Hallan en Israel misteriosos discos de bronce con cabezas de león

El mitraísmo fue una fascinante religión mistérica romana que, aunque influenciada por tradiciones orientales, desarrolló su propio sistema complejo de creencias, rituales y simbolismo centrado en el sacrificio del toro por el dios Mitra. Su carácter secreto y su eventual desaparición lo convierten en un tema de continuo interés y debate entre los estudiosos.

The four bronze lion-head handles from Khirbat Ibreika. Credit: D. Gazit; drawing: A. Gyerman Levanon; plate: Y. Gumenny

El mitraísmo fue una religión mistérica muy popular en el Imperio Romano desde el siglo I hasta el IV d.C. Aunque su nombre deriva del dios persa Mitra, el mitraísmo romano tiene características distintivas y un conjunto de creencias y prácticas propias. Debido a la naturaleza secreta de sus ritos, el conocimiento se basa en la arqueología: los numerosos templos subterráneos (mitreos) y las imágenes que los decoran.

Si bien toma el nombre del dios indoiraní Mitra, el mitraísmo romano no es una continuación directa de las tradiciones persas. Los romanos reinterpretaron la figura de Mitra y crearon un nuevo sistema de creencias centrado en él.

La imagen central del mitraísmo es la tauroctonía: Mitra sacrificando un toro. Este acto se consideraba el evento fundacional del cosmos, trayendo vida y fertilidad al mundo. Alrededor de esta escena principal, aparecen otros símbolos y personajes con significados complejos y debatidos.

El mitraísmo era una religión iniciática, lo que significa que el conocimiento y la participación plena en sus ritos estaban reservados a aquellos que habían pasado por una serie de iniciaciones secretas.

Los iniciados progresaban a través de siete grados, cada uno con sus propios símbolos, rituales y responsabilidades dentro de la comunidad. Estos grados eran: Cuervo (Corax), Novio (Nymphus), Soldado (Miles), León (Leo), Persa (Perses), Heliodromo (Corredor del Sol), y Padre (Pater)

Los lugares de culto eran templos subterráneos llamados mitreos. Estos eran a menudo pequeñas cuevas naturales o estructuras que imitaban cuevas, con capacidad para un número limitado de fieles. El mitreo típicamente presentaba un altar al fondo con la representación de la tauroctonía.

Los rituales eran una parte central del mitraísmo, aunque los detalles exactos siguen siendo en gran medida desconocidos debido al secreto que rodeaba a la religión. Se sabe que incluían banquetes rituales en los que los participantes compartían pan y vino (o agua), interpretados a menudo como una conmemoración del banquete de Mitra con el Sol después del sacrificio del toro.

 El mitraísmo incorporaba una rica simbología astrológica y cósmica. Los siete grados de iniciación se asociaban a los planetas conocidos en la antigüedad, y las representaciones en los mitreos a menudo incluían símbolos del zodiaco, el sol, la luna y las estrellas.

El mitraísmo atrajo especialmente a soldados del ejército romano, probablemente debido a su énfasis en valores como la lealtad, la disciplina, el coraje y la camaradería entre los miembros de la comunidad.

Evidencia arqueológica sugiere que el mitraísmo era una religión exclusivamente masculina. No hay representaciones claras de mujeres participando en los rituales o siendo iniciadas.

Durante los siglos III y IV d.C., el mitraísmo fue un importante rival del cristianismo en el Imperio Romano. Compartían algunas similitudes superficiales en sus rituales y creencias, pero eran fundamentalmente diferentes. Con el auge del cristianismo y la prohibición de los cultos paganos a finales del siglo IV, el mitraísmo desapareció gradualmente…

Un equipo de arqueólogos realizó un singular hallazgo en la antigua Khirbat Ibreika, al sur de Israel: cuatro discos de bronce con cabezas de león en relieve, acompañados de anillos que servían como mangos. Estos objetos, encontrados en una tumba de la época romana (siglos I-II d.C.), han despertado numerosas preguntas sobre su función y significado. ¿Eran simples adornos, tenían un propósito práctico o escondían un simbolismo religioso o cultural?

Durante una excavación de emergencia en 2018, los investigadores encontraron ocho tumbas de la época romana en Khirbat Ibreika. Una de ellas, la Tumba T6, estaba sellada y contenía restos óseos, doce vasijas de vidrio, un clavo de hierro y, lo más llamativo, los cuatro discos con cabezas de león y sus anillos. Estos objetos estaban apilados en un extremo de la tumba, lo que sugiere que fueron colocados allí intencionalmente, quizás como parte de un ritual funerario.

Los discos, hechos de bronce, muestran rostros de leones con detalles únicos: algunos tienen ojos que miran hacia arriba, otros hacia adelante, y sus expresiones varían ligeramente.

Lo más curioso es que los anillos no están insertados en la boca del león, como se ve en otros hallazgos similares, sino en la parte superior de la cabeza, un detalle que podría ser clave para entender su función.

Los arqueólogos barajan varias teorías. La más aceptada es que estos discos eran mangos decorativos de un ataúd de madera que no sobrevivió al paso del tiempo.

Los anillos habrían permitido transportar el féretro con mayor facilidad, posiblemente insertando varas de madera para cargarlo entre varias personas. Esto explicaría por qué los mangos son grandes y resistentes, diseñados para soportar peso.

Otra posibilidad es que los discos tuvieran un significado simbólico. En el mundo romano, el león representaba fuerza, nobleza y protección. Era común verlo en puertas, palacios y tumbas, donde se creía que custodiaba el acceso al más allá. Algunos expertos sugieren que estos mangos podrían haber sido un amuleto para proteger al difunto en su viaje al otro mundo.

El hecho de que solo una de las ocho tumbas excavadas contuviera estos objetos sugiere que el difunto era alguien especial, quizás una persona de alto estatus social o militar.

Durante la época romana, el culto a Mitra, una religión misteriosa popular entre los soldados, utilizaba símbolos como el león y el toro en sus rituales.

Aunque no hay pruebas directas que vinculen estos mangos con el mitraísmo, la presencia de un león en un contexto funerario abre la puerta a interpretaciones espirituales.

También se ha considerado la posibilidad de que el difunto perteneciera a la comunidad samaritana, un grupo étnico-religioso que habitaba la región. Sin embargo, los samaritanos solían evitar representaciones de animales por motivos religiosos, lo que hace menos probable esta teoría.

A pesar de las pistas, el propósito exacto de estos mangos sigue siendo un misterio. ¿Por qué estaban apilados en un rincón de la tumba en lugar de adheridos al ataúd? ¿Eran parte de un ritual que desconocemos? Los arqueólogos esperan que futuros descubrimientos ayuden a responder estas preguntas.

Mientras tanto, el hallazgo de Khirbat Ibreika nos recuerda que, incluso después de dos mil años, los objetos del pasado aún tienen historias que contar.

Haddad, Elie and Zwiebel, Elisheva (2025) Unique Lion-Headed Handles from a Roman-Period Cist Tomb South of Khirbat Ibreika, ‘Atiqot: Vol. 117, Article 9. doi.org/10.70967/2948-040X.2257

Gemini

La Brujula Verde

Arkeonews

Publicado por ilabasmati

Licenciada en Bellas Artes, FilologÍa Hispánica y lIiteratura Inglesa.

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