Trump o el desastre de la democracia

El autoritarismo postdemocrático es cada vez más e impone cada vez mas a una democracia liberal debilitada donde reflexiona sobre un cambio de época y los elementos que ayudan a entender que estamos en un cambio determinante.

La crisis del 2008, es la que marca el cambio de sistema económico, el paso del capitalismo industrial al financiero y digital, que se ve reforzada por la aceleración. La irrupción de las nuevas tecnologías digitales convierten esta aceleración en exponencial. Esto hace difícil asumir los cambios.

El cambio de sistema económico tiene dos consecuencias, el poder económico se concentra mucho en unas manos que tienen una influencia supranacional, y además se organiza a través de un sistema comunicacional nuevo.

Estos dos factores plantean una cuestión de fondo ¿En esta nueva etapa, la democracia seguirá siendo factible? ¿Qué significa que los acompañantes de Trump digan que su libertad es incompatible con la democracia? ¿Debemos entender que la democracia liberal es una etapa que corresponde a un periodo determinado y que ahora entramos en otra fase en la que esa democracia está en fase de extinción? 

Estamos asistiendo a una corriente de autoritarismo postdemocrático, que implica un desplazamiento de las derechas hacia una radicalización. 

Trump es el máximo exponente por la importancia y potencia de Estados Unidos. Es tremendo que un país con una tradición liberal y democrática grande vote a un señor al que nadie le ha impedido presentarse cuando tiene una condena judicial por 34 cargos y otras causas abiertas y con un discurso completamente descarado y apoyado por Elon Musk y Peter Thiel, dosindividuos determinantes en la campaña y que creen que la democracia molesta. Son los que controlan un sistema comunicacional en el que la verdad y la mentira se desdibujan.

El tecnopopulismo es una de las principales amenazas para la democracia, porque es una nueva élite económica muy restringida y con unos poderes sin precedentes. En el capitalismo industrial existía un espacio físico en el que las partes se encontraban. Y eso ahora está difuminado. No hay que frivolizar la comparación, pero la victoria de Trump tiene similitudes con la de Hitler en Alemania porque señala una etapa que produce un deterioro definitivo de las democracias occidentales.

La socialdemocracia tiene que reaccionar. Son los que aún creen y defienden la democracia, pero no es más que eso. Ha perdido el impulso que tuvo y es porque cada vez hay sectores más importantes de la sociedad que se sienten en un abismo. Sectores que por su desesperación están dispuestos a lo que haga falta y se apuntan a apoyar a unos señores que les prometen que arreglarán sus problemas cuando en realidad mienten, puesto que las políticas que llevarán a cabo serán las contrarias a sus necesidades. La antigua socialdemocracia y la izquierda en general está cada vez más desdibujada. Tienen la suerte que como la derecha se está radicalizando, ellos aparecen como los defensores de la democracia.

No basta con insistir en que una alianza entre la derecha y la extrema derecha puede ser muy nociva. Hay que señalarlo y no dar como algo normal que alguien como Trump haya ganado. Pero es evidente que si pasa es porque la socialdemocracia y la izquierda no son capaces de sostener una posición clara que permita evitar esta deriva. En buena parte es por el cambio en las relaciones de poder y porque cada vez es más fuerte el poder económico y menos el político.  

Elon Musk dispone de un poder que no había tenido ningún otro empresario en el capitalismo.

El concepto de nihilismo es importante porque es la pérdida de la noción de límites, creer que todo es posible. La democracia se basa en saber que no todo es posible, pero no planteado desde un punto de vista autoritario sino racional.  Trump cuando niega las instituciones, se sitúa por encima de ellas.

Kant y su concepto de emancipación define la libertad como la capacidad de pensar y decidir por sí mismo, aunque tampoco acaba de funcionar, porque para tener esta capacidad debe haber unos equilibrios que te protejan, una sociedad que lo haga posible.

En estos momentos la libertad es un concepto que desde la política se ha tergiversado y termina siendo una especie de brecha por la que se fomenta la desigualdad.

La democracia parte del principio de que eran unos grupos que expresaban la diversidad social en términos de debate y de golpe se produce esta aceleración hacia el autoritarismo postdemocrático. Lo más grave es ver que aquí en Europa la derecha acompaña a las formaciones que lo impulsan. 

Hay también de la revuelta conservadora y la izquierda practica seguidismo en lugar de levantar la bandera de la política.

No se atreve a desplegar la contrapropuesta, a decir con claridad que nos están hurtando una serie de derechos y capacidades y que la izquierda los defenderá. Es lo que le ha pasado al Partido Demócrata. Ha sido demasiado blando. Kamala Harris daba muy buena imagen, posiblemente demasiado sofisticada. Pero esto no ayudaba porque en un momento de tanta tensión, cuando la gente se siente insegura, necesita a alguien que le ampare.

El problema de fondo a la hora de votar es el económico. Por eso pongo la fecha en el 2008 y el cambio de modelo, cuando se van difuminando los mecanismos de compensación y equilibrio que evitan fracturas demasiado grandes. Vemos que personas que han llegado a Estados Unidos por la vía de la inmigración han votado a Trump y que dicen que lo han hecho porque impedirá que entren más personas que quieren hacer lo mismo que hicieron ellos.

Es la teoría de la escalera. Son aquellos que cuando han alcanzado un determinado peldaño tiran al que también está intentando subir.

Es hiriente ver cómo se puede perder conciencia de la propia precariedad. En el fondo la pregunta es qué hay que hacer con este nuevo modelo de sistema comunicacional.

En el universo digital, hay que hacer algo porque es un espacio en el que la noción de verdad y mentira desaparece.  

Edmund Husserl avisó que el principal peligro es el agotamiento.

Hay muchos sectores que se sienten desesperados y por otro no ven a nadie que les ofrezca algo a lo que cogerse. Por eso gana el que se radicaliza y dice las barbaridades que le hemos escuchado a Trump. Él utiliza la inmigración cuando los problemas de verdad son los que tienen que ver con un sistema económico cada vez más alejado del control de los estados.

Ahí la pregunta es si Europa, sin la complicidad de Estados Unidos, será capaz de defender la democracia liberal. Si Trump y Putin se entienden, Europa lo pasará mal. Lo primero será ver qué pasa con Ucrania.  

¿Seremos capaces como humanidad de frenar la ola de autoritarismo postdemocrático?

Solo un 30% de la población vive en estados con sistemas democrático. El problema es que siga claudicando más gente. No podemos perder el sentido crítico ni entrar en discursos comprensivos respecto a quien abusa o rompe la legalidad democrática.

(Extraído de Josep Ramoneda, Poder i llibertat (Edicions 62)

Publicado por ilabasmati

Licenciada en Bellas Artes, FilologÍa Hispánica y lIiteratura Inglesa.

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