Halan 6 tumbas tumbas del 11.000 años a.C. en Çayönü, Turquía

Çayönü más que un yacimiento arqueológico, es un archivo de la historia de la humanidad. Los investigadores rastrean la transición de la recolección de alimentos a la agricultura, de los refugios temporales a las aldeas permanentes, y de los entierros sencillos a los rituales elaborados.

Esperan responder a ¿Cómo se gobernaban estas sociedades? ¿Qué papel desempeñó la religión? ¿Cómo se adaptaron a los desafíos ambientales?

Çayönü es un yacimiento arqueológico neolítico ubicado en el sureste de Turquía, en la provincia de Diyarbakır. Es uno de los asentamientos más antiguos del Neolítico acerámico y su ocupación se remonta a 11000 a.C., un sitio clave para entender la transición de las comunidades cazadoras-recolectoras a las sociedades agrícolas.

Las excavaciones muestran una secuencia de diferentes fases arquitectónicas, con estructuras que van desde casas redondas y cuadradas hasta edificios con plantas en forma de rejilla, lo que sugiere un desarrollo gradual en la complejidad de la organización social y la arquitectura.

El sitio es famoso por la evidencia de domesticación de animales, especialmente del cerdo, que es una de las primeras pruebas de domesticación de este tipo en el mundo. También se han encontrado restos de lo que podría ser el inicio del cultivo de cereales y legumbres. Además de la agricultura y la ganadería, en Çayönü se han descubierto objetos de cobre trabajados a martillo, lo que lo convierte en uno de los primeros lugares donde se han encontrado evidencias del uso del metal. La presencia de estos hallazgos, junto con los enterramientos rituales y la evidencia de una dieta variada, proporciona una visión detallada de la vida en el Neolítico temprano en el Creciente Fértil…

Arqueólogos que trabajan en Çayönü Tepesi (colina de Çayönü), uno de los asentamientos humanos más importantes del mundo, han descubierto seis tumbas antiguas que datan tanto de la Edad del Bronce Antiguo (hace unos 5.000 años) como del Neolítico (hace 11.000 años). El descubrimiento, realizado en el distrito de Ergani, en Diyarbakır, proporciona a los investigadores información valiosa sobre las tradiciones funerarias, la vida cotidiana y las conexiones culturales de las primeras comunidades asentadas de la región.

Las excavaciones, dirigidas por Savaş Sarıaltun, de la Facultad de Ciencias Aplicadas de la Universidad de Çanakkale, comenzaron en mayo y han continuado durante cinco meses.

Este año tuvimos suerte. Descubrimos no solo restos arquitectónicos, sino también seis tumbas: cinco de la Edad del Bronce Antiguo y una que data de hace 11.000 años, del Neolítico. Estos hallazgos nos ayudan a comprender cómo la comunidad de Çayönü pasó de los albores de la agricultura a sociedades complejas.

Çayönü es mundialmente reconocida como una de las cunas de la agricultura y los asentamientos permanentes. Ubicado en el sureste de Turquía, cerca del río Tigris, el yacimiento ha estado en excavación desde 1964 y constantemente produce descubrimientos que redefinen la comprensión de la historia humana temprana.

Los arqueólogos saben desde hace tiempo que los habitantes de Çayönü fueron de los primeros en domesticar plantas y animales, pasando de un estilo de vida nómada de cazadores-recolectores a comunidades agrícolas sedentarias alrededor del año 10.000 a. C.

El yacimiento conserva evidencia de arquitectura temprana, incluyendo casas con pavimento de piedra y singulares edificios de planta enrejada, así como prácticas rituales y una sofisticada producción artesanal.

Los entierros recién descubiertos aportan otra dimensión a esta historia. Revelan no solo cómo vivía la gente, sino también cómo trataban a sus muertos, aportando pistas sobre la organización social, los sistemas de creencias y la continuidad cultural a lo largo de milenios.

Entre las seis tumbas recién descubiertas, los investigadores identificaron diferentes tipos de enterramiento:

Dos entierros simples en fosas: Los cuerpos fueron depositados directamente en fosas de tierra poco profundas sin ajuar funerario.

Un entierro en tinaja: Se identificó un entierro en tinaja, en el que el difunto había sido depositado dentro de una gran vasija de cerámica. Sin embargo, la tumba estaba gravemente dañada debido a su proximidad a la superficie.

Tres entierros en cistas de piedra (sanduka): Tumbas rectangulares construidas con losas de piedra y selladas con pesadas losas de coronamiento.

Estas contenían ajuares funerarios más valiosos, incluyendo vasijas de cerámica y ofrendas rituales.

Sarıaltun enfatiza:

La presencia de ajuares funerarios, como ollas y cuencos, revela rituales funerarios y prácticas simbólicas. Junto a los entierros, también encontramos fosas de ofrendas: tumbas vacías llenas únicamente de ofrendas, sin restos humanos. Estas prácticas revelan creencias complejas sobre la muerte y el más allá.

Los restos óseos se están analizando actualmente en el Departamento de Antropología de la Universidad de Hacettepe, donde los investigadores estudian la dieta, la salud y la herencia genética.

El antropólogo Ömür Dilek Erdal señala:

 Uno de los entierros neolíticos, que data de hace 11.000 años, es especialmente significativo.

El individuo fue enterrado sobre su lado derecho, acompañado de seis vasijas, y cubierto con arcilla antes de ser sellado con piedras pesadas. Estos entierros cuidadosamente preparados nos permiten vislumbrar las prácticas ritualizadas en los albores de la civilización.

Análisis preliminares sugieren que la población de Çayönü mantenía fuertes vínculos con las regiones circundantes, como Mesopotamia, Irán, Irak y el Cáucaso. Estudios de ADN indican una comunidad heterogénea que desempeñó un papel fundamental en la difusión de las prácticas agrícolas tempranas en Anatolia.

Estas personas eran agricultores y trabajadores que realizaban actividades físicas intensas. La evidencia esquelética muestra signos de trabajo extenuante, mientras que los análisis genéticos revelan una comunidad diversa e interconectada que moldeó el tejido cultural de la Anatolia temprana.

Se han desenterrado más de 600 esqueletos en Çayönü desde que comenzaron las excavaciones, la mayoría pertenecientes al Neolítico. Cada descubrimiento mejora la idea de cómo vivieron, interactuaron y evolucionaron las sociedades primitivas.

Las tumbas más recientes conectan el Neolítico con la Edad del Bronce Temprano, demostrando que Çayönü estuvo habitada continuamente durante miles de años. Esta continuidad demuestra no solo la supervivencia, sino también la adaptación cultural: cómo las primeras sociedades agrícolas evolucionaron hacia comunidades más complejas, capaces de rituales, comercio a larga distancia e innovación tecnológica.

Publicado por ilabasmati

Licenciada en Bellas Artes, FilologÍa Hispánica y lIiteratura Inglesa.

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