
Jasón es descendientes de Eolo, el Dios del Viento.
Su padre es Esón, hijo de Creteo y rey de Yolko hasta que su medio hermano, Pelias, lo destrona.
Jasón es educado por el centauro Quirón desde muy joven y cuando acaba su educación se presenta ante su tío para reclamarle el trono usurpado.
Pelias a cambio del trono, le pide que le traiga la piel del vellocino de oro, el vellón del carnero alado; el rey de la Cólquide lo consagra a Ares, y esta custodiado por un dragón.
Dada la dificultad de conseguirlo, Pelias piensa que Jasón no volverá nunca de esa expedición.
Jasón pide ayuda a Argos, y por consejo de Atenea, Argos construye la nave Argo, que le conduce a la Cólquide a él y a sus compañeros, los Argonautas.
Jasón pregona por toda Grecia que está organizando un viaje para traer el vellocino de oro, y acudieron muchos hombres a su llamada.
La lista de los que le acompañan difiere de unas fuentes a otras, pero entre ellos esta Orfeo, que marca la cadencia a los galeotes consiguiendo que remen sin esfuerzo, y también sirve de protección contra las Sirenas, ya que su música deleita más a los marineros que el canto de aquellas.
Entre la tripulación se encuentran Cástor y Pólux, los Dioscuros, hijos de Zeus y Leda, Heracles y Atalanta.
Se detienen en la isla de las amazonas, y en la isla de Samotracia se inician en los misterios.
Después de muchas aventuras llegan a la Cólquide, donde gracias a la ayuda de Medea logran el vellocino de oro.
Medea es hija del rey Eetes y de la maga Circe, es el prototipo de la hechicera.
Al arribar los Argonautas, hace prometer a Jasón que se casara con ella si logra el vellocino, y él le da su palabra.
Medea huye con él y sus compañeros en la nave cuando lo tienen en sus manos.

Posteriormente mata a sus hijos para castigar a Jasón porque toma otra esposa en Corinto.

Tras conseguir el vellocino Jasón llega a Yolco y se lo entrega a Pelias.
Jasón recibió el culto de varias ciudades griegas como patrón de la navegación.
En las artes, hasta el siglo XIX, apenas aparece la temática de la expedición de los Argonautas.
Carracci, Turner, Füssli o Moreau practican la temática de la leyenda del héroe con una mirada romántica y simbólica.
Sola o en compañía de Jasón, Medea se representa con frecuencia en la antigüedad como una princesa oriental que infunde temibles castigos.
Resalta su calidad de maga legendaria y la dramática muerte de sus hijos.
El Argo 1480-1490, es una tempera sobre tabla renacentista, de 47 por 58 cm, del pintor Lorenzo da Costa el Viejo que representa la nave Argo, que se encuentra en el Museo Cívico de Padua (Italia).
Es una de las pinturas más representativas de un periodo pictórico de gran sobriedad temática.
El pintor representa un episodio de la mitología griega, la expedición de Jasón y los Argonautas en la búsqueda del Vellocino de oro.
Los argonautas son los héroes que acompañan a Jason en el Argo, barco cuyo nombre significa veloz.
Jasón reúne a los hombres más valientes de Grecia para un viaje ideado por el tío de Jasón, Pelias, en su deseo de que este fracase para evitar devolverle el reino que le había usurpado.
El cuadro encuadra entre dos columnas de mármol la escena mitológica.
Construido de madera de roble del bosque sagrado de Dodona ocupa la mitad del cuadro.
En él, los héroes que acompañan a Jasón se agolpan y acomodan en la nave con capacidad para 50 remeros.
A la derecha, llegando entre las montañas, otros candidatos a acompañar a los expedicionarios siguen llegando a la llamada de Jasón.
Los pintores recrean mitos helénicos que hasta entonces solo son representado en forma de conjuntos alegóricos sin el menor valor formal.
A medida que los Antiguos mitos clásicos son redescubiertos por una nueva generación renacentista, nuevos rostros surgen de entre el oscurantismo de siglos anteriores.
Este pequeño panel forma parte de un cassone, o arcón nupcial.
La escena ilustra un episodio de la historia de los argonautas en las Metamorfosis de Ovidio.
La tabla representa el barco Argos con los protagonistas de la historia en el momento de zarpar.
El pintor utiliza colores cálidos para resaltar las ropas elegantes y sofisticadas de sus pequeños personajes.
El viento hincha las velas, el barco se aleja de la costa, la tripulación vuelve la vista hacia atrás. En la orilla se alzan extrañas formaciones rocosas.
La oscura masa de la embarcación parece suspendida sobre las blancas aguas marinas.
Un paisaje surreal, una extraña combinación de elementos fantásticos y reales.
La nave tonda es una embarcación de gran tonelaje habitual en el siglo XV.
Se utiliza en el Mediterráneo para el transporte de mercancías.
Los adornos dorados indican, sin embargo, que el barco no está destinado a objetivos comerciales. Se trata de un viaje de aventuras con una distinguida tripulación.
El hombre de complexión atlética que viaja en la popa, con la parte superior del cuerpo desnuda, lleva una piel de león sobre los hombros y una maza en el puño; son atributos de Hércules, el héroe de la mitología griega dotado de una fuerza fabulosa. Junto a él esgrime una espada Hilas, su compañero y paje favorito.
En la proa está Jasón el guía de la expedición.
En el barco se dan cita algunos de los 50 héroes reunidos por el hijo del rey para realizar el viaje naval de largo recorrido a la conquista del Vellocino de oro, una piel de carnero custodiada por un dragón en la Cólquida, a orillas de mar Negro.
Jasón encarga para este fin el barco más grande construido hasta la fecha, el Argos, de donde proviene el nombre de argonautas que se da a los expedicionarios.
Los argonautas parten del puerto griego de Yolcos, salen con vitalidad a las aventuras que se les presentan, se someten a pruebas de valor y se divierten.
Una vez en la Cólquida, Jasón consigue conquistar el Vellocino de oro gracias a las artes mágicas de Medea, la hija del rey, con la que el héroe se casa y a la que se lleva consigo a Grecia.
La tragedia griega sucede, cuando Medea, abandonada por Jason, lleva a cabo la venganza matando a sus propios hijos.
La primera parte de la leyenda, más festiva, constituye uno de los relatos de aventuras más antiguos de la literatura Universal, recordado posteriormente por muchos escritores, entre ellos Valerius Flaccus, un romano del siglo I d.C.
La obra no está ni firmada ni fechada y plantea a los historiadores de arte numerosos enigmas.
Según se cree, esta pintura, realizada sobre madera de roble y no de álamo como era habitual por entonces, adorna junto a con otras tablas la parte anterior de un arcón.
Sus dimensiones, de 46 x 53 cm, son similares a las de otras cinco pinturas con episodios de la saga de los argonautas que se conversan en museos o colecciones particulares de Madrid, París, Londres y Florencia.
Probablemente pertenecen a dos arcones gemelos decorados por Ercole de Roberti entre 1450 y 1496….
En la época de la realización de las tablas, el artista trabaja en Bolonia junto con Lorenzo Costa (1460-1535), que puedo haberle ayudado a pintar escenas con los argonautas. Ambos proceden de Ferrara.
Es Incierto cuál de los pintores lleva a cabo las distintas tablas, y tampoco se conoce el nombre de la novia destinataria de los arcones.
La fabricación de baúles para novias es habitual en la Italia de aquella época, debido a que en ellos se trasladan el ajuar de la joven desde la casa de los padres hasta la del marido. Normalmente se colocan en el dormitorio, junto a la cama.
Los arcones de madera, muy sencillos al principio, van adquiriendo mayor complejidad durante el siglo XV, cuando se empiezan a donar suntuosamente con blasones familiares y series variopintas de pinturas.
Quienes los encargan se deciden a menudo por motivos de la tradición grecorromana, tan en boga durante el renacimiento.
Al representar estas historias, los artistas pueden dar rienda suelta a su fantasía, mucho más que en los cuadros de santos o en los retratos de gobernantes.
Los expertos están de acuerdo en que los arcones de los argonautas se encargan para una novia de clase alta, pero todavía discuten acerca de qué familia hace el pedido.
En dos de las tablas pintadas se distinguen un lirio y dos estrellas que forman parte de un escudo.
Estos retos de color podrían apuntar a la familia Guidotti de Bolonia, que tiene dos lirios y seis estrellas en su escudo de armas.
Y de hecho, un hijo de los Guidotti se casa em 1486, con una hija ilegítima de los Bentivoglio, los Señores de Bolonia. Este enlace puede haber dado pie al encargo de los cofres.
Sin embargo la posición dominante de la embarcación en las dos pinturas más bellas de la serie, que se conservan en las colecciones de Padua y Madrid, invita a pensar en la conocida familia de los Este, duques de Ferrara.
En su escudo figuraba también un lirio, y en los años 1490 y 1491 casaron a sus dos hijas, Isabella y Beatrice.
Los barcos son la impresa de este linaje, un símbolo distinto del escudo oficial que las familias italianas pudientes gustaban de ostentar y con el que pretendían caracterizarse…
En concreto, la impresa de los Este eran los barcos para grandes expediciones, que aparecen siempre en sus frescos y cuadros y también en sus monedas.
Por ejemplo, los ducados de oro de Leonello d’ Este, que gobierna entre 1441 y 1450, exhiben en una de sus caras el perfil del gobernante y en la otra a dos hombres en un barco con las velas hinchadas al viento.
Leonello d’Este movilizaba en la guerra a sus partidarios al grito de vela.
En el siglo XV, seleccionan el vellocino como un símbolo para la cadena o condecoración de la Orden del Toisón de Oro.
Esta orden de caballería aún subsiste hoy día dividida en dos ramas cada una con su Gran Maestre: el rey de España y el jefe de la casa de Habsburgo.
https://slideplayer.es/slide/1060433/
https://hablemosdemitologias.com/c-mitologia-griega/argonautas/
https://es.wikipedia.org/wiki/El_Argohttps://trianarts.com/lorenzo-costa-el-renacimiento-de-la-escuela-de-bolonia/#sthash.ERfrkB6u.dpbs