Arqueologos egipcios, en el yacimiento de Wadi Al-Nasb, en el sur de la península del Sinaí, ha desenterrado los vestigios de lo que fue un centro integral para la fundición de cobre, complementado por estructuras administrativas y puestos de vigilancia, un descubrimiento que ilustra sobre la sofisticada maquinaria industrial y logística desplegada por el antiguo Egipto para la explotación de sus recursos minerales.

Este hallazgo forma parte de la política del Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto para potenciar la investigación arqueológica en la región sinaítica, con el objetivo explícito de elucidar y subrayar el papel pionero que la civilización faraónica desempeñó en la gestión y aprovechamiento metódico de sus riquezas minerales, una iniciativa que, además de su valor académico, pretende abrir nuevos horizontes para el turismo cultural en áreas que permanecen sustancialmente inexploradas y cargadas de secretos históricos por desvelar.

El Sr. Sherif Fathy, Ministro de Turismo y Antigüedades, subraya:
el descubrimiento refleja de manera elocuente la importancia estratégica que el Sinaí ostentó durante las épocas faraónicas, erigiéndose como una fuente primordial para el abastecimiento de cobre y turquesa, al tiempo que confirma, de manera incontrovertible, la profundidad y permanencia de la presencia administrativa y operativa egipcia en este territorio.
El ministro recalcó el compromiso continuo de su cartera, actuando a través del Consejo Supremo de Antigüedades, de brindar un apoyo sin reservas a las misiones arqueológicas, dada la relevancia de sus contribuciones tanto para el ámbito científico como para la reivindicación del patrimonio cultural, estableciendo además un vínculo tangible entre los logros técnicos de los antiguos egipcios y los conceptos modernos de desarrollo sostenible y aprovechamiento racional de los recursos.
Por su parte, el Dr. Mohamed Ismail Khaled, Secretario General del Consejo Supremo de Antigüedades, detalla:
Los resultados de las temporadas de excavación han permitido documentar una serie de evidencias arquitectónicas e industriales que demuestran, de manera fehaciente, la continuidad de la actividad minera egipcia en Wadi Al-Nasb desde el período del Reino Antiguo hasta épocas significativamente posteriores, registrando un pico de prosperidad y actividad especialmente notable durante la era del Nuevo Reino, un dato que aporta una dimensión completamente nueva a la comprensión de la historia industrial y metalúrgica del país.
Los hallazgos realizados, que incluyen talleres dedicados a la fundición del mineral, así como una variedad de lingotes de cobre de múltiples morfologías y dimensiones y las boquillas de los fuelles utilizados en el proceso, constituyen una prueba irrefutable de la existencia de un sistema industrial avanzado y altamente organizado para la producción y moldeado del cobre in situ, el cual era posteriormente transportado al valle del Nilo para su utilización en la fabricación de herramientas, armamento, elementos administrativos y una amplia gama de objetos de uso artesanal, militar y burocrático.
El profesor Mohamed Abdel Badee, jefe del Sector de Antigüedades Egipcias, Griegas y Romanas del Consejo Supremo de Antigüedades, proporcionó una descripción técnica más pormenorizada de las estructuras descubiertas:
Destacan dos edificios principales; el primero, de planta rectangular y construido con arenisca, se localiza en la entrada occidental de Wadi Al-Nasb, mientras que el segundo se encuentra al este del punto de confluencia entre Wadi Al-Nasb y Wadi Sur.
La evidencia estratigráfica y material indica que ambas construcciones fueron concebidas inicialmente para funcionar como puestos de vigilancia y control, si bien durante el transcurso del Nuevo Reino fueron reconvertidas para albergar operaciones de fundición de cobre. En su interior, los arqueólogos han logrado identificar varios hornos de fundición, numerosos fragmentos de escoria metalúrgica, lingotes de cobre entre los que destaca uno con un peso superior a un kilogramo, y una colección de boquillas de arcilla para fuelles, presentando una notable variedad de tamaños.
Desde la perspectiva operativa de la misión, el Dr. Hisham Hussein, Jefe de la Administración Central de Antigüedades del Bajo Egipto y director de la expedición, añadió:
Los trabajos de limpieza y análisis estratigráfico se extendieron también a una tercera estructura, situada en el borde superior sur de Wadi Sur.
Las características arquitectónicas y su posición dominante sobre el valle llevan a los investigadores a conjeturar que este edificio funcionaba como un puesto de control y observación de alto nivel, probablemente supervisando las actividades de las expediciones mineras durante sus labores de extracción y procesamiento, y su origen podría remontarse a un período anterior al propio Nuevo Reino.
El éxito de la campaña concluyo con el descubrimiento parcial de un taller centralizado de grandes proporciones, un complejo industrial que aglutinaba una diversidad tipológica de hornos de fundición, áreas específicas para el tratamiento y preparación inicial del mineral crudo, crisoles cerámicos para la colada del metal fundido, y fragmentos de ánforas y vasijas de procedencia egipcia destinadas presumiblemente al almacenamiento y transporte.
El contexto arqueológico también ha proporcionado volúmenes considerables de carbón vegetal, preparado a partir de especies arbóreas locales para alimentar los hornos, y bloques compactos de arcilla pura, materia prima esencial para la fabricación in situ de las boquillas de los fuelles.
Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto
La brujula verde
