Un yacimiento arqueológico recientemente descubierto en los montes Ródope, al sur de Bulgaria, está atrayendo la atención científica.

The stone’s surface features 56 meticulously carved conical holes of various diameters—24 in the northern half and 32 in the southern—representing stars of different magnitudes. Photos courtesy of Georgi Georgiev.
Según el investigador Georgi Georgiev, uno de los descubridores del yacimiento, se cree que la roca tallada cerca del pueblo de Skobelevo representa un mapa estelar prehistórico, posiblemente uno de los primeros intentos conocidos de representar el cielo nocturno en piedra.

El hallazgo promete redefinir nuestra comprensión de la astronomía antigua y la vida espiritual de las primeras civilizaciones de los Balcanes.

Este hallazgo único no solo aporta una pieza importante al rompecabezas de la historia de la humanidad, sino que también abre nuevas vías en el campo de la arqueoastronomía.

La roca repleta de estrellas fue descubierta el 20 de mayo de 2013 por los investigadores Georgi Georgiev e Ivelina Georgieva durante una expedición de campo cerca de una antigua necrópolis tracia.
Con unas dimensiones aproximadas de 2×3 metros, la roca se encuentra en lo profundo del bosque, orientada en un eje este-oeste y con una veta de mármol natural incrustada. Se cree que esta veta luminosa simboliza la Vía Láctea, lo que refuerza su interpretación como un mapa celeste.
La superficie de la piedra presenta 56 agujeros cónicos meticulosamente tallados de varios diámetros (24 en la mitad norte y 32 en la sur) que representan estrellas de diferentes magnitudes. Varias constelaciones están claramente delineadas, incluyendo la Osa Mayor y Leo, con alineaciones adicionales que sugieren Casiopea, el Cisne, Lira y el cúmulo estelar de las Pléyades.
La superficie de la piedra presenta 56 agujeros cónicos meticulosamente tallados de varios diámetros (24 en la mitad norte y 32 en la sur) que representan estrellas de diferentes magnitudes.
Si bien el mapa estelar de Skobelevo aún no se ha sometido a una datación científica definitiva, los investigadores sugieren que probablemente se originó entre el Neolítico Tardío y la Edad del Hierro Temprana, aproximadamente entre el 2000 y el 500 a. C. Esta estimación se basa en la proximidad del yacimiento a necrópolis y túmulos funerarios tracios, así como en su alineación con santuarios prehistóricos similares en los Balcanes.
Aunque no se encontraron cerámica ni materiales orgánicos en el yacimiento inmediato, lo que hace que la datación por radiocarbono o estratigráfica sea actualmente inviable, el contexto arqueológico y las características simbólicas y funcionales del mapa apuntan a un período en el que los pueblos antiguos observaban y registraban activamente los fenómenos celestes con fines rituales y agrícolas. Hasta que se realicen más estudios, este rango de fechas sigue siendo el más probable según el análisis arqueológico comparativo. Recreando el cielo del norte en piedra
Los expertos creen que estas tallas no fueron aleatorias, sino que reflejaban los movimientos diurnos y anuales de los cuerpos celestes, en particular los del hemisferio norte. La presencia de constelaciones con una configuración y escala precisas sugiere una comprensión sofisticada de la astronomía. Una teoría postula que la roca sirvió como un reloj estelar primitivo, ayudando a los antiguos observadores a seguir el tiempo y las estaciones mediante la posición de las estrellas circumpolares.
Además, la superficie rica en mica de la roca crea un efecto brillante bajo la luz del sol, imitando el cielo nocturno: una impactante elección artística y simbólica que realza su propósito astronómico.
La evidencia arqueológica circundante, incluyendo necrópolis cercanas, tumbas y restos de santuarios, sugiere que el sitio podría haber formado parte de un complejo de culto mayor. Podría haber cumplido una doble función: como santuario espiritual para rituales y como herramienta de navegación para los primeros viajeros o navegantes.
Cabe destacar que el sitio incluye una segunda piedra con una hendidura cilíndrica alineada hacia el este, posiblemente formando un par deliberado con la roca principal que contiene el mapa.
A pesar de su potencial como monumento cultural de importancia nacional y científica, el sitio permanece en gran parte desprotegido. Georgiev y Georgieva abogan por su reconocimiento oficial e inclusión en el registro arqueológico nacional de Bulgaria. Su trabajo se alinea con los esfuerzos modernos para preservar y promover el patrimonio inmaterial y el conocimiento arqueoastronómico.
Ya se han realizado estudios no invasivos, como observaciones helíacas del amanecer, traceología, muestreo geológico y mapeo GPS, lo que confirma aún más la importancia antropogénica y astronómica de la roca.
Curiosamente, se han encontrado representaciones similares de configuraciones estelares en monedas y joyas antiguas de los siglos I y II d. C. Símbolos como la luna creciente y la estrella, comunes en la iconografía romana, podrían reflejar la antigua fascinación de la humanidad por el cosmos. Esta continuidad pone de relieve cómo los sistemas de conocimiento antiguos han influido en las expresiones artísticas y culturales a lo largo del tiempo.
El mapa estelar de Skobelevo ofrece una visión excepcional de la comprensión cosmológica de las sociedades prehistóricas de los Balcanes. Como uno de los pocos ejemplos conocidos de un mapa celeste tallado en piedra, tiene profundas implicaciones para el estudio de la astronomía, la mitología y el desarrollo cultural tempranos. Con la protección adecuada y la atención académica, este antiguo artefacto podría convertirse pronto en un destino clave para el turismo cultural y un hito en el patrimonio arqueoastronómico europeo.
