En Tell es-Sâfi, ciudad cananea de Gat, Israel, los arqueólogos han hallado cuatro esqueletos completos de burras jóvenes, bajo los pisos de casas construidas hace unos 4.500 años (entre el 2900 y el 2550 a.C.). Estos animales, todas hembras jóvenes y sanas, fueron sacrificadas y colocadas en pozos poco profundos con sus cabezas orientadas hacia el este, posiblemente hacia el sol naciente.

Mediante análisis científicos avanzados los investigadores determinaron que estas burras habían nacido y crecido en Egipto, a cientos de kilómetros de distancia, antes de ser llevadas a Tell es-Sâfi/Gath para ser sacrificadas.
Los entierros eran claramente rituales, explica el estudio, no se encontraron objetos junto a los esqueletos, solo los animales, colocados de manera idéntica.

Fotografías de los cuatro enterramientos de burras del estrato E5c en el área E de Tell eṣ-Sâfi. Crédito: E.R. Arnold et al.
¿Por qué importar burras de Egipto para enterrarlas? Los autores del estudio, publicado en PLOS ONE, creen que estos animales tenían un valor simbólico especial. A diferencia de otros restos de burros encontrados en el mismo sitio (que fueron consumidos como alimento), las cuatro burras egipcias fueron tratadas con reverencia.
Todas eran hembras jóvenes, en la plenitud de su vida, y los análisis químicos de sus dientes confirmaron que procedían del valle del Nilo. Una de ellas fue decapitada y su cabeza colocada sobre el abdomen, mientras que las otras aparecieron atadas de patas.
En contraste, una mandíbula aislada de otro burro reveló que ese animal era local, que había pastado en los alrededores de la ciudad y que sus restos habían sido descartados como desperdicios.
Para determinar el origen de las burras los científicos analizaron tres huellas químicas en sus dientes. El carbono reveló qué tenían una dieta rica en pastos típicos del Nilo, mientras que las locales comían plantas más comunes en Israel. El oxígeno del agua que bebieron mostró marcas de las crecidas estacionales del Nilo, con picos que coincidían con las lluvias monzónicas en Etiopía. Y sus niveles de estroncio coincidían con el de los suelos egipcios.
Estos animales fueron traídos deliberadamente desde Egipto. Su sacrificio y entierro bajo las casas debió tener un significado ritual profundo, posiblemente para proteger los hogares.
En aquella época (la Edad del Bronce), los burros eran vitales para el transporte y el comercio. Pero estos hallazgos revelan que las burras egipcias eran algo más que bestias de carga. Importarlas desde Egipto, una región poderosa, pudo ser una forma de mostrar riqueza y conexiones. Enterrarlas bajo los cimientos de las casas podría haber sido un acto para asegurar prosperidad o protección divina. Y la orientación hacia el este y el sacrificio cuidadoso apuntarían a un ritual organizado, quizás vinculado a deidades o creencias locales.
La selección de burras jóvenes, sanas y exclusivamente egipcias revela una práctica cargada de significado social y religioso, destaca el artículo.
Tell es-Sâfi/Gath no era un pueblo cualquiera, en aquel tiempo era una de las ciudades más grandes del sur de Levante, con murallas imponentes y conexiones comerciales con Egipto y Mesopotamia. Su ubicación —cerca de rutas clave entre el mar Mediterráneo y el interior— la convertía en un centro de intercambio, y precisamente el estudio refuerza la idea de que ya hace 4.500 años existía un comercio activo de animales entre Egipto y Canaán, algo que se intuía por textos antiguos pero que ahora tiene pruebas físicas.
Con todo, estos entierros de burras siguen planteando preguntas: ¿Quién organizaba estos rituales? ¿Eran exclusivos de las élites o una práctica común? Una cosa está clara, para los antiguos habitantes de esta ciudad estas burras egipcias no eran simples animales sino símbolos de poder, fe y conexión con un mundo más amplio.
No era cualquier burro el que se consideraba digno de sacrificio en Tell es-Sâfi/Gath, sino solo hembras jóvenes egipcias. Eran, literalmente, un regalo del Nilo.
Arnold ER, Greenfield HJ, Hartman G, Greenfield TL, Albaz S, Boaretto E, et al. (2025) An isotopic perspective on equid selection in cult at Tell eṣ-Ṣâfi/Gath, Israel. PLoS One 20(7): e0326421. doi.org/10.1371/journal.pone.0326421
