor apreciación por parte de Europa de la cultura africana y del arte tribal.

Inicialmente, parece imposible e increíble que gente tan primitiva y salvaje fuese la responsable de la creación de objetos tan desarrollados.

​Incluso se llega a la conclusión que han tomado el conocimiento metalúrgico de los portugueses.

Actualmente, se sabe que los bronces son fabricados en Benín desde el siglo XIII y que buena parte de las colecciones datan del XV y XVI.

Se cree que los dos periodos dorados en la creación de bronces son el reinado de Esigie (c. 1550) y el de Eresonye (1735-1750).

Si bien el conjunto de piezas recibe el nombre de bronces de Benín, no todas las piezas son de este Material.

También las hay de latón, o de una mezcla de bronce y latón; de madera, cerámica, marfil, etc.

Han sido producidas por medio de la técnica de la cera perdida y son consideradas como las mejores esculturas hechas con esta técnica.

El  Rreino de Benín, que entre el XIV-XIX ocupa el territorio de la actual Nigeria, es muy rico en esculturas realizadas con materiales diversos, tales como hierro, bronce, madera, marfil o terracota.

Se conserva un gran número de pequeñas copas o cálices tallados en marfil, los cuales son producidos por los bini, una etnia yoruba de la costa nigeriana.

Durante el XVIII, se recogen pocas piezas y en el XIX, cuando se inicia la colonización y, las misiones, llevan obras a Europa, donde son vistas como curiosidades de cultos.

Así, las primeras piezas que realmente llaman la atención occidental son aquellas enviadas por el Ejército británico a Londres en 1897, después de su expedición punitiva contra el reino de Benín.

Se trataba de un tesoro formado por  esculturas de bronce y marfil, entre las que destacaban cabezas de reyes, figuras de leopardos, campanas y un gran número de placas con bajorrelieves, todas ellas realizadas con sorprendente maestría con la técnica de la cera perdida.

 1910, el investigador alemán Leo Frobenius llevó a cabo una expedición a África con el propósito de recoger obras de arte africano para los museos de su país.

​El expolio es tan grande que actualmente solo quedan en Nigeria unas cincuenta piezas, mientras que las colecciones europeas y estadounidenses cuentan con unas 2400.

En el África tropical, en el centro del continente, pronto se desarrolla la técnica de la cera perdida utilizada en las pequeñas esculturas de bronce, como atestiguan las piezas encontradas en Benín.

Cuando un rey muere, su sucesor manda hacer una cabeza de bronce.

Existen cerca de 160; y las más antiguas provienen seguramente del XII.

​El Oba monopoliza los materiales más difíciles de obtener, como el oro, los colmillos de elefante o el bronce.

Estos reyes hacen posible la fabricación de los espléndidos bronces de Benín.

De esta forma, las cortes reales contribuyen de manera definitiva al arte subsahariano.​

1939, se descubren cabezas muy similares a las de Benín en la ciudad santa de los yoruba, Ife, del siglo XIV y el XV.

Este descubrimiento confirma la tradición de Benín, que afirma que son artistas de Ife quienes les enseñan las técnicas de trabajo del bronce.

​La sorpresa surge cuando estas son datadas de forma inequívoca en tales siglos: aquello significa que son anteriores a la primera escultura europea elaborada siguiendo la técnica de la cera perdida, creada por Bembenuto Cellini en su Perseo de mediados del XVI.

En el antiguo Egipto se esculpe con esta misma técnica y se transmite este conocimiento a la civilización greconubiana.

1897, el vicecónsul general James Philips, junto a otros seis oficiales británicos, dos comerciantes, intérpretes y 215 porteadores, se pone en marcha hacia Benín desde el pequeño puerto de Sapele.

​ Aunque informan que tenían previsto realizar una visita, les habían contestado que debían esperar, pues estaban realizando unos rituales y ningún extranjero podía entrar en la ciudad de Benín mientras tanto.

​Los británicos ignoran el aviso y continúan con la expedición.

En el camino, son emboscados al sur de la ciudad por guerreros bini.

Como resultado, solo dos europeos sobreviven a la expedición.​

Ocho días después, las noticias del incidente llegaron a Londres e, inmediatamente, se organiza una expedición naval punitiva, dirigida por el almirante Rawson.

La expedición saquea y destruye por completo la ciudad de Benín.

​Tras la victoria británica, los conquistadores se llevan las obras de arte que decoraban el palacio real y las residencias de la nobleza, acumuladas durante muchos siglos.

La versión oficial mantiene que tal represalia es llevada a cabo porque las tribus emboscan a una misión humanitaria y pacífica.

También afirma que la expedición naval de Rawson libera a la población de un reinado de terror.​

Los bronces de Benín que formaron parte del botín de la expedición punitiva de 1897 tuvieron diferentes destinos: una parte terminó en la colección privada de diferentes oficiales británicos.

La  Foreign Office vende una cantidad importante que, posteriormente, acaba en distintos museos de Europa, principalmente en Alemania, y de los Estados Unidos.

 La notable calidad de los trabajos se ve reflejada rápidamente en los altos precios que alcanzan en el mercado.

La Foreign Office dona al Museo Británico una gran cantidad de placas de pared de bronce, que representaban la historia del reino de Benín en los siglos XV y XVI.

Muchas de ellas son exhibidas en la sección etnográfica del Museo Británico, mientras que en el Museo de la Humanidad se encuentra la principal colección de estas obras de arte.

1984,Sotherby´s subasta una placa de Benín que representa a un músico.

El precio de venta se fija entre 25 000-35 000 libras esterlinas en el catálogo de la subasta.

Algunas colecciones museísticas de bronces de Benín:

Londres Museo Británico 700

Berlín Ethnologisches Museum 580

Oxford Museo Pitt Rivers 327

Hamburgo Museum für Kunst und Gewerbe 196

Nueva York Museo Metropolitano de Arte 163

Pensilvania Museum of Archaeology and Anthropology. 100

Leiden Rijksmuseum voor Volkenkunde 98

Leipzig Museum für Völkerkunde 7

Colonia Rautenstrauch-Joest-Museum 73

https://www.nationalgeographic.es/historia/2020/12/foro-humboldt-alemania-suscita-polemica-colonial

https://es.wikipedia.org/wiki/Bronces_de_Ben%C3%ADn

https://arte.laguia2000.com/escultura/bronces-de-benin

Publicado por ilabasmati

Licenciada en Bellas Artes, FilologÍa Hispánica y lIiteratura Inglesa.

2 comentarios sobre “Los bronces de Benín

  1. Buenos días,
    Enhorabuena por el Blog. Se que han seguido haciendo bronces en Nigeria en el siglo XX, no se si incluso se siguen haciendo haciendo ahora, siguiendo la misma técnica de la cera perdida. La pregunta es como se pueden diferenciar unos de otros.
    Saludos,

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    1. No soy restauradora, pero supongo que los antiguos son limitados, además de que estarán catalogados, supongo. En arqueología se utiliza el carbono 14 en cualquier material y sabes con exactitud la fecha en que fueron hechos, pero no se si se puede aplicar aqui.

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