En las profundidades de la escarpada cordillera de Pir Panjal, en Jammu y Cachemira, India, se esconde un fascinante misterio conocido como los Jinetes Misteriosos. Estas antiguas figuras de piedra, dispersas en lugares recónditos, han intrigado a historiadores y arqueólogos durante años, con sus orígenes y propósito envueltos en un enigma. La artesanía que muestran estas esculturas es notable y plantea interrogantes sobre sus creadores y las intenciones detrás de su construcción.

En las afueras del distrito de Reasi, específicamente en el tehsil de Gool, se encuentra la infame Gora Gali. Un equipo de expedición ruso, liderado por Natalia Polosmak, realizó un reconocimiento general de la zona debido a la presencia de estanques de agua naturales y artificiales.

Para su sorpresa, descubrieron un ejército de aproximadamente 200 esculturas de jinetes, dispuestas aleatoriamente en un área de 1.6 a 2.0 hectáreas de tierra inaccesible en el bosque. Esta zona remota está deshabitada y es de difícil acceso desde la carretera principal, aunque un sendero construido por el ejército ofrece cierto acceso.

Los lugareños creen que estas esculturas fueron creadas durante el período del Mahabharata, cuando los Pandavas residían en la antigua ciudad de Reasi y practicaban el grabado y la escultura en piedra. Esta creencia ha propiciado el desarrollo de una cultura devta entre la gente, que venera a estos jinetes como deidades locales. Sin embargo, un análisis más detallado de las esculturas revela menos rasgos índicos y más formas artísticas extranjeras. Se cree que todas estas esculturas datan de los siglos II y III d. C., período en el que surgió la escuela de arte de Gandhara.

Los jinetes presentan sorprendentes similitudes con las características artísticas de la escuela de Gandhara y las formas de arte bactrianas. Sus rasgos faciales se asemejan a los que se encuentran en las monedas heftalitas, caracterizadas por grandes estructuras faciales, narices largas y rectas, cuellos planos, ojos almendrados y globos oculares redondos. Estos rasgos reflejan las características antropológicas de la población de la época, influenciadas por las formas de arte occidentales de Grecia y Roma.

La forma en que se adornan los caballos indica que la ornamentación tenía una importancia significativa. Los jinetes se representan con grandes pendientes redondos y portando armas únicas asociadas con los heftalitas. Los antropólogos sugieren que una de las tribus heftalitas que se asentaron en esta región fueron los dogras, los actuales residentes de la provincia de Jammu. Además, las formas artísticas utilizadas en estas esculturas son pulidas y refinadas, mostrando un alto nivel de habilidad.

Una característica única de estas estructuras es que todos los caballos llevan tres soldados a cuestas, lo cual se puede observar en la mayoría de las esculturas. Este detalle podría indicar la fuerza física de los caballos y sugerir que eran de una raza pura. La notable artesanía empleada en la escultura de la piedra merece ser apreciada, ya que refleja la destreza artística de sus creadores.
Los orígenes de los jinetes siguen siendo enigmáticos, lo que alimenta la especulación y el debate académico. Se han propuesto diversas teorías, centradas en las conexiones con los Hunos Blancos (heftalitas) y Mihirkula. Algunos sugieren que los jinetes podrían estar vinculados a los Hunos Blancos, una tribu de Asia Central que gobernó la región entre los siglos V y VII. Este período coincide con el período estimado de creación de las esculturas, lo que proporciona un posible contexto histórico para su existencia. Las influencias culturales reflejadas en las esculturas también podrían indicar las interacciones entre diferentes civilizaciones durante este período.

Mihirkula, un temido líder de los Hunos Blancos, se asocia a menudo con la época de las esculturas, aunque la evidencia definitiva de su participación sigue siendo difícil de encontrar. Su reputación como líder formidable añade un matiz de intriga al misterio, sugiriendo una posible conexión con la creación de estas figuras. Sin embargo, la falta de evidencia concreta resalta los desafíos de reconstruir la historia antigua y comprender el verdadero propósito de los jinetes. Abundan las teorías, pero la ausencia de pruebas definitivas deja mucho espacio a la imaginación.

El propósito de los jinetes sigue sin explicación, sin que las investigaciones en curso aporten respuestas definitivas. Algunos académicos especulan que podrían haber servido como monumentos conmemorativos, conmemorando eventos o personajes significativos, mientras que otros proponen que podrían haber tenido una función religiosa o ceremonial. La ambigüedad en torno a su propósito no hace más que aumentar su atractivo, invitando a una mayor investigación para desentrañar sus secretos.

By Leman Altuntaş24 April 2025
