Un estudio revela cómo una ciudad griega sobrevivió a catástrofes sísmicas durante 3.000 años, adaptándose cada vez al entorno cambiante.

Mapa estructural simplificado de la zona de estudio más amplia, que presenta las principales fallas activas en las proximidades del yacimiento de Helike, mostrado en el rectángulo negro. El recuadro muestra el entorno geotectónico del área de estudio en el Mediterráneo Oriental y la localización de Helike. Nota: R = Rizomylos, N = Nikolaiika, y V = Valimitika indican los principales yacimientos arqueológicos de la región de Helike. Crédito: D. Katsonopoulou et al.
La antigua ciudad de Helike capital de la región de Acaya, en la costa del Golfo de Corinto en Grecia, fue sacudida una y otra vez por terremotos a lo largo de su historia pero sus habitantes siempre encontraron la manera de volver a levantarse.

Excavación arqueológica que muestra los restos arquitectónicos del periodo geométrico y la capa de destrucción desplazada por la falla de Helike (HF). La línea discontinua muestra la continuación propuesta de la falla bajo la capa de destrucción. El bloque de la pared inferior incluye conglomerados bien cementados, y el bloque de la pared colgante está compuesto por material coluvial sucesivo. Crédito: D. Katsonopoulou et al.
Un equipo de investigadores griegos y británicos ha pasado más de 30 años estudiando los restos de esta ciudad y su entorno descubriendo cómo sus habitantes lograron adaptarse a un paisaje en constante cambio.

(a) Tramo de calzada romana y restos arquitectónicos helenísticos de muros excavados en la llanura occidental de Helike. (b) Restos óseos de un hombre en posición extendida, hallados bajo las ruinas derruidas de un edificio romano en Nikolaiika. Crédito: D. Katsonopoulou et al.
Helike fue fundada en la Edad del Bronce hace más de 5.000 años, y desde entonces sufrió al menos seis grandes terremotos, aproximadamente uno cada 300 años. El más famoso de ellos sucedió en el año 373 a.C., cuando un violento sismo seguido de un tsunami hundió la ciudad bajo las aguas. Este evento fue tan impactante que quedó registrado en numerosos textos antiguos.
Durante siglos, se pensó que Helike había desaparecido para siempre, pero las excavaciones arqueológicas han demostrado que la ciudad resurgió una y otra vez, cambiando de ubicación pero manteniendo su identidad.
¿Cómo pudo Helike sobrevivir a tantas catástrofes?
El estudio, que se publicó en la revista Land, combinó arqueología, geología y tecnología digital para reconstruir la historia de Helike. Los investigadores descubrieron que tras cada terremoto los habitantes no abandonaban la región, sino que se trasladaban a zonas más seguras dentro de la misma llanura costera.
Nuestros resultados muestran que los antiguos habitantes de Helike eligieron siempre volver a asentarse en la zona, ajustando su forma de vida a la geomorfología y los peligros naturales de cada época, explican los autores.
Así, después del tsunami que sumergió la ciudad en el 373 a.C., la reconstruyeron unos kilómetros más al oeste en una zona menos expuesta. Allí, los arqueólogos encontraron talleres textiles que demuestran que Helike recuperó su prosperidad comercial y que sus habitantes adoptaron técnicas de construcción más resistentes, como muros de piedra en forma poligonal, para evitar futuros derrumbes.
El estudio utilizó modelos digitales para recrear cómo era el paisaje en diferentes épocas teniendo en cuenta factores como el nivel del mar, los sedimentos depositados por los ríos y los movimientos tectónicos. Con ellos los investigadores pudieron reconstruir cómo la costa avanzaba o retrocedía tras cada terremoto, y cómo esto influyó en la ubicación de la ciudad.
Por ejemplo, en la Edad del Bronce (hacia el 2100 a.C.), Helike estaba cerca de una laguna costera. Tras un terremoto, la zona se inundó y la ciudad quedó enterrada bajo sedimentos, pero siglos más tarde, en la época romana, el terreno se había elevado lo suficiente como para que los habitantes construyeran una carretera sobre lo que antes era agua.
En un mundo donde los desastres naturales son cada vez más frecuentes debido al cambio climático, entender cómo las sociedades del pasado enfrentaron estos desafíos puede ser clave para construir comunidades más resitraductor lientes hoy.
La resiliencia es la capacidad intrínseca de un ecosistema o una sociedad para ajustar su funcionamiento antes, durante o después de cambios ambientales o desastres naturales, de modo que pueda mantener su estado, señala el estudio. En otras palabras, los habitantes de Helike tuvieron que aprender a convivir con los terremotos, adaptando su forma de vida sin perder su identidad.
Aunque Helike finalmente fue abandonada en la Antigüedad tardía (siglo V d.C.), los investigadores esperan que su historia ayude a repensar cómo planificar las ciudades en zonas sísmicas.
Los datos recopilados cubren la habitación en el área durante un largo período cronológico, desde la Edad del Bronce hasta la Antigüedad tardía, y muestran cómo las sociedades del pasado interactuaron con el entorno, contribuyendo a nuestra comprensión del sistema destrucción/resiliencia que puede ser útil para un futuro sostenible.
Katsonopoulou, D.; Koukouvelas, I.; Kormann, M. Earthquake Destruction and Resilience in Ancient Helike, Gulf of Corinth, Greece: A Case Study of Past Human–Environment Relationship. Land 2025, 14, 1392. doi.org/10.3390/land14071392
Brujula Verde
