
Una pareja vestida de manera aristocrática y lujosa en una estrecha habitación burguesa, en la que hay chanclas y zuecos dispersos sobre el suelo.
1434 el cuadro se pinta en Brujas, el enclave comercial mas importante del norte de Europa.
De Rusia y Escandinavia llega la madera y las pieles.
De Génova y Venecia, la seda, las alfombras y las especias.
De España y Portugal los limones, higos y naranjas.

Brujas es un núcleo urbano rico, la ciudad mas famosa del mundo por las mercancías con las que comercia y por los mercaderes que allí viven.
Así la describe Felipe el Bueno, duque de Borgoña de 1419 a 1467.
Es la ciudad portuaria de su propio reino.
Borgoña se extiende desde el mar del Norte hasta la frontera suiza y es durante siglos el país más poderoso de Europa.
El matrimonio del cuadro de Van Eyck es ejemplo de la riqueza de Brujas.
Las ropas evidencian que se trata de una pareja adinerada.
El vestido de la mujer esta adornado con armiño y la cuidada colocación de los pliegues supone la ayuda de una sirvienta.

Por otro lado, para que la señora pueda andar alguien tiene que sujetarle la cola.
El hombre viste una valiosa capa de terciopelo forrada de nutria o marta.

Este hombre no forma parte de la aristocracia por los zuecos de madera colocados delante de él que están reforzados para poder andar por la calle.

Los grandes señores no necesitan zuecos, van a caballo o se hacen llevar en silla de mano.

Van Eyck no deja constancia del nombre del retratado.

Aparece por primera vez en un inventario 100 años después de haber sido pintado.
Una tabla grande con Hernoult le Fin con su mujer en una habitación.
Hernoult le Fin es la versión francesa del apellido italiano Arnolfini que pertenece a una familia de comerciantes y banqueros de Lucca, que por entonces tiene una delegación en Brujas.
Las manos del novio son tan blancas y cuidadas como las de la novia de gran juventud.
Sus hombros estrechos indican que no tiene necesidad utilizar la fuerza física como forma de vida..
Su rostro manifiesta astucia fría y calculadora, es posible que su nombre francés, Harnault le Finn, el fino, el astuto sea reflejo de su personalidad.
Los italianos en esta época ejercen un monopolio sobre los bancos europeos.

Su país es la mayor potencia económica del momento porque han desarrollado la técnica del negocio bancario, el cambio, las cartas de crédito y la doble contabilidad.
En Brujas los banqueros italianos de la ciudad se reunían en casa de Van del Burse (Bosa en flamenco) cuyo nombre se convierte en lo que designa la institución mas importante del capitalismo, la bolsa de valores.
Por encima de la pareja cuelga una araña de metal de las que los forjadores fabrican entonces en Flandes.
Solo una vela del candelabro esta encendida y no se conoce ninguna razón que explique el hecho.
Existe una tradición simbólica, ya que en Edad Media se lleva un cirio en la cabeza de los cortejos de boda o el novio se lo entrega a la novia.
La llama simboliza a Cristo que todo lo ve y que aquí es testigo de las promesas nupciales.

Bajo el brazo derecho de la araña se distingue una figura de madera que forma parte del respaldo de una silla.

Representa a Santa Margarita venciendo al dragón.

La silla esta junto al lecho nupcial.

Al igual que la vela y que la figura tallada en la silla, la mayoría de los objetos que están en el cuadro encierran un significado simbólico.

En aquella época hay un lenguaje secreto de los objetos cotidianos.
Muchos de los objetos que aparecen, no están por casualidad, pertenecen a un lenguaje que desconocemos.
El perro situado entre los esposos indica bienestar y felicidad.

En las tumbas de la época aparece a los pies del hombre u n león, símbolo de la fuerza y el valor y a los pies de la mujer un perro, que supone fidelidad.
El espejo y el rosario que cuelga de la pared alude a la pureza de la mujer.

El lenguaje simbólico surge en las iglesias medievales la gente no sabe leer y necesita imágenes para la oración y para aprender.
Van Eyck pinta también retablos a pesar de que vive en un siglo en el que el arte profano comienza a relegar al arte religioso.
El cuadro de los Arnolfini supone la etapa de transición..
Se utiliza el lenguaje de las imágenes del arte sacro para representar el interior burgués en el que se desarrolla una acción que no incluye la presencia de Cristo, sino sobre un banquero y su mujer.
En los cuadros de Van Eyck no solo se detecta el paso del arte sacro al profano, sino también del aristocrático al burgués.

La firma del pintor no esta a la derecha como es habitual, sino que destaca entre el espejo y la araña.

No pone Johann de Eyck fecit (lo hizo), sino fuit hic (estuvo allí, estuvo presente).
Esta formula convierte al cuadro en un documento.
El pintor firma no como autor de la pintura sino como testigo de la boda.
