De las estrellas al estado: Patrones astrales en el ascenso del Egipto faraónico (Adaima, Alto Egipto)

El artículo presenta un bien argumenatada perspectiva sobre el origen y la evolución de los mitos de Isis y Osiris. La idea de que estas creencias tienen un profundo arraigo en las prácticas y realidades de las comunidades campesinas, y que el Estado naciente las adaptó y reinterpretó para consolidar su poder, es coherente.

Aporta una visión de cómo la religión, la política, la astronomía y la vida cotidiana se entrelazaron en el antiguo Egipto para dar forma a una de las civilizaciones más duraderas de la historia. Un buen ejemplo de cómo la arqueología y el análisis ritual pueden arrojar luz sobre el desarrollo de complejas ideologías estatales.

El artículo presenta una tesis fascinante e innovadora sobre el origen de los mitos fundacionales egipcios de Isis y Osiris. En lugar de ver estas creencias como creaciones puramente teológicas o regias, propone que tienen raíces profundas en las prácticas y preocupaciones de las comunidades campesinas del Alto Egipto, específicamente en el cementerio de Adaima (3300-2700 a.C.).

Este artículo examina el papel de las comunidades rurales en la configuración del Estado egipcio temprano a través de la evolución de las creencias funerarias. A partir del análisis de 504 tumbas del cementerio de Adaima (Alto Egipto, 3300-2700 a. C.), se rastrea una creciente variabilidad en las prácticas mortuorias desde la Primera hasta la Tercera Dinastía.

Los investigadores excavaron 504 tumbas en Adaima, un yacimiento de 30 hectáreas que es usado entre el 3500 y el 2700 a.C., antes de que se construyeran las pirámides.

Explica el estudio publicado en Journal of Archaeological Method and Theory:

 Lo que encontramos es un laboratorio de cómo las tradiciones rurales se transforman en mitos estatales,

En el sur de Egipto, cerca del río Nilo, un equipo internacional de arqueólogos ha hallado cómo las creencias de las comunidades rurales ayudaron a cimentar la ideología del estado faraónico. El cementerio de Adaima revela que rituales aparentemente locales —como el desmembramiento simbólico de cuerpos y la alineación de tumbas con las estrellas— fueron absorbidos por el poder central para legitimar su autoridad.

Las tumbas más antiguas, dedicadas casi exclusivamente a niños, mostraban prácticas sencillas, pero hacia el 3000 a.C. algo cambió. Tres tumbas destacan sobre el resto:

La tumba S166 contenía los restos de una adolescente cuyo brazo había sido cortado y recolocado ritualmente. Su rostro miraba hacia la puesta de sol en el solsticio de invierno y el sarcófago apuntaba al orto helíaco de Sirio (cuando esta estrella reaparece en el cielo tras meses invisibles).

La tumba S837 contenía una mujer enterrada en un sarcófago de barro con un collar y un anillo en el tobillo, y junto a ella fragmentos de una vasija rota —un gesto que siglos después aparecería en los Textos de las Piramides.

Y en la tumba S874 se encontró una mujer con un bastón y una peluca de fibras vegetales, orientada hacia el solsticio de verano.

Lo más sorprendente fue descubrir que estas alineaciones astronómicas no eran casuales. Hacia el 2700 a.C. el orto de Sirio coincidía con el solsticio de verano y la crecida del Nilo, eventos clave para la agricultura. Señala el estudio:

El estado emergente integró los ciclos agrícolas y los símbolos funerarios locales en una cosmología religiosa.

Escriben los autores, citando al antropólogo Claude Lévi-Strauss.

Asi, los faraones tomaron lo que los campesinos ya veneraban (como Sirio, asociada a la fertilidad) y lo convirtieron en parte de su discurso divino. Por ejemplo, el mito de Isis —diosa que reconstruyó el cuerpo desmembrado de su esposo Osiris— podría inspirarse en rituales como el de la adolescente de la tumba S166. Elementos expresados inicialmente en forma material se abstrajeron en narrativas cosmológicas.

Para entender cómo se propagaban estas ideas los investigadores usaron inteligencia artificial y análisis de redes. De ese modo descubrieron que las tumbas más innovadoras (como S837) tenían menos «conexiones» con las prácticas tradicionales, y que algunos objetos, como un barco de marfil encontrado en la tumba de un niño, imitaban símbolos de élites urbanas cercanas (Hierakonpolis), sugiriendo que las ideas viajaban entre aldeas y ciudades.

Concluyen los investigadores:

El estudio desafía la visión tradicional de que el estado faraónico fue impuesto solo por reyes y sacerdotes. Las comunidades rurales desempeñaron un papel dinámico en la configuración de las estructuras sociopolíticas y religiosas tempranas .

Adaima muestra que antes de que los faraones gobernaran Egipto sus futuros súbditos ya habían inventado los rituales que, siglos después, sostendrían su poder.

Resume el estudio: 

Lo que empezó como un gesto local terminó siendo la semilla de una ideología estatal.

Alcouffe, A., Duchesne, S., Tupikova, I. et al. From Stars to State: Astral Patterns and the Rise of Pharaonic Egypt at Adaïma (Upper Egypt). J Archaeol Method Theory 32, 53 (2025). doi.org/10.1007/s10816-025-09724-6

Publicado por ilabasmati

Licenciada en Bellas Artes, FilologÍa Hispánica y lIiteratura Inglesa.

Deja un comentario