La naturaleza moldea y crea formas que engañan incluso a los ojos más expertos.
Los geofactos es un tipo de formaciones naturale que, por su apariencia, pueden ser confundidas con herramientas o esculturas creadas por el ser humano.

Ejemplos famosos de esta confusión son las llamadas Venus de Berekhat Ram y Venus de Tan-Tan, dos objetos que algunos investigadores interpretan como esculturas prehistóricas, pero que otros expertos consideran simplemente el resultado de la erosión y otros procesos geológicos. Otro lugar donde abundan estos falsos artefactos es el Golfo de Cambay, en India, donde formaciones rocosas han sido erróneamente identificadas como restos de una antigua civilización.

Hans-Peter Schulz, un investigador que ha estudiado estos fenómenos, explica que muchos geofactos se originaron durante las glaciaciones, cuando las masas de hielo avanzaron y retrocedieron arrastrando y moldeando rocas a su paso. Durante períodos como el interglaciar Eemiense o la glaciación Weichseliense, el movimiento de los glaciares fracturó piedras, las pulió contra otras superficies y, en algunos casos, les dio formas que recuerdan a herramientas humanas, como puntas de lanza.

En cuevas como la de Susiluola en Finlandia la mezcla de agua dulce y salada, junto con sedimentos, dejó marcas en pequeñas piedras que podrían confundirse con grabados intencionales. Minerales como la arenisca, la limolita y el cuarzo también juegan un papel clave en este proceso, ya que su resistencia variable a la erosión puede crear bordes afilados o superficies lisas que imitan el trabajo humano.

Schulz propuso incluso métodos para distinguir un geofacto de un artefacto, tales como medir los ángulos de las fracturas en las rocas. Si los bordes están redondeados o las marcas siguen patrones aleatorios, lo más probable es que sean producto de la naturaleza.

La línea entre geofacto y artefacto es tan delgada que incluso investigadores experimentados no han podido evitar errores. Uno de los casos más famosos es el del periodista Graham Hancock, que en 2002 anunció el descubrimiento de los supuestos artefactos del Golfo de Cambay. El geólogo Paul V. Heinrich demostró que se trataba simplemente de formaciones naturales compuestas de capas de arena compactada y cemento mineral que, por su disposición, parecían estructuras artificiales.

Heinrich también desacreditó los llamados colgantes de Cambay, piedras planas con agujeros que Hancock había interpretado como joyas prehistóricas. En realidad, los orificios habían sido creados por organismos marinos o por la erosión del agua. Heinrich enfatizó la importancia de contar con geólogos en las excavaciones, ya que su conocimiento de los procesos naturales ayuda a evitar malas interpretaciones.
Uno de los mayores problemas surge cuando geofactos y artefactos aparecen mezclados en un mismo yacimiento. En el de Konczyce Wielkie, en Polonia, los investigadores descubrieron piedras en un depósito fluvial que creyeron ser herramientas paleolíticas. Un estudio detallado reveló que eran geofactos, rocas modificadas por el arrastre de ríos y glaciares.
Algunos arqueólogos argumentaron que, al hallarse a más de 140 metros de su lugar de origen, esas piedras podrían haber sido transportadas por humanos. Pero la idea fue finalmente descartada, ya que los depósitos glaciares y fluviales pueden mover rocas a distancias aún mayores sin intervención humana.
Una pista clave para identificarlos es su contexto. Si varias piedras tienen formas similares y se encuentran en su entorno geológico original, lo más probable es que sean geofactos.
Patrick M. Lubinski, Karisa Terry, Patrick T. McCutcheon, Comparative methods for distinguishing flakes from geofacts: a case study from the Wenas Creek Mammoth site. Journal of Archaeological Science, Volume 52, December 2014, Pages 308-320. doi.org/10.1016/j.jas.2014.09.006
Andrzej Wiśniewski, Janusz Badura, Tomasz Salamon, Józef Lewandowski, The alleged Early Palaeolithic artefacts are in reality geofacts: a revision of the site of Kończyce Wielkie 4 in the Moravian Gate, South Poland. Journal of Archaeological Science, Volume 52, December 2014, Pages 189-203. doi.org/10.1016/j.jas.2014.07.022
Wikipedia, Geofact
La Brujula Verde
