Las autoridades iraquíes han revelado el descubrimiento de un toro alado de seis metros, o lamassu, descubierto en Mosul. El hallazgo, anunciado por el ministro de Cultura Ahmed Fakkak al-Badrani en Iraqia News, data del reinado del rey Asarhaddón en el siglo VII a. C. (681-669 a. C.), cuando el Imperio neoasirio se extiende desde el Golfo Pérsico hasta Egipto.

Situada en las ruinas de la sala del trono de Asarhaddón en el yacimiento de Nabi Yunus en Mosul, parte de la antigua Nínive, se cree que la colosal escultura es el lamassu más grande jamás registrado. Más que una maravilla arqueológica, es un emblema excepcional de la grandeza imperial de Asiria y un posible punto de inflexión en el estudio del patrimonio mesopotámico. El ministro de Cultura iraquí, Ahmed Fakkak al-Badrani, anunció en la televisión estatal (Iraqia News) el descubrimiento de lo que describió como el toro alado asirio más grande de la historia, con una altura aproximada de seis metros. La colosal figura, conocida como lamassu, fue descubierta en el salón del trono real del palacio del rey Asaradón, ubicado bajo la mezquita del profeta Jonás en Mosul.

Declaró el ministro:
Este descubrimiento, que alcanza casi seis metros, tiene una gran importancia arqueológica e histórica. Las excavaciones también apuntan a la existencia de copias más pequeñas y han permitido a los investigadores estimar mejor el tamaño y la distribución del salón del trono, uno de los espacios arquitectónicos más importantes del Imperio asirio.

Los lamassu, criaturas híbridas con cuerpo de toro o león, alas de águila y cabeza humana, servían como deidades protectoras en la cultura mesopotámica. Solían colocarse en las puertas de los palacios para protegerse del mal y mostrar el poder real. Los ejemplos más famosos se conservan hoy en el Museo Británico (de Khorsabad) y el Louvre (de Dur-Sharrukin), y suelen medir entre 3,5 y 4,2 metros de altura. Incluso el colosal lamassu descubierto en Nimrud a mediados del siglo XIX rara vez supera estas dimensiones.
En comparación, el toro de Mosul recién descubierto, de aproximadamente seis metros, superaría a todos los especímenes conocidos hasta ahora, representando no solo el lamassu más grande jamás desenterrado, sino también un hito importante en la arqueología asiria.
El descubrimiento se ha localizado en las ruinas del palacio del rey Asarhaddón (que reinó entre 681 y 669 a. C.), uno de los gobernantes más poderosos del Imperio neoasirio. Asarhaddón es recordado por reconstruir Babilonia, sus campañas en Egipto y la expansión del dominio asirio por Oriente Próximo.
Según Badrani:
la arquitectura del palacio incluye múltiples salas contiguas que conducen a la sala del trono, cada una custodiada por parejas de lamassu en sus entradas. La escultura descubierta formaba parte de un par que flanqueaba la puerta principal del salón del trono.
Este no es el primer lamassu descubierto en el yacimiento. En la década de 1990, en el lado izquierdo del palacio, se encontró un ejemplar más pequeño, de poco menos de cuatro metros. En 2021, las autoridades iraquíes anunciaron el descubrimiento de otro gran toro alado, aunque más pequeño que el nuevo hallazgo. Sin embargo, la excavación más reciente ha sacado a la luz el más grande jamás registrado, convirtiendo el yacimiento en un punto focal para el estudio de la escultura monumental asiria.
Ruwaid Muwafaq, director de la Inspección de Antigüedades y Patrimonio de Nínive, enfatizó:
este descubrimiento aumentará la importancia arqueológica y turística del yacimiento.
Las excavaciones están siendo realizadas por la autoridad de antigüedades de Irak, en colaboración con la Universidad de Heidelberg (Alemania). Se están llevando a cabo planes para transformar el yacimiento de Nabi Yunus en un complejo museístico que integrará los hallazgos asirios con el patrimonio islámico de la Mezquita del Profeta Jonás.
Explicó Muwafaq:
El objetivo es vincular la historia asiria con el estrato cultural islámico de Mosul, señalando que pronto se anunciará un plan detallado.
Peter Nicholas, arqueólogo de la Universidad de Heidelberg, declaró a la Agencia de Noticias Iraquí (INA):
los equipos de excavación también descubrieron numerosas tablillas cuneiformes con inscripciones de los reyes Senaquerib, Asarhaddón y Asurbanipal, tres de los gobernantes más prominentes del Imperio Neoasirio. Otros artefactos parecen representar botines de guerra tomados de Egipto y el Levante, lo que ofrece una visión más completa de las extensas campañas de Asiria.
El anuncio se produce en un momento en que Irak invierte en la rehabilitación del patrimonio cultural de Mosul, gran parte del cual fue dañado o destruido en conflictos recientes. El descubrimiento del lamassu más grande hasta la fecha no solo reafirma la centralidad de Mosul en la historia asiria, sino que también refuerza la idea de un turismo basado en el patrimonio y el intercambio cultural internacional.
Para los asiriólogos, la figura de seis metros Plantea nuevas preguntas:
¿Fue un encargo único para Esarhaddón o parte de una tradición mayor ahora prácticamente perdida? ¿Cómo se talló, transportó e instaló una escultura tan colosal en el salón del trono? ¿Y qué revela su escala sobre la visión de autoridad del rey en el apogeo del imperio?
Si bien el anuncio del ministro en la televisión estatal ha acaparado titulares internacionales, los investigadores advierten que aún está pendiente la documentación científica detallada. Se necesitarán mediciones precisas, escaneos 3D y planes de conservación para confirmar plenamente las dimensiones y el contexto del descubrimiento.
Arkeonews
