Herramientas nuevas de hace 2.500 años

La restauración de 30 piezas arqueológicas celtíberas extraídas de una necrópolis de Bronchales revela su excepcional estado de conservación, a pesar de haber estado enterradas desde el siglo V antes de Cristo

Es como si la hubieran hecho anteayer», afirma la restauradora Rosana Herrero tras inspeccionar una fíbula de bronce de hace 2.500 años procedente de la necrópolis celtíbera del Castillejo de Bronchales. Herrero dirige el equipo del Centro de Restauración de la Fundación Santa María de Albarracín que limpia y repara la colección de piezas extraídas entre 2021 y 2022 en campañas lideradas por el arqueólogo Francisco Burillo en tres enterramientos de pastores trashumantes del siglo V antes de Cristo.

Herrero afirma que los bocados de caballo, ya limpios y consolidados, «podrían usarse hoy mismo», porque, al igual que el resto de los materiales, presentan un estado de conservación «excepcional», a pesar de haber pasado tres milenios bajo tierra.

Los materiales restaurados serán expuestos en el museo de los celtíberos trashumantes que el Ayuntamiento de Bronchales acondiciona en un antiguo caserón comprado para este fin con una subvención del Gobierno central de 800.000 euros. El alcalde, David Hernández, confía en abrir el centro al público antes de terminar 2025 con el fondo de armas y herramientas del Castillejo como atracción estrella.

La restauración abarca las 30 piezas más llamativas procedentes del Castillejo del Vallejo del Sordo, un yacimiento descubierto a raíz de una misteriosa donación anónima de materiales realizada en 2021 que permitió descubrir el enclave. La excavación ha aportado materiales ricos, variados y preservados con una calidad insólita. El conjunto ha servido para confirmar la opulencia del poblado que enterró los objetos como ofrenda y que la trashumancia de ganado ovino desde la Sierra de Albarracín hasta Jaén se llevaba a cabo hace 2.500 años al igual que se hace actualmente.

Entre las piezas en proceso de restauración, destacan elaborados broches, lanzas, restos de es

padas, tijeras de esquilar ovejas, bocados y carrilleras de caballo, fíbulas –broches para abrochar túnicas– y escudos pectorales, muchos de ellos de indudable factura íbera, una procedencia confirmada al analizar el metal utilizado para elaborarlas y constatar su origen andaluz.

El tratamiento aplicado en el Centro de Restauración empieza con una limpieza «mecánica y en seco» de las adherencias de las piezas mediante bisturí y cepillo, sigue con la aplicación de un disolvente para eliminar incrustaciones y termina con una impregnación a base de productos para consolidar los materiales e inhibir su oxidación. En los objetos de hierro se utiliza, además, un láser para eliminar adherencias calcáreas.

Rosana Herrero se muestra sorprendida por la excepcional conservación de todos los materiales, que en algunos casos incluyen restos biológicos, como madera, cuero o tejidos, algo «casi único» en piezas que se remontan a hace tres milenios y que han permanecido sepultadas durante todo este tiempo. A su juicio, entre las causas de esta primorosa preservación, destacan la composición del suelo y la ubicación del yacimiento en un montículo, lo que impide la acumulación de agua y el cultivo.

El resultado son unos bocados y carrilleras de caballo que, según Herrero, se podrían utilizar, al igual que las fíbulas de bronce, que solo precisan de una limpieza superficial porque su estado es «impecable» al conservar todos sus elementos con las mismas articulaciones que presentaban al salir de un taller del siglo V antes de Cristo. La restauración ha deparado otras sorpresas, como la presencia de finas láminas de plata repujada como elemento decorativo de unos broches forjados en Daroca (Zaragoza).

El gerente de la Fundación Santa María, Antonio Jiménez, está convencido de que, por la calidad, abundancia y estado de conservación de la colección, «Bronchales será, a partir de ahora, un referente de la celtiberia». El trabajo de restauración se terminará en dos meses. Será el momento de emprender el viaje de vuelta para su exposición en el museo de los celtíberos trashumantes.

El alcalde adelanta que, tras invertir la subvención del Gobierno central en comprar un edificio y acondicionar el museo de los celtíberos, el Ayuntamiento destinará 15.000 euros de sus propios recursos para reanudar las excavaciones en el Castillejo, donde solo se ha excavado el 2% de la superficie total. Las expectativas de encontrar más piezas de valor son, afirma, «muy buenas».

Herramientas ‘nuevas’ de hace 2.500 años en la necrópolis celtíbera del Castillejo de Bronchales (Teruel)

Publicado por ilabasmati

Licenciada en Bellas Artes, FilologÍa Hispánica y lIiteratura Inglesa.

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