Recent excavations at the Phoenician coastal site of Tell el-Burak, a large-scale agricultural production centre in use during 725-350 BCE, have uncovered the first Iron Age wine press in Lebanon. This discovery enabled a systematic, interdisciplinary study of its plaster, offering insights into ancient construction technologies. The analysis extended to two other plastered installations found in separate rooms within the complex, allowing for a comprehensive comparison. An integrated program of archaeometric analysis, including optical microscopy in polarising light, X-ray powder diffraction, scanning electron microscopy, thermogravimetry, and organic residue analysis, was applied to samples from these three structures to investigate plaster composition and technological variability. Previous studies identified the use of crushed ceramic fragments in a lime-based plaster. Now, new analyses provide deeper insights into the nature of the binder, revealing how the addition of ceramic sherds may have enhanced the plaster’s mechanical properties and hydraulicity, making it a significant early example of hydraulic mortar. These findings confirm the existence of a local, innovative tradition of lime-plaster manufacture in southern Phoenicia. This investigation not only sheds light on the specific technological practices of Tell el-Burak, but also contributes to the broader understanding of Phoenician and Punic technological advancements in the Iron Age Mediterranean.
The authors
Excavaciones en Tell el-Burak muestran innovación tecnológica y construcción sostenible temprana en el Líbano de la Edad de Hierro

Plastered installations at Tell el-Burak, Lebanon: (a) The wine press in Area 4, viewed from the west; (b) A plastered basin beneath the courtyard floor of House 3 (Area 3), seen from the southwest; (c) A plastered floor in Room 1 of House 4, also in Area 3, viewed from the northeast. Credit: The Tell el-Burak Archaeological Project. Credit: S. Amicone et al., Scientific Reports (2025)
Investigadores han identificado el uso más antiguo conocido de revoque de cal hidráulica en la arquitectura fenicia, elaborado no con ceniza volcánica como el hormigón romano, sino con cerámica reciclada. Este descubrimiento, realizado en el yacimiento de la Edad de Hierro de Tell el-Burak, en el sur del Líbano, arroja luz sobre antiguas prácticas de sostenibilidad e ingeniería de alto nivel que anteriormente no se habían atribuido a los fenicios.

Thin-section microphotographs of ceramic aggregates used in Iron Age plaster at Tell el-Burak: (a, b, e) Type 1 ceramics—low-fired sherds with high porosity—shown under polarising light (XP) and in BSE imaging at high magnification; (c, d, f) Type 2 ceramics—high-fired, vitrified fragments—featuring isotropic matrix and bloating pores, also shown under XP and BSE. Credit: S. Amicone et al., Scientific Reports (2025)
Los hallazgos, publicados en Scientific Reports (2025), provienen de un estudio multidisciplinario de muestras de yeso recolectadas en tres instalaciones, incluyendo un lagar bien conservado que data de aproximadamente el 725-600 a. C. Infraestructura vinícola antigua construida con cerámica reciclada

Ubicada a tan solo 9 km al sur de Sidón, Tell el-Burak fue un centro agrícola clave para la ciudad-estado fenicia. Entre sus características más significativas se encuentra un enorme lagar, compuesto por una gran pisca conectada a un tanque de fermentación de 4500 litros, ambos recubiertos con un yeso especial a base de cal.

Lo que hacía extraordinario a este yeso era su composición: fragmentos de cerámica triturada (probablemente ánforas rotas) añadidos intencionadamente al aglutinante de cal. Estas inclusiones cerámicas actuaban como material puzolánico, reaccionando químicamente con la cal para formar un mortero hidráulico, un material capaz de fraguar y endurecerse en ambientes húmedos.
Afirma Silvia Amicone, autora principal:
La presencia de áridos cerámicos no se debía solo al reciclaje de residuos, sino a una decisión tecnológica para producir yeso duradero resistente al agua.
Esta práctica es anterior al hormigón romano y se asemeja más a las tecnologías griegas y egeas tempranas, aunque rara vez se había visto en el Levante hasta la actualidad. Para confirmar la naturaleza hidráulica del yeso, los investigadores aplicaron diversas técnicas científicas, entre ellas:
Microscopía óptica y SEM-EDS: Donde se identificaron los bordes de reacción química entre la cal y la cerámica, un sello distintivo de hidraulicidad.
Difracción de rayos X en polvo (DRPD): Se revelaron fases minerales como la gehlenita, la cristobalita, la mullita y el diópsido, que se forman típicamente a altas temperaturas de cocción.
Análisis termogravimétrico (TGA): Se mostraron niveles de agua ligada superiores al 3 % y pérdidas de CO₂ inferiores al 30 %, lo que confirma la clasificación hidráulica.
Análisis de residuos orgánicos (ORA): Se detectaron compuestos de azufre en el yeso, posiblemente relacionados con la producción de vino o el uso de ánforas.
Estos resultados confirman que los constructores de Tell el-Burak sabían cómo manipular los materiales para crear yesos duraderos e impermeables, mucho antes de que este conocimiento se estandarizara en la construcción romana.
Los fragmentos cerámicos utilizados en el yeso no eran simples escombros de construcción. Los análisis petrográficos y mineralógicos sugieren que proceden de residuos de producción cerámica, probablemente del yacimiento cercano de Sarepta, un conocido centro cerámico fenicio a 4 km de distancia.
Curiosamente, estas piezas cerámicas presentan una mezcla de temperaturas de cocción:
Tipo 1: Fragmentos de baja cocción (por debajo de 850 °C), altamente reactivos.
Tipo 2: Fragmentos vitrificados de alta cocción (por encima de 1050 °C), menos reactivos, pero aún utilizados.
A pesar de ser más difíciles de obtener y procesar, la presencia de fragmentos de alta cocción sugiere una selección o reutilización intencional de residuos cerámicos, no una inclusión accidental. Además, no se han encontrado residuos de producción cerámica en Tell el-Burak, lo que refuerza la idea de mano de obra especializada y transporte de materiales.
Este nivel de conocimiento, consistencia y esfuerzo en los materiales apunta a una producción centralizada, dirigida por la élite. Las instalaciones de yeso en Tell el-Burak reflejan más que ingenio técnico; también sugieren un sistema económico organizado, donde los especialistas podían acceder y transportar materiales específicos para la construcción.
El uso de un yeso tan avanzado en la infraestructura de producción vinícola también concuerda con la evidencia arqueológica de que la viticultura era un componente clave de la economía fenicia, tanto a nivel local como comercial.
Este descubrimiento cambia significativamente la cronología y el origen geográfico de las tecnologías de yeso hidráulico. Respalda la idea de que los fenicios, conocidos comerciantes marítimos y transmisores culturales, desempeñaron un papel vital en la difusión de innovaciones tecnológicas como los morteros puzolánicos por el Mediterráneo durante la Edad del Hierro.
Si bien el hormigón romano dominaría posteriormente la arquitectura antigua, este ejemplo fenicio temprano ilustra la innovación indígena y la adaptación ambiental mucho antes de que los romanos industrializaran el método.
Amicone, S., Orsingher, A., Cantisani, E. et al. Innovación mediante el reciclaje en la tecnología del yeso de la Edad de Hierro en Tell el-Burak, Líbano. Sci Rep 15, 24284 (2025). https://doi.org/10.1038/s41598-025-05844-x
