El cañón, una pieza de bronce fundido en arena que mide 107 centímetros de largo y pesa aproximadamente 18 kilos, fue descubierto en el yacimiento de una estructura española de piedra y adobe en el Valle de Santa Cruz, que se cree formó parte del efímero asentamiento de San Gerónimo III.

Este hallazgo ha sido detallado en la Revista Internacional de Arqueología Histórica, donde los investigadores Deni J. Seymour y William P. Mapoles destacan su importancia histórica.

La expedición de Francisco Vázquez de Coronado, iniciada entre 1539 y 1542 por el virrey Antonio de Mendoza, tuvo como objetivo descubrir las legendarias Siete Ciudades de Cíbola, metrópolis legendarias de inmensa riqueza. Coronado lideró a cientos de soldados, aliados indígenas y personal de apoyo hacia el norte desde México, atravesando el suroeste de Estados Unidos, llegando hasta Kansas. Sin embargo, la expedición no encontró ciudades ricas en oro, solo modestos asentamientos indígenas.

El asentamiento de San Gerónimo III, donde se descubrió el cañón, sirvió como una de las bases temporales de Coronado y finalmente fue abandonado tras un ataque del pueblo local Sobaipuri O’odham.

El cañón, también conocido como cañón de pared, era una pieza de artillería versátil utilizada tanto en operaciones defensivas como ofensivas. Podía atravesar muros de madera o adobe, proyectando balas de plomo o perdigones con una potencia devastadora a un alcance de hasta 700 yardas. Sin embargo, la evidencia sugiere que el cañón hallado en Arizona nunca se disparó; los investigadores observaron la ausencia de residuos de pólvora negra.
La datación por radiocarbono y las técnicas de luminiscencia ópticamente estimulada ubicaron el cañón en la era de Coronado. Otros artefactos en el yacimiento, incluyendo fragmentos de cerámica europea, tinajas para aceitunas y componentes de armas, corroboran su conexión con la expedición.
El diseño sencillo y sin adornos del cañón sugiere que probablemente fue fundido en el Nuevo Mundo, posiblemente en México o el Caribe, a diferencia de España, donde las armas de fuego solían presentar decoraciones ornamentadas. Seymour teorizó que el arma pudo haber sido abandonada durante el ataque de los Sobaipuri O’odham, que obligó a los españoles a retirarse.
La expedición de Francisco Vázquez de Coronado, de 1539 a 1542, tuvo como objetivo descubrir las legendarias Siete Ciudades de Cíbola, metrópolis legendarias de inmensa riqueza.
El levantamiento de los Sobaipuri O’odham marcó una de las primeras y más importantes revueltas de los nativos americanos contra la colonización europea. Como señalaron Seymour y Mapoles, esta resistencia retrasó el asentamiento español en la región durante más de 150 años. El descubrimiento del cañón, junto con otros artefactos de la expedición de Coronado, sirve como recordatorio del profundo impacto cultural e histórico de estos encuentros.
Dice Seymour :
Este golpe final parece ser el evento desencadenante que condujo al abandono del cañón de pared, donde permaneció cómodamente protegido en una estructura española erosionada con paredes de adobe y roca durante 480 años.
