Enigmaticas fosas rituales de 5.000 años en Alemania revelan casas quemadas, sacrificios de perros y cráneos humanos.

La cultura de Salzmünde es una cultura neolítica que se desarrolla en el centro de Alemania, en las regiones de Sajonia-Anhalt y Turingia, entre los años 3400 y 3100 a.C. Es una de las últimas culturas del Neolítico Medio y sucesora de la cultura de la cerámica de bandas.

Su cerámica se distingue por su forma globular y sus cuellos altos, a menudo con una decoración incisa que forma patrones de líneas, puntos y zigzags. Se utilizaban con frecuencia las asas perforadas.

Los asentamientos de esta cultura solían estar en colinas o cerca de ríos. Eran aldeas de casas rectangulares hechas de madera y barro. Algunas de estas aldeas estaban fortificadas, lo que sugiere un contexto de conflicto o defensa.

La base económica era la agricultura y la ganadería. Cultivaban cereales como el trigo y la cebada, y criaban ganado vacuno, ovejas y cabras. La caza y la recolección también complementaban su dieta.

Los enterramientos eran un aspecto distintivo de la cultura de Salzmünde. Se han encontrado tumbas individuales y colectivas. Los enterramientos individuales solían ser en fosas circulares, donde el cuerpo se colocaba en posición flexionada. También son notables las tumbas de cámara de piedra, que son estructuras más elaboradas.

La cultura de Salzmünde mantuvo contactos con otras culturas contemporáneas. Se han encontrado objetos de sílex y hachas de piedra importados de otras regiones, lo que indica una red de intercambio.

Hacia el 3100 a.C., la cultura de Salzmünde fue reemplazada por la cultura de las ánforas globulares, marcando la transición al Neolítico tardío en la región.

Gerstewitz, fosa de sacrificio de la cultura de Salzmünde, contiene huesos de perro, un cráneo humano, arcilla quemada de la pared de una casa y un núcleo de cuerno.

¿Qué impulsó a estas comunidades a desarrollar rituales tan elaborados? Los investigadores manejan una hipótesis vinculada a un período de cambios profundos. Hacia finales del IV milenio a.C., coincidiendo con el ocaso de la cultura Salzmünde, Europa Central experimentó un empeoramiento climático —posiblemente relacionado con eventos de enfriamiento global— mientras grupos de la cultura Bernburg avanzaban desde el norte, presionando los territorios de estos agricultores neolíticos.

En este contexto los arqueólogos sugieren que el culto a los ancestros y la ejecución de ceremonias cada vez más intensas podrían haber sido una respuesta a la inestabilidad: un intento de apelar a fuerzas protectoras en un mundo que se desmoronaba. La recurrencia de cráneos humanos en contextos no funerarios, así como la presencia de perros —animales con un fuerte valor simbólico en muchas culturas antiguas— refuerzan la idea de que estos rituales buscaban, de algún modo, mediar entre los vivos, los muertos y lo divino.

A pesar de los avances los arqueólogos admiten que aún quedan incógnitas. ¿Por qué algunos cuerpos eran enterrados bajo escombros de hogares destruidos? ¿Qué papel jugaban exactamente los perros en estos rituales? ¿Eran sacrificados como acompañantes al más allá, o como ofrendas protectoras? Las respuestas podrían llegar con futuros análisis de ADN y estudios antropológicos más detallados.

Por ahora, el hallazgo de Gerstewitz plantea una reflexión sobre la universalidad de ciertas prácticas humanas. En un mundo neolítico marcado por la incertidumbre, estos agricultores no solo sembraban trigo: también sembraban símbolos, creyendo, quizás, que los muertos podían proteger a los vivos.

Landesamt für Denkmalpflege und Archäologie Sachsen-Anhalt – Landesmuseum für Vorgeschichte

Publicado por ilabasmati

Licenciada en Bellas Artes, FilologÍa Hispánica y lIiteratura Inglesa.

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