El Templo de Tiwanaku hallado en Bolivia arroja luz sobre una misteriosa civilización antigua

Ruinas del templo de Tiwanaku en los Andes revelan indicios sobre las poderosas redes religiosas y comerciales de una sociedad preincaica

The newly discovered temple complex is located roughly 130 miles south of Tiwanaku’s established historical site, on top of a hill that was never explored in depth by researchers due to its unassuming location. Credit: José Capriles / Penn State.

Arqueólogos han descubierto los restos de un templo de Tiwanaku desconocido en los Andes bolivianos, lo que ofrece una nueva perspectiva sobre una de las civilizaciones antiguas más enigmáticas de Sudamérica. El descubrimiento, liderado por investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania y colaboradores bolivianos, se publicó el 24 de junio en la revista Antiquity y se considera un gran avance en la comprensión de la cultura Tiwanaku, que floreció cerca del lago Titicaca hace más de un milenio.

The temple’s layout seems aligned to perform rituals following the solar equinox, the moment when the sun is directly above the equator. Using data they collected, the researchers developed a reconstruction to reveal what the ancient temple might have looked like. Credit: José Capriles / Penn State.

La civilización Tiwanaku, que prosperó alrededor del 500-1000 d. C., fue una de las sociedades más influyentes de la región andina. A pesar de su prominencia, gran parte de la historia, la estructura social y el declive de Tiwanaku siguen envueltos en misterio. Este nuevo hallazgo arqueológico —un complejo de templos ceremoniales llamado Palaspata— podría ofrecer información clave sobre las prácticas religiosas, los sistemas económicos y la influencia regional de Tiwanaku.

The surface of the temple contained numerous fragments of keru cups. The cups were used for drinking chicha, a traditional maize beer, during agricultural feasts and celebrations and point to the temple’s function as a central hub for trade. Credit: José Capriles / Penn State

Afirmó el Dr. José Capriles, autor principal y profesor asociado de antropología en Penn State:

Esta sociedad se derrumbó alrededor del año 1000 d. C. y ya estaba en ruinas cuando los incas llegaron al poder. Sin embargo, en su apogeo, Tiwanaku contaba con una estructura social y política altamente organizada, visible en su arquitectura monumental.

El complejo de templos recién descubierto se encuentra aproximadamente a 210 kilómetros al sur del sitio histórico establecido de Tiwanaku, en la cima de una colina que nunca fue explorada a fondo por los investigadores debido a su discreta ubicación.

El complejo de templos se ubica a 210 kilómetros al sur de la capital, Tiwanaku, en la cima de una colina cerca del municipio de Caracollo. Aunque conocido desde hace tiempo por las comunidades indígenas locales, el sitio nunca había sido estudiado arqueológicamente debido a su modesta apariencia. Sin embargo, Capriles y su equipo descubrieron que la ubicación estratégica del sitio conectaba tres zonas ecológicas principales, cada una vital para la economía antigua:

La ubicación de Palaspata era excepcionalmente estratégica, ya que se encontraba en la intersección de tres zonas ecológicas distintas: las tierras altas ricas en recursos que rodean el lago Titicaca, las áridas llanuras del Altiplano, ideales para el pastoreo de llamas, y los fértiles valles andinos de Cochabamba, conocidos por su productividad agrícola. Esta convergencia de diversos entornos posicionó a Palaspata como un centro crucial para el comercio, el intercambio cultural y la actividad espiritual dentro de la red de Tiwanaku.

Utilizando fotogrametría con drones e imágenes satelitales combinadas, el equipo cartografió las  características arquitectónicas del sitio. El templo tiene una superficie aproximada de 125 por 145 metros —comparable a una manzana de una ciudad— y cuenta con 15 recintos rectangulares que rodean un patio central.

Su disposición parece estar alineada con los equinoccios solares, lo que sugiere conocimiento astronómico y uso ritual.

Explicó Capriles:

Creemos que el templo cumplía funciones tanto religiosas como socioeconómicas. Su orientación y estructura sugieren reuniones ceremoniales, probablemente vinculadas a los ciclos agrícolas.

La disposición del templo parece estar alineada para realizar rituales después del equinoccio solar, el momento en que el sol se encuentra directamente sobre el ecuador. Con los datos recopilados, los investigadores desarrollaron una reconstrucción para revelar la posible apariencia del antiguo templo.

Entre los hallazgos más convincentes se encuentran fragmentos de copas keru, tradicionalmente utilizadas para consumir chicha, una cerveza ceremonial a base de maíz. Cabe destacar que el maíz no crece de forma natural a la gran altitud del sitio, lo que indica que el cultivo, y posiblemente la propia chicha, fue importado de valles bajos. Esto respalda la teoría de que Palaspata fue un punto de convergencia para el comercio y las prácticas rituales compartidas.

Afirmó Capriles:

El templo era un espacio sagrado y social donde se entrecruzaban el comercio, la religión y la diplomacia. La mayoría de las transacciones económicas y políticas se mediaban a través de creencias espirituales, que actuaban como un lenguaje común entre diversos grupos

El descubrimiento también ha resonado entre la población local. El alcalde de Caracollo, Justo Ventura Guarayo, calificó el hallazgo como «una pieza vital de nuestro patrimonio cultural» y enfatizó la importancia de documentar y proteger el sitio. Las autoridades ahora trabajan con arqueólogos para establecer protocolos de preservación y posiblemente desarrollar iniciativas turísticas que respeten y destaquen la historia de la región.

La datación por radiocarbono de los materiales del sitio se realizó en el Laboratorio de Datación por Radiocarbono de la Universidad Estatal de Pensilvania, lo que confirmó la ocupación del templo durante el auge de Tiwanaku. El equipo de investigación incluyó colaboradores de la Universidad de Granada (Bolivia) y la Universidad Libre de Bruselas, con el apoyo financiero de la Fundación Nacional de Ciencias de EE. UU.

La superficie del templo contenía numerosos fragmentos de copas keru. Las copas se usaban para beber chicha, una cerveza tradicional de maíz, durante las fiestas y celebraciones agrícolas, lo que indica la función del templo como centro neurálgico del comercio.

Este descubrimiento se suma a la creciente evidencia de que la influencia de Tiwanaku se extendió mucho más allá de su capital, operando como una civilización interconectada que conectaba diversos paisajes y culturas a través de la religión, el comercio y rituales compartidos.

Dijo Capriles:

Hay tanta historia por descubrir. A veces, el pasado está oculto a simple vista; solo hay que saber dónde y cómo buscar.

Universidad Estatal de Pensilvania

Arkeonews

Publicado por ilabasmati

Licenciada en Bellas Artes, FilologÍa Hispánica y lIiteratura Inglesa.

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