La dinastía Han (202 a.C. – 220 d.C.) es un periodo crucial en la historia agrícola de China en relación con el mijo.

Restos de tierras de labranza procedentes de excavaciones arqueológicas en el yacimiento de Sanyangzhuang, Henan, que muestran el método de la cresta y el surco. Crédito: Liu, 2015
Durante esta dinastía, es común que las tumbas incluyan maquetas de graneros de cerámica que contenían granos de mijo reales. Estos modelos, con una función ritual funeraria y que permanecieron sellados durante siglos, se han convertido en una fuente valiosa para los arqueólogos. Al estar fechadas con precisión por su contexto funerario, estas muestras permiten a los investigadores obtener una gran cantidad de datos isotópicos de carbono y nitrógeno.

Dos maquetas de cerámica de edificios conectados a letrinas-pocilgas excavadas en tumbas del periodo Han. Se recogieron en el Museo de Hunan y en el Museo Nacional de China. La pocilga consistía en un muro circular. En una plataforma elevada fuera de la pocilga se construía una letrina, y la parte inferior estaba conectada a la pocilga. Crédito: J. Liao et al.
Estos datos han posibilitado la reconstrucción de los cambios en el uso de la tierra, las técnicas de cultivo y las estrategias agrícolas a lo largo de más de cuatro mil años. Los hallazgos concuerdan con los registros históricos, sugiriendo que el periodo Han fue una etapa clave en la intensificación de la gestión de las tierras de cultivo.
Aunque se ha especulado que la primera gran revolución agrícola de la era imperial china ocurrió con el Imperio Han, el texto señala que la limitada disponibilidad de datos previos a la dinastía Qin hace que esta afirmación deba tratarse con cautela. No obstante, se enfatiza que la práctica agrícola intensiva fue una de las piedras angulares de la longevidad de las dinastías feudales chinas, incluyendo la Han…
Miles de años antes de que el arroz o el trigo fueran los cultivos principales en el Este de Asia, el mijo era el grano fundamental que mantenía a los habitantes de la zona e impulsaba el desarrollo de las civilizaciones del norte de China.
El mijo es un cereal modesto, quizá poco valorado en la actualidad, pero que a través del registro arqueológico ha revelado su antigua importancia. Ahora un estudio publicado en la revista CATENA analiza la evolución de las prácticas agrícolas relacionadas con el cultivo del mijo en China, desde el Neolítico hasta la época imperial.
El mijo cola de zorro (Setaria italica) y el mijo común (Panicum miliaceum) se domesticaron en el norte de China hace aproximadamente diez mil años, y durante mucho tiempo su adaptabilidad, resistencia y valor nutricional los convirtieron en la base alimentaria de las primeras sociedades agrícolas de la región. Según explica la investigadora Jingwen Liao:
los arqueólogos ya tienen un conocimiento bastante sólido sobre el papel del mijo en la dieta durante el Neolítico.
Liao investiga en su estudio cómo evolucionaron las prácticas de cultivo de este cereal a lo largo del tiempo, cómo respondió a factores ambientales tales como las variaciones climáticas o el agotamiento de nutrientes del suelo.
Para los centros urbanos densamente poblados que surgieron en periodos posteriores, mantener una producción estable de alimentos no se trataba solo una cuestión de supervivencia, también era un requisito fundamental para el funcionamiento del Estado.
Uno de los principales elementos utilizados en el estudio son las maquetas funerarias de la dinastía Han (202 a.C. – 220 d.C.). En las tumbas de esa época era común incluir unos modelos de graneros hechos de cerámica que guardaban en su interior granos de mijo reales.
Muchas de estas réplicas simbólicas que tenían una función ritual funeraria permanecieron selladas durante siglos, y son usadas ahora por los arqueólogos para el análisis agrícola.
Dado que estas muestras están fechadas de forma precisa por su contexto funerario, no tenemos que preocuparnos por determinar su antigüedad, comenta Liao.
A partir del análisis de estos restos los investigadores extrajeron 104 valores isotópicos de carbono y nitrógeno, el mayor conjunto de datos de este tipo obtenido sobre cultivos antiguos en el núcleo de China desde el Neolítico tardío hasta la dinastía Han.
Unos valores que permiten reconstruir con precisión los cambios en el uso de la tierra, las técnicas de cultivo y las estrategias agrícolas que se implementaron a lo largo de más de cuatro mil años.
Nuestros hallazgos concuerdan con los registros históricos del desarrollo agrícola en la dinastía Han, lo que respalda aún más que este periodo fue una etapa clave en la intensificación de la gestión de las tierras de cultivo, dicen los investigadores.
En los años anteriores al 202 a.C., el norte de China estaba sumido en la guerra tras el colapso de los Qin. Se ha dicho que la primera gran revolución agrícola de la era imperial china se produjo en el poderoso Imperio Han que siguió a la paz. Sin embargo, esta opinión debe tratarse con cautela, ya que la disponibilidad de datos sobre cultivos para el periodo anterior a los Qin es limitada. En general, la práctica agrícola intensiva fue una de las piedras angulares del mantenimiento de la longevidad de las dinastías feudales chinas.
Jingwen Liao, Edward Allen, et al., Millet stable isotopes reveal the advance of agricultural practices in the core political regions of early imperial China. CATENA, Volume 257, September 2025, 109148. doi.org/10.1016/j.catena.2025.109148
