Inscripciones protosinaíticas señalan a Moisés y José como figuras históricas, lo que ha generado controversia académica mundial.
Una prototesis pionera del investigador Michael S. Bar-Ron sugiere precisamente eso. Tras ocho años de riguroso análisis epigráfico, Bar-Ron argumenta que dos inscripciones halladas en Serabit el-Khadim, un antiguo yacimiento minero de turquesa en la península del Sinaí, Egipto, contienen la frase semítica Esto es de MŠ, una posible traducción temprana del nombre Moisés (Moshe).
Las inscripciones, datadas a finales de la XII Dinastía egipcia, durante el reinado del faraón Amenemhat III, están escritas en protosinaítico, considerado uno de los alfabetos más antiguos del mundo. Según Bar-Ron, este sistema de escritura refleja un dialecto semítico del noroeste temprano notablemente cercano al hebreo bíblico, pero con rastros de estructura aramea.
Afirma Bar-Ron:
De ser correcto, esta podría ser la primera evidencia inscripta de Moisés como individuo histórico. Y las implicaciones para nuestra comprensión de las tradiciones del Éxodo son enormes.
Dos inscripciones —Sinaí 357 y 361— presentan los caracteres M-Š en configuraciones que Bar-Ron interpreta como marcas de autoría personal: «ZT MMŠ» (Esto proviene de MŠ) y «NʾUM MŠ» (Un dicho de MŠ). Estas inscripciones, afirma, aparecen junto a otras que comparten estilo lingüístico, tono personal e incluso estructura poética, todo lo cual apunta a un único escriba semítico con formación egipcia de élite, en consonancia con la tradición bíblica de que Moisés se crio en el palacio del faraón.
Se utilizaron fotografías de alta resolución, escaneos 3D y el estudio directo de moldes del Museo del Antiguo Oriente Próximo de Harvard para corroborar esta afirmación. Se rastrearon rasgos epigráficos como la letra mem (מ) y ciertas formaciones únicas en múltiples inscripciones para respaldar la idea de una sola mano autora.
Además de Moisés, Bar-Ron propone otra teoría sorprendente: que el visir egipcio Ankhu, conocido por otros registros arqueológicos, podría ser la base histórica del José bíblico.
Una inscripción clave, Sinai 350, presenta un cartucho híbrido egipcio-semítico y referencias a la deidad El, asociada con el culto hebreo primitivo. Su refinada ejecución sugiere que el autor no era un esclavo, sino un funcionario semita de alto rango, posiblemente bajo el mando de Amenemhat III. Este escenario encaja estrechamente con la narrativa de José en el Libro del Génesis.
La tesis de Bar-Ron propone que una élite semita, posiblemente incluyendo a José, alcanzó influencia durante esta época, solo para ser posteriormente esclavizada, una transformación que se refleja en el Éxodo.
Michael Bar-Ron sugiere:
Estos textos podrían proporcionar la primera evidencia arqueológica de la historia del propio Moisés.
Más que un rompecabezas lingüístico, las inscripciones también narran una historia de conflicto religioso. Bar-Ron clasifica las 22 inscripciones en cinco clados: algunas alaban a Baalat (la diosa cananea vinculada a Hathor), mientras que otras muestran signos de desfiguración deliberada, a menudo por escribas posteriores leales a El, el dios de los hebreos.
Declaró Bar-Ron a Patterns of Evidence:
Vemos inscripciones de adoración que alaban a Baalat, solo para que escribas posteriores las modificaran, borrando los símbolos de culto de peces y reemplazándolos con alabanzas a El”,. Esta es la zona cero de la rebelión teológica.
Los restos de un templo incendiado a Baalat en Serabit el-Khadim coinciden con la teoría de una purga religiosa violenta, posiblemente liderada por seguidores de El, quizás incluso por el propio Moisés. Combinados con frases como nimosh (“partamos”), estos escritos sugieren una narrativa proto-Éxodo registrada en tiempo real.
No todos los académicos están convencidos. El Dr. Thomas Schneider, egiptólogo de la Universidad de Columbia Británica, calificó las afirmaciones de
completamente no probadas y engañosas, son identificaciones arbitrarias de letras y sesgo teológico.
Sin embargo, las inscripciones —descubiertas por primera vez a principios del siglo XX y consideradas indescifrables durante mucho tiempo— están recibiendo una atención renovada. Incluso los escépticos reconocen que ofrecen una visión única del mundo cultural, lingüístico y religioso de los trabajadores semitas en el antiguo Egipto.
Si las interpretaciones de Bar-Ron se sostienen bajo un mayor escrutinio académico, podrían marcar un punto de inflexión en la arqueología bíblica, ofreciendo evidencia tangible de que la narrativa del Éxodo podría tener raíces en la historia real.
Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia.
Bar-Ron, M. S. (2025). Presenting critical readings of 22 complex P-S inscriptions across five proposed clades, the Stele of Reniseneb, a seal of an Asiatic Egyptian high official and their implications for early Biblical traditions: A proto-thesis summarizing eight years of critical Proto-Sinaitic research (Unpublished proto-thesis). Johannes Gutenberg University of Mainz.
